Presentación de la Confederación Hidrográfica del Jucar que justifica la paralización de las obras en los barrancos del Poyo y la Saleta.

Presentación de la Confederación Hidrográfica del Jucar que justifica la paralización de las obras en los barrancos del Poyo y la Saleta. CHJ / Diseño EE

Política LA DANA DEL SIGLO

Teresa Ribera paró en 2021 la "adecuación y drenaje" del barranco del Poyo por "problemas ambientales" y una "visión del coste-beneficio"

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Dijo Pedro Sánchez en su comparecencia de este lunes, tras el Consejo de Ministros extraordinario, que "tenemos que escuchar a los técnicos, aprender de la ciencia y sacar lecciones de esta emergencia climática que sufre nuestro planeta".

Lo que no dijo es que fue su Gobierno el que paralizó en 2021 las obras previstas para el "encauzamiento y drenaje" del barranco del Poyo y del de la Saleta. Ni que esta decisión la tomó el Ministerio de Teresa Ribera por dos razones que nada tienen que ver con los técnicos, la ciencia y el cambio climático.

El desbordamiento de ambos barrancos en la tarde noche del 29 de octubre fue el causante de que la DANA provocara las enormes inundaciones en todas las localidades de sus riberas.

Las fortísimas lluvias localizadas en sus cabeceras convirtieron unos cauces habitualmente secos en un tsunami de casi 2.000 m3/s en unas ramblas de poco más de 50 kilómetros de longitud, con un desnivel superior a los 1.000 metros.

Y el arrastre de sedimentos, rocas, troncos, escombros y cañizos actuó como combustible y ariete, arrasando Aldaia y Torrent, por ejemplo, en el caso de la Saleta; y Paiporta, Masanasa, Alfafar, Benetúser, Beniparrell, Albal o Sedaví... en el caso del Poyo.

"Disponibilidad presupuestaria"

La realidad es que el "proyecto de adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo vertiente a la Albufera (Valencia)" y el de la "vía verde de conexión del barranco de la Saleta al río Turia" se paralizaron hace ahora tres años "por falta de disponibilidad presupuestaria y problemas ambientales".

Concretamente, por la "nueva visión del coste-beneficio" de las actuaciones, según un documento firmado por Javier Ferrer Polo, director técnico de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), al que ha tenido acceso este periódico.

Informe del Ministerio de Transición Ecológica, firmado por Javier Ferrer, director  técnico de la CHJ.

Informe del Ministerio de Transición Ecológica, firmado por Javier Ferrer, director técnico de la CHJ. CHJ / Arte EE

Y también por su "incompatibilidad" con la Ley 5/2018, de 6 de marzo, de la Huerta de Valencia, aprobada en marzo de 2018 por el Consell del socialista Ximo Puig.

Así se reconoce un informe de seguimiento del plan de gestión del riesgo de inundaciones del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de 2022 y 2023, los últimos hechos públicos. Ese otro documento señala, respecto al desvío del barranco del Poyo, que "se debe reorientar la solución inicialmente prevista" por su choque con la normativa autonómica.

El informe, sobre los Planes de Gestión de Riesgo de Inundación (PGRI) aborda "el desafío de las nuevas medidas estructurales" ya previstas, o incluso iniciadas, en las demarcaciones de la Confederación. Pero con "una nueva visión".

La decisión de paralizar las obras, calificadas como "prioritarias" por la propia CHJ, y con los proyectos redactados entre 2006 y 2011, ya estaba tomada. Es llamativo que la propia CHJ reconoce que las inundaciones en la comarca son "recurrentes", y las contabiliza "históricamente" en al menos 68, con una decena de ellas sólo desde el año 2000.

Actuaciones previstas en el barranco del Poyo y sus localidades adyacentes desde 1994.

Actuaciones previstas en el barranco del Poyo y sus localidades adyacentes desde 1994. Diseño: Arte EE

Sin embargo, ese 16 de septiembre de 2021 el Ministerio celebró una jornada titulada Presentación de los PGRI de las demarcaciones hidrográficas de segundo ciclo, en la que se explicaron los proyectos que han sido sometidos al "nuevo análisis coste-beneficio".

En aquella fecha cabe recordar que el presidente de la CHJ ya era el socialista Miguel Polo y que el director general del Agua era Teodoro Estrela, otro valenciano. Ambos, dependientes de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera (en Bruselas, el 29-O) y del secretario de Estado, Hugo Morán (que se encontraba en Colombia).

