El presidente Sánchez, este miércoles, en el Congreso de los Diputados.

El presidente Sánchez, este miércoles, en el Congreso de los Diputados. Europa Press

Política CUENTA ATRÁS DE SÁNCHEZ

Sánchez dijo que dimitía este miércoles pero optó con su equipo por abrir un paréntesis de cinco días

Miembros de su equipo aseguran que es una decisión estrictamente personal y temen que anuncie el lunes su dimisión.

25 abril, 2024 02:59

Pedro Sánchez estaba dispuesto a anunciar este mismo miércoles su dimisión, y así se lo trasladó a alguno de sus interlocutores durante el día.

Explicaba que la situación era insoportable, que la admisión de una "denuncia falsa" contra su esposa, Begoña Gómez, era demasiado, que superaba todas las líneas rojas posibles.

De hecho, fuentes cercanas a Sánchez aseguran que en los últimos meses ya ha hecho referencias en privado y comentarios muy personales sobre su dificultad para soportar algunas cosas que se publicaban. Sobre todo, por los problemas que está trasladando todo eso a su familia.

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El presidente del Gobierno habló durante el día con su equipo y con personas de su confianza, con las que comentó su decisión y la necesidad de hacer un gesto que ponga fin a una forma de hacer política que atribuye al PP y a la extrema derecha.

Su mensaje es que está ya al límite de aguante y que por eso está dispuesto a irse, a dimitir como presidente del Gobierno.

Explican que le han encontrado muy afectado por lo que estaba ocurriendo y que se concreta en la denuncia admitida contra su esposa, las palabras del PP en el Congreso haciendo referencia al caso, su hermano, su padre y su suegro y la posibilidad de que él mismo y Begoña Gómez sean citados ante la Comisión de investigación del Senado para dar cuenta de las actividades de toda la familia.

En esas conversaciones, varios de sus interlocutores le han intentado convencer para que siga y, con insistencia, le han pedido un periodo de reflexión, para que no se precipite. Finalmente, Sánchez ha aceptado darse un plazo de cinco días, para anunciar el lunes su decisión.

Ha pedido poder tomar distancia estos cinco días para decidir, sin presiones. Como dice en su Carta a la ciudadanía, "unos días para poder reflexionar y decidir qué camino tomar".

El anuncio fue realizado con una carta personal del presidente del Gobierno difundida por la red social X.

Lágrimas y llamadas

En su entorno de colaboradores políticos hubo lágrimas durante el día y, obviamente, intenso intercambio de llamadas y mensajes. De los consultados trascendió el mensaje de que se trata de un tema estrictamente personal, no de estrategia política.

Durante el día, estuvieron en la Moncloa entre otros Óscar López, Antonio Hernando, Félix Bolaños, María Jesús Montero, Óscar Puente, Teresa Ribera y Santos Cerdán. Es decir, su núcleo duro político, pero sólo algunos de ellos hablaron con él. Sí habló con Yolanda Díaz, según la versión difundida por Sumar.

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La difusión de la carta, dejó al Gobierno y al partido en estado de shock absoluto, y enseguida se difundieron los mensajes de apoyo en las redes sociales.

Algunos de sus más directos colaboradores consideran en caliente que su impresión es que Sánchez está decidido realmente a dimitir tras su reflexión.

Según uno de estos allegados, el presidente ha llegado a un "crack emocional" al que ya se iba acercando desde hace tiempo, al margen de cualquier estrategia política. Todo ello, pese a su reconocida capacidad de resiliencia.

Hay otros, los menos, que entienden que la trayectoria de Sánchez está cargada de gestos y giros bruscos que cambian radicalmente el tablero político. Lo hizo en las dos primarias internas del PSOE y hace un año cuando convocó elecciones generales por sorpresa, tras la debacle para los socialistas en las municipales y autonómicas de mayo. Hasta ahora siempre le ha salido bien.

Podría ser, según esa versión, una forma de frenar la política de acoso, de agitar a los suyos y de crear un sentimiento de respaldo.

Pero los más pesimistas consideran que no se entendería que el lunes anunciara que sigue como presidente del Gobierno, porque sería criticado duramente por utilizar la "bomba atómica" teniendo como fin sólo una estrategia meramente electoral.

Entienden que quedaría sumamente debilitado si el órdago se cierra el lunes con su continuidad y con apariencia de táctica política y electoral.

Queda la opción de que anuncie que se somete a una cuestión de confianza, pero eso convertiría la decisión en un asunto de táctica política y no personal, y tampoco frenaría la estrategia de oposición dura del PP. Lograría, eso sí, movilizar a los posibles votantes en torno a él y, obviamente, tendría asegurado ganarla.

En el entorno de Sánchez se citaban anoche los casos de António Costa, que dimitió recientemente como primer ministro portugués tras una supuesta acusación de tráfico de influencias que quedó en nada, y el de Jacinda Ardern, que dimitió como primera ministra de Nueva Zelanda en enero de 2023 por razones personales.