Llarena puede llevar ante la UE el caso de Schleswig-Holstein por 'extralimitarse' con Puigdemont
- Los líderes del soberanismo catalán aseguran que buscarían investirle presidente de nuevo "si pone un pie en España".
- El resto de procesados irían a juicio antes que Puigdemont mientras se pronuncia el TJUE.
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El magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que ha instruido la causa por el denominado procés soberanista en Cataluña se pronunciará en los próximos días respecto a la decisión de la justicia alemana de entregar a Carles Puigdemont únicamente por malversación en lugar de por rebelión y malversación, los dos delitos por los que Llarena ha procesado al expresident.
Sería complicado que el magistrado acepte la entrega de Puigdemont únicamente por ese delito, cuando él mismo se ocupó de explicar a sus homólogos alemanes que un auto de procesamiento es equiparable a una orden de detención europea. Además, los otros 12 procesados en el Supremo (exconsejeros catalanes, exmiembros de la mesa del Parlament y los líderes de ANC y Òmnium) se sentarán en el banquillo acusados de un delito por el que podrían ser penados con hasta 25 años de prisión mientras que él se enfrentaría a 12 años de cárcel.
Por otro lado, el entorno más cercano de Carles Puigdemont que le acompaña en Alemania ya habla de intentar investirle President en el momento que "ponga un pie en España", pues en todo momento han visto a Joaquim Torra como un sustituto transitorio.
Precisamente Puigdemont representa el independentismo que no da marcha atrás, el que busca la ruptura del orden constitucional que se ha investigado en el Supremo.
Tribunal de la UE
Llarena tiene la posibilidad de paralizar la entrega de Puigdemont a España dirigiendo una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea con sede en Luxemburgo. Se trata de un mecanismo para garantizar la aplicación efectiva y homogénea del Derecho en la Unión Europea y evitar interpretaciones divergentes.
No es que el magistrado plantee a dicho tribunal la decisión de la justicia alemana para que la revoque, sino que técnicamente le plantea sus propias dudas sobre la aplicación de la norma comunitaria. Aunque, en última instancia, lo que busca es la constatación de que la justicia alemana se ha extralimitado y ha ido "contra el principio de confianza recíproca" de la Unión Europea, según consideran los magistrados del Supremo.
Lo que Llarena conseguiría con esta decisión es la opinión de un ajeno y, sobre todo, la paralización de la entrega del expresident, lo que provocaría que el juicio contra él fuera no sería al mismo tiempo que el del resto de procesados.
El magistrado se encuentra a la espera de la traducción oficial de la decisión del tribunal alemán para responder, pero parece que la opción de la cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la UE se perfila como la decisión más posible que tome Llarena.