El grupo progresista del CGPJ se enroca en Bandrés como único nombre y pone en riesgo el cambio del TC

La renovación del TC, pendiente desde que el pasado junio venció el mandato de cuatro de sus miembros (los otros dos serán nombrados directamente por el Gobierno), se encuentra en punto muerto debido esta vez a que el sector progresista del CGPJ, integrado por los vocales nombrados a propuesta del PSOE e IU, no ha aceptado el criterio de negociación planteado por la mayoría conservadora en la última reunión de los negociadores, el pasado día 16.

Tras una reunión de poco más de media hora celebrada a última hora de la mañana de hoy entre los interlocutores de los dos sectores del Consejo, el grupo mayoritario ha informado de que la minoría "no acepta el cambio metodológico que se les propuso", consistente en que la negociación no sea un "mero intercambio de cromos" en el que cada grupo acepte sin más al candidato del otro, sino que se produzca un debate de perfiles, trayectorias y méritos profesionales.

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La minoría, que el 3 de noviembre votó por mayoría al magistrado del Tribunal Supremo José Manuel Bandrés como su candidato al TC, no está dispuesta a poner ningún otro nombre sobre la mesa.

Para la mayoría, esto supone "que [los vocales de la minoría] se niegan a valorar y negociar distintos candidatos para que los dos que se nombren respondan a la elección de ambos grupos. No aceptan ningún otro candidato diferente de Bandrés y no aceptan una metodología que suponga un debate real sobre la idoneidad de toda índole de los candidatos".

Los representantes de la mayoría, José Antonio Ballestero y Carmen Llombart, han quedado en trasladar a su grupo la decisión de la minoría y darán una respuesta el próximo miércoles, para cuando se ha fijado una nueva reunión negociadora.

Ello significa que en el Pleno ordinario que el CGPJ tiene previsto celebrar este jueves no habrá ningún nombramiento.

El retraso en la renovación del TC por parte del Consejo General del Poder Judicial puede llevar al Gobierno a designar en las próximas semanas a los dos miembros del Constitucional que le corresponden, sin esperar al órgano de gobierno de los jueces.

Esto extendería la tensión institucional al TC, que se enfrentaría a la tesitura de dar el plácet en solitario a los dos miembros elegidos por el Gobierno en lugar de los cuatro que, de acuerdo con la Constitución, deben ser objeto de renovación simultánea.

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