El secretario general del PCE, Enrique Santiago, junto a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

El secretario general del PCE, Enrique Santiago, junto a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Gabriel Luengas Europa Press

Política CASO ERREJÓN

Guerra de sucesión en Sumar tras la caída de Errejón: IU quiere a Enrique Santiago y los Comunes a Aina Vidal

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La inesperada dimisión de Íñigo Errejón tras acusarle de varios casos de posible "violencia sexual" ha generado una especie de guerra de sucesión en Sumar para relevar el puesto de portavoz parlamentario, uno de los más mediáticos y relevantes de la formación. Se trata, además, de una de las cuestiones más apremiantes para una formación en horas bajas que, hoy por hoy, se encuentra por segunda vez sin una voz en el Congreso. 

Tras la debacle de las elecciones europeas, Yolanda Díaz abandonó todos sus cargos orgánicos, pero mantuvo dos institucionales: el de vicepresidenta segunda del Gobierno y el de presidenta del grupo parlamentario. Dicho de otro modo, siguió mandando en las dos plazas más importantes, por lo que la decisión última sobre quién será la voz de Sumar en el Congreso seguirá siendo suya.

Recién regresada de un largo viaje en Colombia, Díaz reunirá a sus diputados este lunes para abordar la sucesión, aunque previsiblemente todavía no habrá anuncios. Sobrevuelan principalmente dos nombres.

Desde Izquierda Unida (IU) cada vez es mayor la presión para que la portavocía sea para el secretario general del PCE, Enrique Santiago, mientras que en la facción de los Comunes apuestan por Aina Vidal, la actual portavoz adjunta de Sumar en el Congreso. Otros sectores señalan a la ex directora general del Ministerio de Trabajo, Verónica Martínez, como alternativa del núcleo duro de Sumar para la sucesión.

Díaz dejó toda la responsabilidad de gestionar la crisis de Errejón a la Ejecutiva de Sumar, que compareció sin ella el pasado sábado para dar explicaciones. La reunión de este lunes será la primera vez que se vea con el resto de la coalición desde la dimisión.

Desde la fundación de Sumar, y sólo con la salvedad de Podemos, Izquierda Unida ha sido el partido más crítico públicamente con la deriva de la coalición. Sólo en esta crisis su coordinador federal, Antonio Maíllo, ha pedido responsabilidades a quienes conocieran los testimonios contra Errejón y ha pedido ser "copartícipe" en la elección del sustituto, a la vez que ha reclamado reflexionar para reconfigurar el espacio.

Su candidato, Enrique Santiago, tiene un papel muy relevante dentro del Congreso de los Diputados en tareas de fontanería. Es el encargado de muchas de las negociaciones con los distintos aliados de la marca en el Congreso —CGPJ y ley mordaza, por ejemplo— y uno de los "hombres para todo" en el Gobierno y sus socios, igual que en la pasada legislatura.

En cuanto a Aina Vidal, por galones y por el puesto que desempeña ahora de portavoz adjunta, es la que más suena para suceder a Errejón. Sin embargo, su nombramiento podría herir a IU, al considerar a los Comunes privilegiados por encima de los demás. Esta dinámica es una de las más conflictivas en la corta historia de la coalición, en la que los comunes han salido una y otra vez beneficiados sobre el resto de aliados parlamentarios.

Más Madrid también aspira a copar un mayor protagonismo en la formación, aunque este partido ha sido el más dañado por el escándalo de Errejón. El pasado viernes, la diputada autonómica Loreto Arenillas se vio obligada a dimitir tras las acusaciones de haber ocultado en 2023 una denuncia de acoso contra Errejón, algo que ella desmiente.

Con este panorama, Sumar no sólo tiene que nombrar a un sustituto de Errejón, sino también resolver el Congreso que está preparando para este otoño. Paradójicamente, era el ya exportavoz el que estaba preparando la ponencia y el corpus ideológico. Ahora se espera que la situación sirva para reconfigurar el equilibrio de fuerzas y para que los distintos partidos tengan un peso equitativo a Sumar.

Larga historia

Para entender el débil equilibrio de fuerzas entre los partidos de la coalición hay que remontarse al día siguiente del 23-J. Después de las elecciones generales, Sumar empezó a repartir distintas responsabilidades —ministerios, portavocías y presidencias de comisiones— entre las formaciones que componen el espacio.

La portavocía en el Congreso recayó entonces sobre Marta Lois, un movimiento que ya no gustó a algunos partidos de la coalición fucsia, por ser una persona de la "cuota Sumar" y cuyo único bagaje y aval político era ser amiga de Yolanda Díaz. Cuando Lois abandonó el cargo para ser candidata en las elecciones gallegas del 18-F y la sustituyó Errejón, el gesto se volvió a interpretar como que Díaz colocaba a uno de sus afines.

Con Errejón ascendido a portavoz y Podemos fuera del grupo parlamentario, IU se convirtió en el único partido de Sumar sin voz propia en el Congreso, algo que desde dentro no se entendía. Sobre todo, porque la vicepresidenta ha descartado una y otra vez darle una portavocía adjunta a Enrique Santiago, quien sigue siendo uno de los diputados más activos de la coalición.

A Santiago se le concedió un puesto en la Diputación Permanente y otro en la dirección del grupo, pero la sensación de desplante era evidente. El malestar se agravó en las pasadas elecciones europeas del 9-J, cuando el candidato de Izquierda Unida cayó al cuarto puesto de las listas —de nuevo, por detrás de los Comunes— y se quedó sin escaño. Esto provocó que el partido se quedara por primera vez fuera del Parlamento Europeo.

A esto hay que sumar que, durante la formación del Gobierno de coalición, IU corría el riesgo de quedarse sin ocupar ningún ministerio, ya que inicialmente se planteaba que a Sumar le corresponderían sólo cuatro, en vez de cinco. Finalmente sí hubo cinco, pero Sira Rego quedó relegada a una cartera menor, como es la de Juventud e Infancia. Ahora exigen el puesto de portavoz que se les ha negado tanto tiempo.