La Princesa de Asturias con la Medalla de Aragón

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Política MONARQUÍA

Leonor sí tiene quien le escriba: del "símbolo de convivencia" de Carmen Calvo a la furia de Rufián

Arturo Pérez-Reverte impulsa la publicación de un libro en el que políticos y periodistas dedican cartas a la futura Reina.

19 mayo, 2024 03:15

"La convivencia es algo más delicado y complejo que la suma de los componentes de un grupo. Hace falta una abstracción de la identidad del grupo que pueda estar materializada en algún símbolo. Ahí creo que habita el hueco que se ha cubierto con la monarquía a lo largo de la historia". 

Quien firma estas palabras no es otra que Carmen Calvo. Lo hace en el libro Cartas a una reina, impulsado por Arturo Pérez-Reverte y publicado el pasado viernes por la editorial Zenda, con acceso gratuito desde su portal web.

Entre sus páginas se recogen firmas tan dispares como las de Carlos Alsina, Gabriel Rufián, Miguel Arias Cañete, Josep Antoni Durán i Lleida y Juan Carlos Monedero. Incluso el escritor Najat El Hachmi aparece entre ellas. Todas las cartas tienen la misma destinataria: la heredera al trono y futura Reina de España, mayor de edad desde el año pasado.

Portada del libro 'Cartas a una reina'

Portada del libro 'Cartas a una reina' Editorial Zenda

No es la primera vez que Reverte se embarca en un proyecto de este tipo. Todo depende de cómo se levante, pero al escritor cartagenero suele apetecerle, de vez en cuando, meterse en un buen jardín, y el de la monarquía en España lo ha sido siempre.

En esta ocasión, políticos, periodistas y escritores dedican unas páginas a quien, si todo marcha como hasta ahora, heredará la corona de Felipe VI. Las hay de amor y odio así se titula la carta de Rufián, y, entre medias, desfilan la ironía, la solemnidad y el respeto. Abundan, en muchas de ellas, las referencias históricas

Carmen Calvo y el difícil "equilibrio"

La exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo es conocida por abanderar el feminismo clásico dentro del PSOE. Aquel que se enfrentó, en plena crisis por la Ley del sólo sí es sí al otro feminismo, el encabezado en el Gobierno por Irene Montero.

En las líneas que dedica a Leonor pone especial énfasis en la importancia de "ser mujer" y de asumir en esa condición la jefatura del Estado. Ser mujer es un activo, se titula su carta. "Pocas reinas hemos tenido, nada a extrañar en el patriarcado" escribe Calvo. "Pero usted trae causa de la primera reina propietaria de Europa, Isabel I de Castilla, y lo será pese a la discriminación insoportable que nuestra Constitución establece en la preferencia del varón para el acceso al cargo", concluye. 

Tras este alegato, la actual presidenta del Consejo de Estado dedica unas palabras a remarcar el difícil "equilibrio" entre lo "viejo y lo nuevo", "la cercanía y la distancia" que deberá mantener Leonor durante su reinado. Todo ello, para "seguir finalmente cumpliendo lo que para usted es un destino personal asumido y para el país una fórmula constitucional viable en el siglo XXI".

En esos equilibrios, advierte Carmen Calvo, "ser mujer será un activo y la mirada amplia de una sociedad plural y abierta al mundo, una garantía en su quehacer".

Rufián y el odio

"Leonor. Esta es una carta de amor y odio" comienza escribiendo Gabriel Rufián. Aunque de la carta del diputado de ERC, redactada con cierto aire poético, se extrae más furia que pleitesía. Como cabía esperar.

Lo más destacable son sus ataques a la familia de Leonor, supuesta destinataria del libro. Así, describe su expreso "odio" a "un Estado cimentado en el miedo y huida de su tatarabuelo por unas elecciones", en referencia al exilio de Alfonso XIII. "En las plegarias y mangoneos a Franco de su bisabuelo por una corona", en referencia a don Juan, el padre del Emérito. A este último le dedica también su odio, sustentándolo "en las mentiras y corruptelas con sátrapas de su abuelo por una farsa".

Las últimas líneas mencionan indirectamente a Felipe VI, criticando el discurso que dedicó a la nación tras la declaración de unilateral e ilegal de independencia del 1-O. Un discurso en el que, dice la carta, "su padre jaleó" los "palos del 3 de octubre por una urna".

