Sánchez y Feijóo, en un encuentro en el Senado.

Sánchez y Feijóo, en un encuentro en el Senado. Europa Press

Política CONGRESO

Sánchez ignora la petición de Feijóo de reunirse con el Jemad: González sí atendió la de Aznar en plena crisis política

En 1994, Aznar, jefe de la oposición, se reunió con la cúpula de las Fuerzas Armadas, tal y como ahora pretende Feijóo. Fue un encuentro facilitado y amparado por el Gobierno de González pese a la dura polarización de entonces.

Julián García Vargas, entonces ministro de Defensa, detalla el canal secreto que mantuvo con Aznar aquellos años para informarle sobre geopolítica: "Ha pasado tanto tiempo que ya lo puedo contar tal cual fue".

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El Gobierno ha ignorado –y sigue haciéndolo– la petición de Alberto Núñez Feijóo, que quiere reunirse con la cúpula de las Fuerzas Armadas para estar al tanto del devenir geopolítico y de la situación de España en el nuevo contexto mundial.

Se trataría de un encuentro donde también estaría presente el Ejecutivo, bien a través de Pedro Sánchez o de la ministra de Defensa, Margarita Robles.

El jefe de la oposición sorprendió con esa solicitud en el Parlamento, durante la última comparecencia de Sánchez. Ni hubo respuesta entonces ni la hay actualmente.

Sólo una vez en Democracia se ha producido una reunión similar. Sin embargo, el contexto que rodeó aquel encuentro ejemplifica a la perfección que el deterioro institucional en las relaciones Gobierno-oposición no tiene precedentes.

Porque, en aquel 1994, la polarización era tan alta como hoy. José María Aznar pedía la dimisión de Felipe González y el PP situaba al entonces presidente del Ejecutivo detrás del terrorismo de Estado. Pese a eso, existía un canal de comunicación suficiente como para auspiciar la reunión que ahora quiere Feijóo.

Es más: en medio de aquella crisis política, no sólo hubo una reunión; hubo un canal secreto que ahora vamos a desvelar a través de sus protagonistas. La reunión fue sólo el final del camino.

Cuando Aznar solicitó información geopolítica, González se ocupó de que no le faltara y encargó a uno de sus ministros mantener encuentros con él fuera de agenda.

Empecemos por el principio.

En aquel momento, como muestran las crónicas de la época, la polarización era muy alta. Los de Génova apretaban a Moncloa con los distintos casos de corrupción que afectaban al PSOE desde su llegada al Ejecutivo en 1982. El lenguaje quizá fuera más educado, pero no menos combativo.

En ese contexto, el Gobierno de González aceptó la petición de Aznar de reunirse con la cúpula de las Fuerzas Armadas. Julián García Vargas, entonces ministro de Defensa, fue el encargado de organizar un almuerzo en el que estuvieron él mismo, Aznar y los rectores del Ejército. Era la primera vez que un jefe de la oposición –eso relató la crónica de El País– participaba en un encuentro así.

Hoy, el Gobierno no ha exhibido ni la más mínima intención de avalar la reunión que Feijóo ha pedido con las Fuerzas Armadas. La respuesta de Sánchez a los ofrecimientos de Feijóo –son cada vez menos– fue una diatriba de 45 minutos contra el PP y la extrema derecha.

Este periódico se ha puesto en contacto con Julián García Vargas, el ministro socialista que ayudó a Aznar, el adversario de su Gobierno, a lograr esa reunión. "Ha pasado ya tanto tiempo que puedo contárselo tal cual. Lo importante no es esa reunión, sino todo el camino recorrido hasta que ocurrió. Había un canal secreto que funcionaba desde hacía tiempo. Yo mismo me reunía con Aznar y le daba toda la información geopolítica que pedía".

–¿Cómo era aquello?

–Lo hacía por encomienda del presidente González. Pese a la polarización reinante, él daba por hecho que el PP un día gobernaría España y consideraba que Aznar debía tener, como jefe de la oposición, la información que quisiese sobre los distintos conflictos internacionales.

–No debía de ser fácil. La relación Gobierno-oposición se había agriado muchísimo.

–Aznar y yo nos conocíamos de antes. Pertenecíamos al mismo cuerpo de inspectores de Hacienda. Eso facilitaba las cosas. De vez en cuando, nos veíamos. Él me preguntaba y yo, sin desvelar interioridades del Ministerio, le contaba lo que él necesitaba. ¡Es lo normal! ¡No se sorprendan! Lo que es raro es lo de hoy. ¡No hay ningún puente! Y en un momento tan delicado. No lo entiendo.

García Vargas fue ministro de Sanidad y de Defensa, uno de los hombres de más confianza de Felipe González. En todo momento, remarca que su actuación se hizo "por encomienda" del presidente.

En una entrevista con este diario, urge a Moncloa, y al ministerio de Defensa en particular, a que designe al ministro o a otra persona para que abra "un cauce de comunicación permanente con el jefe de la oposición".

"A partir de ahí, pueden ir dándose esos pasos hacia la reunión de Feijóo con la cúpula de las Fuerzas Armadas. Pero, como les digo, ese es el último paso. De hecho, nuestra reunión de 1994 fue una deferencia, una meta alcanzada. Como les digo, había mucho terreno labrado previamente", remacha.

La visión del PP

Para contar el reverso de aquel sorprendente canal de comunicación, acudimos a dos miembros del gabinete de Aznar por aquel entonces. "Felipe González se podía permitir aquella reunión de Aznar con las Fuerzas Armadas por varias razones. La polarización no explica en absoluto la reacción de Sánchez a la petición de Feijóo. ¡Como si no hubiera polarización en 1994!", detallan estas fuentes.

"Felipe ya había llamado a Aznar por teléfono para informarle de la primera guerra del golfo y de que Estados Unidos había pedido permiso para instalar bases", anticipan como otra muestra de la institucionalidad imperante en tiempos difíciles, además de la vía secreta García Vargas-Aznar.

"La primera de las razones que empujan a Sánchez a impedir esa reunión es la coalición. Entonces, Felipe gobernaba en solitario. Hoy, esa reunión de Feijóo sería interpretada por Sumar como una entrega de protagonismo e importancia que a ellos se les niega", apuntan.

"Los talantes son hoy parecidos a los de entonces. Margarita Robles es similar a García Vargas. No son militantes feroces de nada, pero un ministro siempre actúa según los deseos del presidente. Probablemente, a Margarita le parecería bien esa reunión. Pero Sánchez gobierna con una coalición que a su vez depende de multiples partidos", dicen los asesores de Aznar.

La segunda razón –indican estas fuentes– encuentra su ejemplificación en los 45 minutos que dedicó Sánchez a fustigar a Feijóo en una comparecencia sobre Defensa cuando comparte más con él en este asunto que con sus socios.

"Si Sánchez permite un puente con Feijóo, la mayoría de gobierno se deshace. No se puede permitir ni un solo gesto de integración. ¿Cómo va a parecer más importante Feijóo que Rufián, Otegi o Puigdemont? ¡No es polarización! No tiene nada que ver con eso. Es simple dinámica de bloques", arguyen.

Y como razón más importante, concluyen: "Felipe podía amparar esa reunión de Aznar con las Fuerzas Armadas porque tenía más votos y por eso gobernaba".