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Política ELECCIONES EUROPEAS

Los 800.000 de Alvise: Se Acabó la Fiesta 'robó' a Vox 300.000 votos, 230.000 al PP y casi 70.000 al PSOE

El agitador de las redes sociales también recabó alrededor de 115.000 apoyos directamente de la abstención, sólo por detrás de PP y PSOE.

11 junio, 2024 16:44

La gran sorpresa de las elecciones europeas han sido los más de 800.000 españoles que votaron a Se Acabó la Fiesta (SALF), la agrupación de electores del agitador ultra Alvise Pérez. La radiografía que dejan las urnas sitúa sus apoyos en el sur de España, sobre todo en los municipios de entre 50.000 y 100.000 habitantes, pero hay matices que no salen en los datos oficiales.

Según el último sondeo de SocioMétrica para EL ESPAÑOL, Alvise recibió alrededor de 300.000 papeletas de exvotantes de Vox y otros 235.000 del PP, los dos partidos a los que más apoyos ha arrebatado; al PSOE, por su parte, le rebañó casi 70.000, el que más de las tres derechas. Le siguen, curiosamente, alrededor de 115.000 personas que venían de la abstención en 2019.

En cuanto al perfil del votante, según los datos oficiales, Alvise triunfa especialmente en Andalucía (sobre todo en Málaga), donde recabó 180.816 votos, esto es, más del 22% de los votos totales que consiguió en toda España. También se convirtió en la cuarta fuerza de la comunidad, por delante de Sumar y Podemos, con 148.120 y 81.305 sufragios en la región, respectivamente.

Como puede observarse en la tabla más arriba, un 9,8% de los exvotantes de Vox (las columnas) se han pasado al lado de SALF (las filas), la mayor transferencia de uno a otro partido si se excluyen Sumar y Podemos. Por otro lado, es el partido que más apoyo rebaña de la abstención después de PP y PSOE. 

En datos absolutos, Alvise no ha sido primera fuerza en ningún municipio, pero sí tiene claros sus principales feudos. Su mayor influencia se reparte entre el sur y el levante, aunque en Canarias y Castilla-La Mancha también tienen su peso.

Las ciudades donde más apoyo ha ganado, en comparación con el resto de fuerzas, son Ceuta (7,8% del voto), Málaga (7,44%), Almería (7%), Las Palmas (6,7%), Murcia (6,6%) y Guadalajara (6,5%). En la Comunidad de Madrid, por su parte, consiguió en total casi tantos votos como en Andalucía, llegando a 140.079.

Metodología:

A partir de la matriz de transferencia de Sociometrica, que ha demostrado una precisión del 91,4%, se han aplicado los ajustes necesarios para llevar la intención directa de voto de encuesta, a los datos reales de las elecciones europeas.

Mediante cálculos matriciales iterativos, se ha llegado a un ajuste voto real de gen23 / voto real eu24 del 99,8% (error<2%).

Software informático de apoyo: Barwin y JMP

Las expectativas

Alvise Pérez siempre ha sido experto en provocar incendios, pero este nadie se lo esperaba. Anunció su candidatura a finales de febrero y en apenas dos meses ya figuraba en las principales encuestas; a los tres, los sondeos de SocioMétrica para EL ESPAÑOL ya le daban representación. Todo se explica a través de Vox. 

Aunque le roba votos a todo el espectro político (al que menos, al de PSOE y Sumar), pero a nadie tantos como a Abascal. Según datos del último CIS antes de las elecciones, un quinto de sus votantes en 2019 ya son "ardillas", que es como llama a sus simpatizantes.  

El mínimo de papeletas para conseguir representación en el Parlamento Europeo está entre 350.000 y 400.000, dependiendo de la participación. Alvise consiguió algo más del doble, 800.763, pero la baja participación le permitió llegar por la mínima al tercer eurodiputado, tal y como estimó EL ESPAÑOL en su estudio previo de la candidatura.

Otro dato. Nada más terminar el polémico acto de Vox con Javier Milei en el Palacio de Vistalegre, Santiago Abascal reconoció que los objetivos electorales de su partido eran los jóvenes, los abstencionistas y los descontentos. Precisamente, los tres nichos de votantes favoritos de Alvise Pérez, de quienes podría arañar más de un millón de votos, según el CIS. Y el 75% de ellos hombres, como ocurre en Vox. 

La competencia entre ambos tiene su explicación. Fueron aliados en el pasado, ambos comparten discurso, ambos cuentan con asesores de Milei entre sus filas y ambas candidaturas se acusan mutuamente de ser "herramientas del sistema" destinadas a minar sus apoyos. La llegada del 9-J no ha hecho sino disparar las tensiones y transferencias de voto entre ambos.