Carles Puigdemont, entrevistado este martes en Perpiñán por Rac1.

Carles Puigdemont, entrevistado este martes en Perpiñán por Rac1. E.E.

Política ELECCIONES CATALANAS

Puigdemont tenía una cita con Sánchez el 22 de marzo en Bruselas: "Ya se verán de presidente a president"

La convocatoria anticipada de las elecciones catalanas, una semana antes, frustró el encuentro. El 'expresident' fugado capitaliza la campaña con sus órdagos y convierte el 12-M en un plebiscito sobre su papel en el 'procés'.

10 abril, 2024 02:25

Uno de los compromisos que alcanzó el PSOE con Junts durante la negociación del acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez fue comprometerse a una "reunión presencial cara a cara" con Carles Puigdemont. La reunión estuvo agendada, según ha podido saber este periódico, para el pasado 22 de marzo, tras la reunión del Consejo Europeo extraordinario celebrado en Bruselas. Pero la cita fue cancelada una semana antes, cuando Pere Aragonès anunció el adelanto de las elecciones catalanas al 12-M.

"Ahora ya se verán de presidente a president", añade uno de los colaboradores más cercanos al líder y candidato de Junts, fugado de la Justicia española desde octubre de 2017.

El propio Puigdemont explicaba este martes, en una entrevista radiofónica, que la cita se "había acordado" para celebrarse en Bruselas o Estrasburgo, dos de las sedes del Parlamento Europeo, "en uno de esos viajes de trabajo" del presidente a las instituciones europeas.

Sin nueva fecha 

En la misma entrevista, el candidato de Junts a las catalanas lanzó un órdago que pretende convertir las catalanas en un plebiscito sobre él y el procés: o logra la investidura para "restituir" su cargo o se retira de la política. Así, Sánchez podría salir doblemente victorioso el 12-M: una victoria suficiente de Salvador Illa no sólo avalaría sus apuestas en Cataluña, sino que acabaría con la carrera del máximo responsable del 1-O.

"Pero no se retirará, porque será investido", apunta un portavoz del partido de derecha separatista. "La reunión ya será un cara a cara de presidente a president", aunque los equipos de ambos dirigentes aún no han buscado fecha para ese encuentro.  

La noticia del encuentro pactado la había desvelado Jordi Turull a los pocos días de que se agendara una "visita oficial" de Sánchez a Aragonès. Y lo que sonaba a contraprogramación entre independentistas fue confirmado por fuentes del PSOE en privado, mientras en público se limitaban a no desmentirla.

Tampoco el mismo Sánchez pudo negarlo, sólo fue capaz de decir que no la veía "en la agenda". Este periódico se ha puesto en contacto con la dirección del PSOE para tratar de confirmar la cita del 22 de marzo. Y la respuesta ha sido muy similar: "No tengo ninguna constancia de que eso estuviese en ninguna agenda, y no lo he visto en ninguna otra de las que hay a medio plazo, al menos yo".

A pesar de ello, la cúpula de Waterloo insistía, entonces, en que "todo" pasaría al final por Puigdemont, como advirtió ya desde septiembre. Y que sería "imprescindible" una reunión de los dos líderes para su "legitimación como interlocutor".  E insiste ahora en que la reunión llegó a tener fecha de celebración, "cancelada" por la convocatoria electoral adelantada de las autonómicas catalanas.

El 'Acuerdo de Bruselas'

En noviembre, el compromiso fue asumido por Santos Cerdán, enviado a la capital belga a negociar el acuerdo con el líder de Junts, pero no se dejó por escrito en el llamado Acuerdo de Bruselas.

Aquel 9 de noviembre, en el que el PSOE aceptó tramitar una amnistía y asumir el relato histórico del independentismo, bastante fue con que el secretario de Organización socialista lo llamara "president" y se sentara bajo una enorme foto de las urnas del referéndum ilegal del 1-O.

Puigdemont interviene en el Parlamento europeo en Estrasburgo dirigiéndose a Pedro Sánchez.

Puigdemont interviene en el Parlamento europeo en Estrasburgo dirigiéndose a Pedro Sánchez. Efe

La siguiente oportunidad fue el 14 de diciembre, cuando Pedro Sánchez acudió al pleno del Parlamento Europeo para dar cuenta de la presidencia española del Consejo.

En aquella comparecencia, los rumores de un posible encuentro fueron insistentes. Y hasta en el entorno de Junts se habló de "una foto" presuntamente casual con la que sellar el pacto. Pero fue Puigdemont el que se negó, como explicaba este martes: "Es demasiado serio lo que tenemos que hablar, no es un asunto de querer una foto juntos para aparentar".

Fuentes del entorno del expresident fugado lo explicaban así a este diario. En diciembre, efectivamente, la reunión no estaba agendada. Y así lo reconocía el entorno del PSOE y el de Junts. Pero, desde las filas de Puigdemont, insistieron a EL ESPAÑOL: "Habrá reunión y será en las próximas semanas, porque es lo pactado". 

El 'no' de Junts

Finalmente, no se celebró en semanas... y la cita sigue posponiéndose. Hubo otro hueco factible en la agenda de ambos líderes. Los pasados 1 y 2 de febrero se celebró otro Consejo Europeo.

A la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros de la UE acudía el presidente español sólo dos días después de que el Congreso votara el dictamen de la proposición de Ley de Amnistía. Aquél en el que sólo el voto negativo de Junts tumbó la norma y la condenó a un mes más de trámite en la Comisión de Justicia.

Los siete diputados del partido de Puigdemont se negaron a apoyar el texto al que habían dado su visto bueno en la Comisión. Alegaron que el Pleno de la Cámara se negó a aceptar sus enmiendas para que la ley amparara "todo el terrorismo" y los delitos de traición al Estado. Y que, de esa manera, "la amnistía no sería la que nos comprometimos a apoyar, ya que dejaría a muchos represaliados desprotegidos".

Ahí se frustró la otra ventana disponible para la reunión entre Sánchez y Puigdemont, en las dependencias del Consejo o de la Eurocámara, ambas sedes muy cercanas, en el barrio europeo de la capital belga.

Y así se llegó a la fecha del 22 de marzo, sólo una semana después de que el Congreso debiera votar a favor de la ley, ya renegociada por socialistas y separatistas en los términos que satisfacían a Puigdemont. Pero un día antes, el 13 de marzo, los Comuns tumbaron los Presupuestos catalanes y Aragonès disolvió el Parlament.