El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán; el secretario general, Pedro Sánchez; y la vicesecretaria general, María Jesús Montero, durante una reunión de la Ejecutiva socialista.

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán; el secretario general, Pedro Sánchez; y la vicesecretaria general, María Jesús Montero, durante una reunión de la Ejecutiva socialista. Kiko Huesca EFE

Política ACUERDO PARA INVESTIR A ILLA

ERC acerca a Sánchez a su gran objetivo de que Illa sea 'president' mientras el incendio crece en el PSOE

El líder socialista basó toda su estrategia en lograr la Generalitat para el PSC, aun a costa de abrir la mayor batalla interna desde que es presidente.

3 agosto, 2024 02:51

Pedro Sánchez avanza hacia uno de sus objetivos políticos principales, lograr que el socialista Salvador Illa sea presidente de la Generalitat. Avanza con graves heridas, muestras evidentes de desgaste y jirones de piel, como Terminator en las escenas más épicas de la película que protagoniza Arnold Schwarzenegger. Pero avanza.

Las bases de ERC han dado apoyo al acuerdo de investidura de Illa, que sacará a los independentistas de la Generalitat, y Sánchez ha logrado su gran objetivo político. Lo logra con un pacto que supera la línea roja del concierto económico que él mismo estableció, pero con la duda de si su voluntad es realmente aprobarlo y aplicarlo. Considera que así entierra el procés independentista.

Cuando parecía imposible, el líder del PSOE vuelve a conseguir avanzar y, de nuevo, aceptando peticiones que poco antes veía inconstitucionales o inviables a cambio de votos para investiduras.

Esta vez ha sido el "concierto económico solidario" para Cataluña, que le provoca estos días la mayor contestación interna en su partido desde que es presidente del Gobierno, y que resquebraja a algunos de sus socios, empezando por Sumar y las formaciones que lo componen.

Barones y dirigentes socialistas rechazan abiertamente el acuerdo que hace "feliz" a Sánchez, según sus propias palabras. Mantienen la misma posición de rechazo al concierto que mantenía el propio Sánchez antes de su cambio de opinión.

A partir de este momento, y si se consuma la investidura de Illa, el presidente del Gobierno habrá logrado legitimar su posición respecto a Cataluña, según la versión de la Moncloa. Su política de acuerdos y desjudicialización del conflicto territorial ha dado resultado, el independentismo se ha reducido al mínimo y será ahora un socialista quien gobernará la Generalitat.

En realidad, Illa será el tercer socialista en llegar al cargo tras Pasqual Maragall y José Montilla. Tampoco será la primera vez que hay un acuerdo transversal entre socialistas e independentistas, porque en uno de los casos hubo incluso un gobierno de coalición tripartito con presencia de ambos. Pero lo cierto es que ERC queda rota (53% frente al 44%, fue el resultado de la votación de este viernes) y Junts, pendiente de los movimientos de Carles Puigdemont.

En todo caso, tras 10 años de inestabilidad y de tensión independentista, Illa está cerca de llegar a la Generalitat. Se enfrenta a un camino difícil que incluye un Gobierno en minoría para el que buscará acuerdos transversales y variables, con una oposición independentista muy dividida y debilitada, pero que le exigirá la puesta en práctica del acuerdo de investidura que incluye medidas claramente soberanistas.

Moncloa confía en que en que la coincidencia de socialistas en el Gobierno central y en la Generalitat facilite el tortuoso camino que debe recorrer Illa. También confía en las peleas internas en ERC y en el proceso que tendrá que abordar Junts y para el que sueña un triunfo de pactistas similares a lo que fueron los soberanistas. 

Rebelión interna

De hecho, en la Moncloa aún hay temor a los pasos que pueda dar el expresident de la Generalitat para intentar dinamitar la investidura, que podría tener lugar en los próximos días. Temen que pueda presentarse en el Parlament ese día para forzar su detención, a falta de que se le aplique la ley de amnistía.

Si Illa es finalmente presidente de la Generalitat podrá, además, renegociar con Sánchez la aplicación del acuerdo sobre el concierto para Cataluña sellado con ERC que, además, debe pasar por el Congreso de los Diputados.

Ahí Sánchez tendrá que lidiar con la mayoría de federaciones del PSOE que rechazan un modelo de financiación singular para Cataluña similar al concierto vasco y navarro. También con el rechazo de formaciones como Compromís o Chunta, que están dentro de Sumar y que defienden los intereses de la Comunidad Valenciana y Aragón. 

Sánchez se enfrenta a la mayor rebelión en su partido desde que el presidente, pero hasta ahora siempre ha demostrado que resiste siempre. Como Terminator, dañado y desgastado, pero resiste.

La siguiente etapa para el líder socialista será la de los Presupuestos para 2025. Fuentes de la Moncloa dan como muy probable que ERC los apoye, para lograr que se aprueben entonces las reformas legales necesarias para aplicar el concierto catalán. El único escollo será el cruento proceso interno en ERC, con un congreso convocado para el 30 de noviembre.

¿Vuelve Puigdemont?

¿Qué hará Junts? Esa es la gran duda en la Moncloa. Este viernes recibieron el acuerdo para investir a Illa calificándolo de mala noticia para Cataluña. Los socialistas tienen referencia directa del propio Puigdemont sobre su intención de obstaculizar el avance de la legislatura, como demostró hace dos semanas en el Congreso al impedir que se aprobara el techo de gasto.

Desde Junts aseguraban la semana pasada que su líder asistirá al Parlament a riesgo de ser detenido para reventar la investidura de Illa. Tal y como adelantó EL ESPAÑOL, Puigdemont ha comunicado a su círculo más cercano que mantiene la intención de regresar a España para asistir al debate de investidura, aun a riesgo de ser detenido por orden del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena.

Si Junts torpedea los Presupuestos, el Gobierno ya prepara el plan b, que consiste en ir preparando el terreno para explicar que no pasa nada y que es posible prorrogarlos y esperar a que en 2025 las circunstancias lo permitan.