Sánchez engañó al Congreso y al Senado con el viaje a España de Delcy y Moncloa alega ahora que Ábalos le mintió
- El presidente del Gobierno respaldó a su ministro incluso después de que diera distintas versiones y sabiendo que había mentido, y lo mantuvo en el Gobierno y al frente del PSOE un año y medio más.
- Más información: Pedro Sánchez autorizó el viaje de Delcy Rodríguez a España en el que se vio con Ábalos
"Señorías, el señor Ábalos hizo su deber, que fue evitar una crisis diplomática con su intervención", aseguró el presidente del Gobierno en el Pleno del Congreso de los Diputados el 12 de febrero de 2020.
Respondía así, desde su escaño, a una pregunta de la oposición sobre la llegada de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, al aeropuerto de Barajas.
Con la solemnidad del Congreso, Pedro Sánchez respaldó a quien entonces era ministro de Transportes y número dos del PSOE. Dos semanas después lo hizo, entre risas y con los aplausos de Pablo Iglesias, en el Senado.
José Luis Ábalos había acudido el 20 de enero de 2020 a ver Delcy Rodríguez al aeropuerto de Barajas. La versión oficial de entonces, cambiante en esos días, decía que fue a recibirla para que no pisara suelo español, porque lo tenía prohibido por las sanciones de la UE a Venezuela.
La Guardia Civil explica ahora que, de los mensajes que han sido intervenidos, se concluye que Ábalos concertó la cita con la vicepresidenta venezolana y pretendía reunirse con ella en su despacho del Ministerio para facilitar presuntamente negocios de Víctor de Aldama.
Y añade la Guardia Civil que el presidente del Gobierno autorizó expresamente la llegada de Delcy Rodríguez a Madrid, pese a que tenía prohibido pisar suelo europeo. Lo hizo tras recibir un WhatsApp de Ábalos en el que le explicaba que se trataba de hacer gestiones "en favor de las empresas españolas".
El mensaje completo de Ábalos a Sánchez, cuatro días antes del viaje, dice: "Para terminar de molestarte, la vicepresidenta de Venezuela viene en viaje privado el próximo lunes y quiere verme discretamente. La gestión que acordamos con empresas españolas ha permitido que Duro Felguera cobre una deuda importante". El presidente del Gobierno le respondió: "Bien".
Fue un mes después cuando Sánchez respaldó a Ábalos en el Parlamento, sin que se conociera entonces disgusto alguno del presidente por las gestiones de su ministro. La versión oficial en aquel momento, respaldada por el propio Sánchez, señalaba que la presencia de Delcy Rodríguez en España fue improvisada y no deseada por el Gobierno.
En las conversaciones recogidas en el informe de la Guardia Civil queda claro que la "visita privada" fue planificada por el entonces ministro de Transportes y autorizada por el presidente del Gobierno con ese escueto "bien". Sánchez supo de la visita cuatro días antes de producirse, es decir, no fue espontánea ni una escala como se dijo entonces desde el Gobierno, pero el ministro dio al presidente una versión que ahora se comprueba falsa, porque tenía que ver con otro tipo de negocios, no era para ayudar a empresas españoles.
Cuando el 25 de febrero de 2020, Sánchez volvió a ser preguntado, esta vez en el Senado, sobre la presencia en España de Delcy Rodríguez, respondió: "La vicepresidenta de Venezuela se dirigía en vuelo privado hacia España. Sobre la vicepresidenta primera de Venezuela pesa una sanción europea que le prohíbe la entrada en territorio legal europeo. Había dos maneras de evitar que esto no sucediera o que esto sucediera. La primera era generando una crisis diplomática", comenzó a explicar.
Y añadió a renglón seguido: "La segunda vía de cumplir los acuerdos europeos era hacerlo evitando una crisis diplomática. El señor Ábalos consideró, con muy buen juicio, a mi juicio, que era preferible la segunda vía, es decir: entre forzar o evitar una crisis diplomática, el señor Ábalos eligió lo segundo, evitar una crisis diplomática".
Es decir, en el mensaje de Ábalos se habla de "visita privada" y el presidente del Gobierno la autorizó cuatro días antes de producirse sin tener en cuenta la prohibición. En cambio, en esta respuesta parlamentaria se habla sólo de las gestiones del ministro para evitar tal visita, que finalmente se conoció días después de producirse por una información de Vozpópuli.
El presidente del Gobierno respaldó entonces a su ministro en el Congreso y en el Senado incluso después de que Ábalos diera distintas versiones, como que fue un encuentro casual, porque acudió al aeropuerto a recoger a su "amigo personal" Félix Plasencia, ministro de Turismo venezolano que acudía a la feria Fitur. Es decir, le respaldó sabiendo que su ministro ya había mentido claramente, porque la versión que dio luego el propio presidente era completamente distinta a las iniciales de Ábalos.
Ahora, fuentes de Moncloa aseguran que Sánchez fue engañado por Ábalos, que el presidente nunca supo que Aldama acudió con él a Barajas y que el asunto provocó entonces discusiones con su ministro.
