Los correos de Corinna prueban que tuvo negocios con Juan Carlos I tras el "acoso" que denuncia
Dio instrucciones al abogado Canónica para que "aceptara el regalo" de un terreno en Marrakech meses después del supuesto "hostigamiento" del CNI.
12 diciembre, 2021 19:15Noticias relacionadas
El "acoso", "hostigamiento" y campaña de "difamación" que son objeto de una demanda interpuesta ante la Justicia inglesa contra Juan Carlos I por Corinna Larsen no le impidieron mantener negocios con el rey emérito mientras esas supuestas acciones se cometían, a tenor de los correos que la empresaria envió a Dante Canónica.
Este abogado suizo fue, junto a Arturo Fasana, el administrador de la Fundación Lucum, en la que Juan Carlos I ocultó al fisco español una "donación" del fallecido rey saudí Abdalá de 100 millones de dólares. Pero Canónica trabajaba paralelamente para Larsen en la constitución de diferentes estructuras.
Entre ellas destaca Solare, en la que Larsen recibió el 5 de junio de 2012 los 65 millones guardados en la Fundación Lucum que el entonces jefe del Estado español le "regaló" por "gratitud y amor", según sostuvo la consultora ante el fiscal suizo Yves Bertossa. Larsen es investigada por un presunto delito de blanqueo de capitales por haber sido, supuestamente, testaferro del monarca español.
Canónica también constituyó para Larsen Mountain Lion Inc que, según la examante del rey, es propietaria de un terreno en Marrakech regalado por el rey de Marruecos. "Este regalo se hizo a mi favor y no a favor de Juan Carlos I", se apresuró a precisar Larsen a Bertossa.
"Las instrucciones son..."
El 26 de noviembre de 2013, la empresaria envió a Canónica un correo electrónico con la referencia Mountain Lion en el que le indicaba: "Las instrucciones son aceptar el regalo de la tierra y luego esperar y ver qué hacer con ella o no... En cualquier caso, tenemos que preparar todos los documentos necesarios para poder firmar el terreno con la empresa".
Para alejarse de la acusación de ser testaferro de Juan Carlos I, Larsen tuvo que contradecirse respecto a lo que había manifestado al excomisario Villarejo en el sentido de que el terreno de Marrakech era un regalo al rey emérito comprado por una sociedad puesta a nombre de ella "sin consultarme". "Me niego a contestar cualquier pregunta relacionada con estas grabaciones ilegales y mutiladas", manifestó a Bertossa en referencia a las llamadas cintas de Corinna.
En todo caso, en noviembre de 2013, cuando Corinna transmitió a Canónica las "instrucciones" sobre el terreno en Marrakech, ya habrían ocurrido varios de los episodios por los que ha demandado a Juan Carlos I en el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales.
Para entonces, el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz Roldán, ya había ido a visitarla a Londres para "amenazarla" con que no podrían protegerla ni a ella ni a sus hijos (5 de mayo de 2012), su casa de Mónaco ya habría sido objeto de una "operación encubierta" del CNI para sustraerle documentación (abril-mayo de 2012) y Corinna habría encontrado en su apartamento de Villars un libro sobre la muerte de Diana de Gales (también el 5 de mayo de 2012). Pese a que todo ello la "atemorizó" y la llevó a la convicción de que "mi vida estaba amenazada", no tuvo inconveniente en aceptar poco después los 65 millones de euros y el "regalo" del terreno en Marrakech.
Según la demanda presentada en la High Court de Londres, tras abdicar la Corona Juan Carlos I le reclamó los 65 millones y ella se negó a devolvérselos por ser una "donación irrevocable". El ya rey emérito habría iniciado entonces una estrategia de "difamación" para hacer saber a conocidos comunes que su examante "le había robado". Como resultado, Larsen habría perdido clientes como Allen Sanginés-Krause, que habría roto su contrato con ella el 21 de noviembre de 2014.
El 4 de noviembre de ese año Larsen habría recibido a Juan Carlos I en su casa de Londres pero, como tenía "miedo" y no quería estar a solas con él, invitó al magnate cubano Pepe Fanjul. Según Corinna, el rey emérito se enfadó cuando ella reiteró su negativa a retomar la relación con él (rota, según la empresaria, en 2009) y la volvió a presionar para que le devolviera los 65 millones de euros y para que pagara 200.000 libras esterlinas por los cargos de los servicios de un apartamento en la capital británica puesto a disposición de Juan Carlos I por el sultán de Omán.
Larsen intermedió en la operación de compra y reforma de ese apartamento, adquirido por la Embajada de Omán en la capital británica y que Juan Carlos no llegó a disfrutar. La consultora recibió el 25 de marzo de 2015 un correo de la legación diplomática sobre el pago de esos gastos con la referencia Payment due immediatley (el pago debe ser inmediato).
El apartamento que Omán puso a disposición del rey emérito fue objeto de un intercambio de correos electrónicos entre Larsen y Canónica ese mismo 25 de marzo de 2015, es decir, con posterioridad a las supuestas actuaciones "difamatorias" de Juan Carlos I que hicieron que la consultora perdiera varios clientes.
"Cuando intenten cambiar la titularidad [del apartamento] o le quede claro al jefe del edificio que Omán no es el usuario del piso sino el otro [Juan Carlos I] habrá problemas", escribe Corinna Larsen a Dante Canónica. "Tú has hecho tu parte, yo sigo haciendo la mía, pero si no se pagan las facturas, esto se convertirá pronto en un circo".
"Liberarme de responsabilidad"
"Estoy dispuesta a decirles las opciones que son legalmente viables y cómo financiar los costes anuales de funcionamiento, que serán significativos. He pasado seis semanas con los mejores abogados británicos y tengo toda la información (legal, fiscal, operativa). Si están interesados, puedo hacerles un repaso. Eso es todo. Personalmente no tengo ninguna otra razón para volver a sentarme con esa persona", añade Larsen.
La empresaria plantea a Canónica que "tal vez deberíamos redactar una exención de Omán a mí declarando que actué de buena fe en la compra, que ayudé a adquirir la propiedad para ellos (!!!), confirmando que no recibí ninguna compensación financiera de ningún tipo por el trabajo y liberándome de cualquier responsabilidad para el futuro. Creo que esa sería la apuesta más segura. Necesito eximirme de cualquier responsabilidad antes de que esto se ensucie".
En un correo posterior, Corinna insiste a Canónica en que "en el frente británico, tendré que tomar todas las medidas necesarias para asegurarme de protegerme lo mejor posible. No tengo inmunidad diplomática y no estoy dispuesta a asumir el golpe por tu amigo, primo, etc. Si esto implica tener que notificar al propietario y a los dos bufetes de cualquier problema potencial, lo haré".
"Si Omán deja de pagar las facturas (y se harta como todos los demás), esto se va a ir al garete de un momento a otro y no voy a cargar con la culpa de ello. He estado haciendo todo lo posible para que el amigo tenga un buen lugar para el futuro. Dañar a los que más te ayudan no es realmente una estrategia inteligente", se despide.