El Partido Popular y su extesorero, Luis Bárcenas, apoyan que el magistrado José Ricardo de Prada sea apartado del tribunal de la Audiencia Nacional que les va a juzgar en el 'caso Gürtel', en un juicio que está previsto que comience el próximo 4 de octubre pero que podría retrasarse de salir adelante la recusación.
Tanto la formación como Bárcenas han informado a favor de que se tramite el incidente de recusación planteado por el acusado Pablo Crespo -considerado número 2 del líder de la trama Gürtel, Francisco Correa- contra De Prada, por su falta de imparcialidad en el asunto por mantener una estrecha relación con el juez Baltasar Garzón, condenado precisamente por acordar la intervención de las comunicaciones de manera ilegal en este caso.
La defensa de Crespo alegó que acababa de conocer que De Prada ha colaborado con la Fundación Internacional Baltasar Garzón. Ahora Bárcenas, en su escrito, señala como “novedosas y desconocidas” estas intervenciones. “Esta nueva circunstancia novedosa debemos interrelacionarla con las que ya eran de público conocimiento, y revisar el apoyo prestado por el magistrado recusado a Garzón en su día, entendiendo que la amistad que les une alcanza tal compromiso que el recusado llegó a realizar gratuitamente un viaje hasta Argentina, para participar en un acto que inició transmitiendo 'su cariño personal' al instructor, exponiendo que el momento de la inhabilitación supuso 'uno de sus peores momentos en su trabajo jurisdiccional'”.
Garzón fue condenado por prevaricación por el Tribunal Supremo y apartado de la carrera judicial después de una querella interpuesta por varios de los investigados, entre ellos el propio Crespo, por ordenar grabar las conversaciones entre los detenidos y sus abogados en la cárcel, vulnerando así su derecho a la legítima defensa.
Apoyo de una veintena de defensas
Ahora, una veintena de acusados apoyan que De Prada sea apartado y sea nombrado otro magistrado que componga la Sala. En ese mismo tribunal, ya fueron apartados los magistrados Enrique López y Concepción Espejel por su vinculación con el PP, al ser nombrados vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a propuesta de este partido. Al encontrarse la formación que preside Mariano Rajoy como responsable civil y como partícipe a título lucrativo, el Pleno de lo Penal de la Audiencia Nacional entendió que su imparcialidad estaba comprometida.
Estos dos magistrados fueron sustituidos por Ángel Hurtado y Julio de Diego. Ahora el tercer componente está puesto en entredicho. “A nadie puede escaparse que puede surgir, porque es lógico y humano, un debate interno en la mente o el corazón del magistrado recusado, a la hora de analizar las cuestiones previas que requieren una toma de partido sobre la correcta o incorrecta tramitación de la causa por un amigo y compañero; sobre el alcance que la vulneración de derechos fundamentales reconocida por el Tribunal Supremo puede tener sobre la admisibilidad, práctica y valoración de determinadas pruebas; o incluso (y vaya por delante la presunción de inocencia), sobre una hipotética apreciación de atenuantes derivada de la vulneración de derechos fundamentales reconocida en aquella sentencia que, en palabras del propio recusado, supuso uno de sus peores momentos profesionales”, recoge el abogado de Bárcenas en su escrito.
Unidos ante la adversidad
Por su parte, el PP explica que igual que López y Espejel fueron apartados por sus vínculos con el partido, en este caso “los vínculos puestos de manifiesto en el incidente que nos ocupa, sitúan al magistrado recusado en una posición de aparente parcialidad en contra del acusado, lo que de nuevo –partiendo de las garantías constitucionales que en derecho penal son mecanismos establecidos, fundamentalmente, en favor del reo– exige un rigor extremo a la hora de valorar la imparcialidad de instructores y enjuiciadores”, recoge el escrito del Partido Popular.
El partido de Rajoy y su extesorero, Luis Bárcenas, no mantienen precisamente buenas relaciones. Cuando hace unos días, el segundo decidió retirar la acusación contra su exformación por haber destruido sus ordenadores, desde las acusaciones se sospechó que podía haber algún tipo de pacto. Sin embargo, ambas partes lo negaron rotundamente, alegando que no existe comunicación alguna entre ellos. Aún así, a pesar de encontrarse en posturas contrapuestas, han encontrado un nexo en común: apoyar el intento de expulsión de De Prada.
Este juez progresista incomoda al PP y a gran parte de los acusados. Este magistrado ha conseguido que tanto la formación como Bárcenas hayan encontrado posturas cercanas de cara al inicio del juicio. El siguiente paso lo tiene que dar el propio De Prada. Ahora deberá decir si se aparta de manera voluntaria o por el contrario entiende que su imparcialidad no está puesta en entredicho y por tanto lo rechaza. Si ocurre el segundo supuesto, un instructor resolverá si se debe tramitar la recusación y si esto ocurre finalmente será el Pleno de la Audiencia el que deba resolver. Si se tramita, el comienzo del juicio se retrasaría.
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