Sin embargo, nada de eso trascendió en su momento y Ábalos siguió en el Gobierno y al frente del partido hasta julio de 2021, posteriormente, se mantuvo como diputado y repitió en las listas en 2023, por decisión personal del presidente del Gobierno.
Del 'caso Begoña' al 'Koldo'
La única versión oficial este jueves fue la del ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, que aseguró que en cuanto el Gobierno tuvo conocimiento de que la presencia de Delcy Rodríguez podía acarrear sanciones, se canceló y, de hecho, no salió de Barajas.
Los agentes de la Guardia Civil aseguran, por otra parte, no tener constancia de que Duro Felguera cobrara la supuesta deuda a la que se refiere Ábalos en su mensaje a Sánchez. Tampoco el presidente hizo mención alguna a estas gestiones para solucionar la deuda de la empresa española cuando dio cuenta del suceso en el Congreso y en el Senado.
Este informe que maneja el juez que investiga el caso Koldo, llega en una semana que empezó con un lunes negro para Pedro Sánchez en el que, por ejemplo, la Audiencia Provincial de Madrid dio vía libre al juez Peinado para seguir investigando a su esposa, Begoña Gómez. Y antes de acabar la semana se conocen las revelaciones sobre Ábalos, antes fiel escudero del líder socialista.
Curiosamente, la única limitación al juez del caso Begoña era la de no seguir investigando el rescate público de Globalia, y ahora el informe sobre el caso Koldo revela gestiones directas de Aldama para favorecer aquella ayuda pública. De alguna forma, el sumario sobre Ábalos recupera lo que se cayó el lunes del sumario de Begoña Gómez.
Entremedias de ambos acontecimientos referidos a investigaciones judiciales se conoció la reforma legal aprobada para reducir el cumplimiento de condenas por parte de destacados etarras. El Gobierno, a través de su portavoz Pilar Alegría, respondió con evidentes mentiras.
Moncloa confiaba en tener oxígeno político por la negligente actuación de los diputados del PP y por la desmedida actuación de los populares, rechazada por víctimas del terrorismo y por muchos dirigentes del partido. Hasta que este jueves se conoció el informe de la Guardia Civil que incrimina claramente a quien fue mano derecha de Sánchez.
Ese informe, elaborado por la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil), supondrá la imputación de Ábalos y hace que se resquebraje la estrategia de Moncloa y del PSOE basada en usar al exministro como cortafuegos del caso. Es decir, para frenar en él la responsabilidad agilizando, por ejemplo, su expulsión del partido y del grupo parlamentario, o elaborando una auditoría sobre su etapa en el Ministerio de Transportes. El propio ministro Torres se refirió este jueves en la Moncloa a la expulsión de Ábalos del partido.
Pero ahora, además de recuperar el asunto del rescate a Globalia, la Guardia Civil resucita el caso Delcy y extiende la sombra de la corrupción al Ministerio del Interior.
La UCO que apoya Sánchez
En el primer caso, las revelaciones llegan en un momento convulso de las relaciones con Venezuela, con José Luis Rodríguez Zapatero mediando ante el Gobierno de ese país y con la propia Delcy Rodríguez como interlocutora de España en la propia embajada en Caracas, para dar asilo al líder opositor Edmundo González.
En el informe de la UCO se habla de negocios oscuros con el Gobierno de Venezuela, con participación activa de Ábalos y Aldama. Se supone que el expresidente no sabe que sus interlocutores del Gobierno de Venezuela hacen negocios con la trama.
Respecto a la Guardia Civil, el informe empaña gravemente a esta institución. Se dice que el anterior director general del Cuerpo, Leonardo Marcos, pudo ser quien dio el chivatazo a los implicados sobre la investigación contra ellos. Marcos abandonó sorprendentemente el cargo en septiembre, después de estar poco más de un año en él, y con la única explicación de "motivos personales".
Esa destitución o dimisión está ahora bajo la sombra de la sospecha, unida a los sucesivos cambios inexplicados en esa Dirección General.
Además, el informe vuelve a poner en el foco el momento en el que Sánchez decidió destituir por sorpresa a Ábalos en 2021. Nunca ha habido explicación por parte de ninguno de los dos y vuelve a dejar en el aire si el presidente le destituyó al conocer algunas de las andanzas de su antes mano derecha, aunque le mantuvo como diputado.
En la cúpula del PSOE y del Gobierno sí había fundadas sospechas sobre las actividades de Koldo García, extraño asesor y brazo ejecutor del entonces todopoderoso Ábalos.
Al Gobierno no le queda ni la salida de cuestionar la credibilidad de la UCO, porque hasta el lunes Moncloa y el propio Sánchez esgrimían dos informes de ese departamento de la Guardia Civil para exculpar a Begoña Gómez. Ese camino parece estar cerrado para los argumentarios.
Hace tiempo que también cayó el argumento del "Gobierno limpio" y sin corrupción que reiteradamente utilizó Sánchez.