Ribera ha sido acusada de "esconderse" durante las dos semanas posteriores al desastre. Ni estaba en su puesto aquel día ni ha visitado la zona afectada, ni ha dado explicaciones, ha criticado el PP, que le exigía comparecer en el Congreso "como hará el jueves Carlos Mazón en las Corts valencianas".

Ahora, en la víspera de su examen en Bruselas, donde el Parlamento Europeo debe decidir si la aprueba como nueva vicepresidenta de la Comisión, este lunes por la noche la ministra filtró a Efe que comparecerá a petición propia ante el pleno del día 20.

La necesidad de las obras

La necesidad de adecuar los cauces del Poyo y la Saleta es una realidad detectada, al menos, desde 1994, como informa EL ESPAÑOL este martes. En este tiempo, desde el último Gobierno de Felipe González al actual de Pedro Sánchez, se han sucedido nueve iniciativas para abordar estas obras. Pero por diversas cuestiones legales, burocráticas o ambientales, todos han acabado en un cajón.

Se da la circunstancia de que en 2009, la CHJ elaboró el proyecto informativo centrado en el Barranco del Poyo, con siete actuaciones previstas. Su finalidad era la reducción del riesgo de inundación en las poblaciones de Valencia situadas en el ámbito del barranco y a su vez proteger el Parque Natural de la Albufera, según se publicó en el BOE.

Proyecto de vía verde del barranco de la Saleta al nuevo cauce del Turia, obra nunca ejecutada.

Proyecto de "vía verde" del barranco de la Saleta al nuevo cauce del Turia, obra nunca ejecutada. Diseño: Arte EE

La actuación estaba prevista para desarrollarse en 11 municipios: Alaquàs, Aldaia, Buñol, Chiva, Loriguilla, Paiporta, Picanya, Quart de Poblet, Ribarroja del Turia, Torrent y Xirivella.

De las actuaciones previstas, las más avanzadas eran la conexión del barranco con el cauce del río Turia y la actuación sobre el barranco de la Saleta, en Aldaia, municipio también arrasado por la DANA del 29 de octubre.

Dos años más tarde, en 2011, Teresa Ribera, entonces secretaria de Estado de Cambio Climático, firmó la declaración de impacto ambiental favorable a la realización del proyecto de "adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo vertiente a la Albufera", pero volvió a quedar en nada.

Y son exactamente estas obras las que, una vez superados los obstáculos burocráticos, se iban a acometer hasta que en 2021 fueron "paralizadas" por la "nueva visión del coste-beneficio" del Ministerio de Ribera y por los "problemas ambientales" con la Ley de la Huerta de Puig, de 2018.

La misma CHJ reconocía, en enero de 2023, la necesidad "prioritaria" de estas actuaciones. Y el propio presidente de la Confederación ya había insistido en ello en noviembre de 2022, tras unas obras "puntuales". Así lo declaraba en una nota interna de la CHJ: "La necesidad de dotar a los barrancos del Poyo y de la Saleta de una solución integral que permitirá poner en marcha medidas estructurales que reducirán el riesgo de inundabilidad de esta importante y estratégica zona industrial".

Es más, el vocal del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Valencia, 
Fede Bonet avisa de que, aunque "no existe el riesgo cero", las actuaciones en el barranco del Poyo (donde hace 20 años que no se ejecutan "grandes obras") son imprescindibles para "minimizar" tragedias como la de la semana pasada.

Según este ingeniero, habría que priorizar "y actuar cuanto antes en el barranco de la Saleta para mejorar su desagüe", que suele provocar inundaciones en el municipio de Aldaia.

Y en el barranco del Poyo, "habría que actuar en las montañas, donde nace", y reforestar el área "para fijar el terreno y que el agua no corra tan deprisa". También habría que instalar nuevas "presas que retengan el agua y permitan que baje poco a poco"

Ya en los "pueblos y zonas urbanas", Bonet defiende acciones más duras. Para empezar, "desviar parte del caudal del Poyo al Turia", como se lleva proyectando más de 20 años, con una "vía verde, un canal que desviara parte de su caudal".

Y recuerda el ingeniero valenciano que son acciones ya recogidas en los planes hidrológicos vigentes, pero que "nunca se han ejecutado". De hecho, hay obras diseñadas desde la riada que sufrió Valencia en 1957, cuando se impulsó el desvío del cauce del Turia, que están sin ejecutar.