
El expresident catalán Carles Puigdemont (d), ha recibido este martes en Waterloo (Bélgica) al líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi.
Otegi y Puigdemont escenifican su control sobre Sánchez horas antes del debate de la defensa europea
"Sin pinganillos ni traductores. ¿En qué idioma creéis que pactan cómo seguir extorsionando a Sánchez?", se pregunta Cuca Gamarra.
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El expresidente catalán Carles Puigdemont ha recibido en Waterloo (Bélgica) al secretario general de EH Bildu, Arnaldo Otegi. Los dos se han comprometido a "trabajar sin descanso para que los derechos políticos, culturales y lingüísticos del pueblo vasco y del pueblo catalán sean reconocidos y garantizados".
La foto de los líderes del separatismo catalán y vasco se produce en vísperas de la comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso. El presidente defenderá la posición del Gobierno sobre el plan de rearme en Europa y la necesidad de acelerar el gasto en Defensa, con sus socios posicionados frontalmente en contra.
La reunión entre Puigdemont y Otegi se celebra además en pleno debate sobre si habrá Presupuestos Generales del Estado este año 2025 ante la falta de apoyos de un Ejecutivo que ya ha dejado claro que se siente cómodo con las actuales cuentas prorrogadas.
La última reunión entre Otegi y Puigdemont se produjo el 7 de noviembre de 2018. Entonces Otegi habló de poner en marcha "un frente común". "Dos pueblos, un único objetivo: ¡la independencia!", tuiteó entonces.
En la reunión de este martes, los dos se han emplazado a mantener abierta la interlocución entre Junts y EH Bildu de cara a afrontar "los retos que se presentan desde la escena vasca y catalana", según un comunicado difundido por Bildu.
El encuentro se enmarca, justifican los independentistas, en la ronda de contactos que ha iniciado Otegi tras ser reelegido secretario general del partido. Es el primer viaje a Bélgica desde que asumió en febrero esa responsabilidad. Otegi ha estado acompañado del secretario de Relaciones Políticas de EH Bildu, Gorka Elejabarrieta.
La reunión ha transcurrido en "un ambiente cordial, constructivo y de respeto", y ha servido para "compartir impresiones" sobre la situación política actual y poner en común "los retos a los que se enfrentan Euskal Herria y Cataluña en un contexto internacional cada vez más cambiante e incierto".
Ambas delegaciones han tenido, dice Bildu, la oportunidad de reflexionar e intercambiar propuestas y análisis sobre el papel que deben jugar las instituciones europeas ante "el nuevo contexto geopolítico" y han debatido sobre la autonomía estratégica que debe asumir la Unión Europea".
"Un terrorista y un fugado"
Tras hacerse pública la foto, el PP se ha sorprendido de que la reunión se celebrara "sin pinganillos ni traductores". "¿En qué idioma creéis que pactan cómo seguir extorsionando a Sánchez?", se ha preguntado Cuca Gamarra, secretaria general de los populares.
El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, también se ha pronunciado en su cuenta de X. "Un condenado por pertenencia a banda terrorista y un fugado de la Justicia intercambiando impresiones sobre la situación política. Estos son los socios preferentes del Gobierno. Esto debe ser el progresismo y la democracia de la que habla el adalid del constitucionalismo", ha escrito.
Carles Puigdemont reside en Bélgica desde que huyó de España en 2018 para evitar ser detenido. Para el magistrado instructor de la causa del procés en el Supremo, Pablo Llarena, a Puigdemont no se le puede aplicar la Ley de Amnistía aprobada en el Congreso, ya que el expresidente catalán ha cometido un delito de malversación y este no es amnistiable.
Desde las elecciones de julio de 2023, los siete escaños de Junts en el Congreso son clave para sostener al Gobierno de Sánchez, que depende de su apoyo para sacar adelante leyes, reformas y presupuestos.
Puigdemont se reunió en Waterloo con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en septiembre de 2023, dos meses antes de la investidura de Sánchez, cuando todavía no estaba claro si iba a salir adelante.
Durante la campaña electoral de 2019, Pedro Sánchez se comprometió públicamente a traer a Puigdemont a España para que "rindiera cuentas ante la Justicia española". Sin embargo, hace tres meses, el presidente cambió de opinión —una vez más— al anunciar que estaba dispuesto a reunirse con el expresidente catalán, incluso en el extranjero.