Dividida en dos partes —el amor y el odio—, Rufián enumera al principio algunos nombres ilustres de la Historia de España, cantándole a la "patria" de personajes como Larra, Dolores Ibárruri o Paco de Lucía. Y en el rumor de nombres, dedica su "amor" con frases como éstas: "De amor a una patria donde caben los suyos aun habiendo enterrado a los míos"; "en la que terrorismo sea desahuciar y no protestar" y "mida enemigos por lo que roban y no por lo que votan". 

Pronto se torna más agresiva al intercambiar el amor por el "odio". Antes de referirse directamente a la familia de Leonor, dedica también su "odio" a "un Estado hecho por hombres con almidón en el bigote y medallas de sangre en el pecho", escribe, cuyos nietos "llaman alzamiento a un golpe de Estado y golpe de Estado a un referéndum". 

Como broche final, Rufián aspira a la destrucción del Estado que Leonor representará cuando asuma el papel de su padre: "Me piden que le escriba y yo solo le escribo para decirle que algún día mi patria volverá y que su Estado acabará".

Monedero y "la otra Leonor"

La carta de Juan Carlos Monedero, exdirigente de Podemos, es más sutil. Utiliza la ironía para describir la historia de "la otra Leonor", una niña ficticia que, por "azar", nació en el mismo hospital que la heredera. 

"Tu madre aún recuerda hace dieciocho años el revuelo que se armó cuando una tromba de periodistas y fotógrafos entraron en la habitación a fotografiarte y tu padre se quedó lívido en su esquina porque no entendía nada", escribe Monedero dirigiéndose a la falsa Leonor. A lo largo de la carta, utiliza este recurso para comparar la vida de supuestos privilegios de la princesa frente a su tocaya anónima.

"¿Sabías, Leonor, que al lado de donde tú naciste nació otra Leonor de fortuna diferente? Ya es mala suerte, o buena, nacer en la misma clínica y al lado de tan egregia persona". Monedero alude constantemente a ambas, pero la carta está siempre dirigida a esa joven inexistente.

También dirige palabras contra otros. Así, ataca por igual a los periodistas, diciendo que "estuvo mal que cuando se dieron cuenta del error se llevaran los regalos y además no se disculparan". Pero, según afirma, "nunca el gremio del periodismo ni el de la aristocracia han destacado por los dones de la cortesía, y son más de la daga y el veneno".

En esencia, la de Monedero es una carta que ensalza la vida corriente frente a la cortesana. "La otra seguridad está sostenida sobre un teatro en el que son otros los que deciden. Si pudiera elegir, ¿crees que se cambiaría por ti?"

Alsina y la experiencia

La primera frase de la carta de Carlos Alsina contiene en sí misma la esencia del mensaje que pretende transmitir a la futura reina: "Nada alecciona más a una dinastía que el historial de sus naufragios". Y de sus éxitos, porque de eso trata la carta que escribe el periodista y presentador del programa Más de Uno. De las lecciones que Leonor debe aprender de sus antepasados.

La de Alsina se aleja de cualquier populismo disfrazado de altura moral, ética o ideológica. Se dirige a una Leonor que considera adulta y le dedica, en breves frases, algunos consejos para conducirse en su tarea.

"Cuenta usted, Leonor, con dos tutores atentos al discurrir de las corrientes y al sentido en que sopla el viento", escribe, en referencia a los Reyes Felipe y Letizia. "Perimétrese, joven Leonor. Aprenda hasta dónde llega la función de una reina y dónde no entra. Grábese a fuego sus límites", le aconseja. 

A diferencia de Monedero, Alsina resalta tanto los errores de sus ancestros, como sus virtudes. "Aprenda de su tatarabuelo paterno (Alfonso XIII) todo lo que no debe hacer quien se debe a la Constitución", le recomienda.

"Aprenda de su bisabuelo (don Juan) que la historia nunca da marcha atrás", le insta. "De su abuelo (Juan Carlos), que la lucidez histórica no exime de la limpieza personal, le advierte. "De su padre, que la prudencia es mejor cimiento para el trono que la pasión. Y de su madre aprenda, en fin, a resistir los asedios", le anima.

Además, Alsina la anima a leer, a "agarrar una azada y mancharse de tierra", a acercase tanto a "las universidades" y los "jóvenes" como a los "pueblos", buscando "entre los viejos el caudal de la experiencia".

El periodista la advierte y le aconseja también "huir" del "españolismo", que "comparte defectos con los nacionalismos y nos condena a vivir enredados en la fiebre identitaria que nos envenena". Llegará el día, augura Alsina, "en que habremos dejado de preguntarnos qué somos para empezar a preguntarnos qué hacemos".