Un juez obliga a dos navarras de 80 años a reconocer como hermano a un madrileño de 74 tras exhumar a su padre

Una juez de Navarra ha ordenado a dos octogenarias de dicha comunidad a reconocer como hermano a un madrileño de 74 años.

Así consta en una sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Tafalla, fechada el pasado 17 de septiembre y a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.

La propia resolución reconoce "las circunstancias especiales del caso". Para la estimación de la demanda fue esencial la exhumación del padre de las tres personas. Los resultados positivos del análisis forense, con un resultado del 99% de coincidencia del ADN, provocaron que ambas partes, finalmente, mostraran su conformidad.

La sentencia recoge, no obstante, que "tiene razón la defensa de la parte demandada en el dato de que el hecho de que el demandante haya esperado tanto tiempo para interponer la demanda de filiación ha dificultado el resultado del presente procedimiento".

"Si la hubiera presentado en vida del padre o, incluso, de la madre, las pruebas biológicas habrían sido más sencillas y eficaces", admite la juez. A renglón seguido, explica que, "al menos, las demandadas podían haber contado con una explicación del padre o madre".

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De hecho, la sentencia razona que la oposición que, en un principio, las dos mujeres plantearon a la demanda "tenía cierta justificación, pues llevaban toda una vida, 80 años, desconociendo la existencia de un hermano". Por ello, pese a haber estimado la demanda, el Juzgado no impone a las dos octogenarias el pago de las costas procesales.

Previamente a la exhumación del padre común de los litigantes, el Juzgado ordenó una prueba de ADN para comparar el de las dos octogenarias y el del reclamante. Dado que el resultado no fue alto —y, por tanto, insuficiente para concluir si realmente eran hermanos—, fue necesaria la exhumación del padre.

Finalmente, la sentencia reconoce que el demandante, asesorado por el abogado sevillano Fernando Osuna, es hijo biológico del matrimonio que crio a las dos octogenarias navarras.

El varón, no obstante, desea no modificar sus apellidos, sino mantener los que ha venido teniendo durante sus 74 años de vida.