Rueda no logra desactivar la bronca política por los 'pellets' pese a aceptar la ayuda del Gobierno

Tanto Sumar como Podemos anunciaron este martes que estudian la interposición de sendas querellas contra la Xunta como presunta responsable de daños medioambientales, por no haber actuado a tiempo ante el vertido del buque Toconao.

En plena precampaña de las elecciones del 18-F, los candidatos del PSOE y del BNG a la Presidencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro y Ana Pontón, visitaron a lo largo de la jornada sendas playas para comprobar la presencia de pellets y acusar a Rueda de inacción ante el vertido.

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Por su parte, un grupo de eurodiputados del PSOE, IU, Sumar y el BNG han pedido la intervención del comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, por considerar que la actuación de la Xunta en esta materia ha sido "negligente".

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha anunciado que los efectivos de su departamento comenzarán este miércoles las labores de limpieza de playas en Asturias, a la espera de "entrar en contacto" con los equipos de la Xunta para analizar "cómo se articula esta colaboración" en Galicia.

Sin embargo, pasadas las 11 de la noche del martes, fuentes oficiales del Gobierno han informado de que la Xunta todavía no había solicitado oficialmente la presencia de los medios del Ministerio de Transición Ecológica para la limpieza de las playas, pese a que Rueda anunció al mediodía la activación del nivel 2 de emergencia. 

"Los medios del Gobierno de España están preparados para intervenir cuando sean requeridos, pero es necesario que los gobiernos autonómicos concreten qué medios necesitan y dónde deben intervenir", señala el Ministerio de Teresa Ribera, "en el nivel 2 de emergencia son los gobiernos autonómicos los que lideran el operativo, coordinan las intervenciones y solicitan los medios".

Los responsables de la Xunta y del Gobierno central se han acusado mutuamente de inacción ante el vertido de microplásticos, cuya presencia ya se ha comenzado a detectar en playas del País Vasco y de la costa francesa.

Como ha informado EL ESPAÑOL, la Dirección General de Recursos Naturales, Seguridad y Servicios Marítimos de Portugal comunicó el pasado 8 de diciembre a las autoridades españolas y europeas que el buque Toconao había perdido seis contenedores ante las costas de aquel país. Uno de los contenedores estaba lleno de pellets de plástico.

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El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha informado a través de la red social Twitter que, tras efectuar "las averiguaciones oportunas", su Ministerio comunicó el 20 de diciembre a la Xunta los datos correspondientes al "barco de bandera liberiana y el armador alemán" responsables del vertido.

Puente sostiene que el 112 de Galicia (gestionado por la Xunta) recibió el pasado 13 de diciembre la primera llamada, en la que un particular alertaba de que había detectado la presencia de pellets en playa de Espiñeirido.

"Entre el día 13 de diciembre de 2023 fecha, del primer avistamiento de pellets del que se tiene constancia, y el 5 de enero de 2024, la Xunta de Galicia no hace nada", ha denunciado el Ministerio de Transportes.

Óscar Puente ha explicado que "el Gobierno ha hecho y hace seguimiento vía satélite y con vigilancias aéreas" del vertido. Sin embargo, según Puente, esas vigilancias no han permitido detectar la presencia de los pellets en el mar (donde sí tiene competencias el Gobierno), sino que ya se encuentran en las costas gallegas.

Por su parte, Alfonso Rueda denuncia que el Gobierno tuvo conocimiento del vertido el 8 de diciembre, pero no dirigió a la Xunta ninguna comunicación hasta casi un mes después, el 4 de enero.

A raíz de este vertido ecológico, tanto el PSOE como Sumar y Podemos han agitado durante los últimos días el fantasma del Prestige (el petrolero hundido en 2002) contra la Xunta, para erosionar al PP y evitar que repita su mayoría absoluta en las elecciones gallegas previstas para el 18 de febrero.

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El Gobierno de Rueda trabaja, por el momento, con un escueto informe de la normativa europea que regula este tipo de plásticos. Sus conclusiones son muy sencillas: que el material de estas bolas de plástico no es peligroso y que el pellet es apto para uso alimentario.

El análisis se basa, tal y como insiste el documento en varias ocasiones, en la ficha técnica y de seguridad de estos productos según sus condiciones de fabricación. Las bolas son identificadas como UV9000 y están compuestas por un 88-90 % de polietileno (un plástico común) y un 10-12 % de UV622, un añadido que se usa para evitar el envejecimiento y la degradación por la luz ultravioleta.

Según el informe, "todos los riesgos contemplados por la normativa vigente quedan excluidos, tanto para el producto como para sus ingredientes de forma individual". A esto es a lo que se aferra la Xunta, además de la clara mención a que "el producto es apto para uso alimentario".