El escritor, periodista, compositor y figurinista Álvaro Retana.

El escritor, periodista, compositor y figurinista Álvaro Retana. Archivo Martín Santos Yubero

Historia

"Es mugre": la cruzada de Franco contra el olvidado escritor gay que triunfó antes de la dictadura

Un ensayo indaga en los años más oscuros de la vida del rebelde y erótico Álvaro Retana y en su pulso con la censura del régimen para volver a publicar.

23 enero, 2024 09:26

Álvaro Retana (1890-1970), escritor frívolo, rebelde y escandaloso de fama y prestigio, símbolo emergente de una identidad sexual alternativa en las primeras décadas del siglo XX, se convirtió al término de la Guerra Civil en un hombre sospechoso y creador proscrito. Las autoridades del nuevo régimen lo detuvieron en abril de 1939 y lo procesaron a raíz de una carta a Ángel Pedrero García, jefe del Servicio de Información Militar de Madrid, en la que se ofrecía para salvaguardar obras de arte en nombre del Estado y en la que mostraba su pretensión de adornar objetos religiosos con iconografía republicana y miliciana, como un cáliz o un niño Jesús.

A pesar de sus desencuentros con los poderes republicanos —expropiaron su casa de Torrejón de Ardoz, sufrió el asalto de sus domicilios de la calle Augusto Figueroa y Manuel Silvela y lo expulsaron de su plaza de funcionario del Tribunal de Cuentas—, fue condenado a pena de muerte por el delito de "adhesión a la rebelión". Pero al autor de Las locas del postín o El vicio color rosa le acompañaba una popularidad de escritor galante, erótico e incluso pornógrafo y desvergonzado. Sus escándalos ya lo habían metido entre rejas durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

Pasó por diversas prisiones y al final su condena fue conmutada por 30 años de reclusión que se redujeron progresivamente. Retana logró la libertad condicional en 1944 y, tras otro periodo de encarcelamiento por la incautación de material que atentaba contra la moral pública, salió en junio de 1948. Desde entonces, luchó sin cesar y de forma desesperada por sortear la censura y recuperar su exitosa reputación. Pero cayó en el olvido porque no encajaba en el canon literario diseñado por el franquismo.

Álvaro Retana. Detalle de la portada de 'Celebridades de Varietés', 1926.

Álvaro Retana. Detalle de la portada de 'Celebridades de Varietés', 1926. RAH

Además de considerarse una suerte de Oscar Wilde moderno, se proclamó también el "Petronio español del siglo XX", el "novelista más guapo del mundo". "Fue un escritor audaz, cronista de las nuevas formas de vida de la España del siglo XX, de la nueva subjetividad moderna, defensor de la emancipación de la sensualidad que experimentaba el país", resume José Martínez Rubio, profesor del Departamento de Filología de la Universidad de Valencia, en El franquismo contra Álvaro Retana (Renacimiento), libro en el que recupera la intensa producción —algunos textos son inéditos— del considerado mayor escritor de literatura erótica de la época en la segunda y oscura parte de su vida, esas décadas donde trato de sortear el yugo del régimen.

Tras quedar en libertad, Retana entregó a la censura 55 títulos distintos entre el 1 de marzo de 1948 y el 27 de enero de 1968. 28 de ellos fueron rechazados directamente y la publicación de otros 21 —solo salieron diez a la luz— estuvo condicionada a la introducción de modificaciones, como cambios o eliminaciones de escenas y personajes. En total, 16 obras del autor llegaron a la imprenta, relacionadas principalmente con el mundo del espectáculo, como el cuplé —también trató de recuperar la historia del arte frívolo y de sus vedettes más conocidas—. En cualquier caso, siempre fueron tachadas de "novelitas" o "noveluchas" y calificadas de pornográficas, obscenas, inmorales o de "chismografía porteril".

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Retana se dedicó a escribir sobre unos ambientes que volvían a estar presentes en el ámbito cultural, como muestra el éxito de la película El último cuplé (1957), protagonizada por Sara Montiel. Un año más tarde entregó un libreto titulado Medio siglo de cuplés en el que transcribía la letra de las canciones más significativas del género y las comentaba. A pesar de dos informes favorables, la obra, que iba a firmar bajo el seudónimo de Carlos Fortuny, recibió una tajante calificación de otro funcionario: "Todo esto es mugre".

Cubierta de 'El franquismo contra Álvaro Retana'.

Cubierta de 'El franquismo contra Álvaro Retana'. Renacimiento

"La arbitrariedad y el ensañamiento de la censura con Retana dieron lugar a paradojas como esta: mientras toda España se entretenía ante la gran pantalla con Sara Montiel y el gran público se aprendía las letras de sus canciones más atrevidas, un librito con la letra de esos mismos cuplés era considerado peligroso para la moral pública a ojos de las autoridades censoras", subraya el investigador. Los 72 expedientes de la censura "furibunda" e "inclemente" que presenta en el ensayo se conservan en el Archivo General de la Administración, una documentación "apabullante" en número, en contenido y por la dureza con la que se mostraron los funcionarios franquistas. 

Retana fue la primera celebridad gay de España: declaraba haber saboreado los placeres de la voluptuosidad y de haber volcado sus propias vivencias autobiográficas en novelas de tono homoerótico. Sin embargo, era un personaje contradictorio y ambiguo, también en el apartado sexual, lo que logró acrecentar su escandalosa leyenda: formalizó tres "matrimonios experimentales" y tuvo un hijo, Alfonso de Retana Tejeira.

Álvaro Retana con su hijo.

Álvaro Retana con su hijo. Archivo Martín Santos Yubero

Esa sospecha de homosexualidad que le acompañó en los años de la dictadura le brindó la etiqueta de sujeto antisocial y peligroso, sobre todo por su éxito anterior —él mismo, antes de la contienda llegó a ganar con facilidad unas 60.000 pesetas al año—. "Por ello, el Estado, a través de sus instituciones culturales, y en concreto a través del organismo de censura, impidió que Retana publicara la mayoría de sus obras desde los años cuarenta, y que volviera a ser aquel escritor tan celebrado y aplaudido antes de la Guerra Civil", sentencia Martínez Rubio.

"Muero sin perdonar a cuantos elementos del régimen de Francisco Franco Bahamonde se han complacido en perseguirme, difamarme y desdeñarme, con ese implacable rencor que distingue a tantos titulados católicos romanos, compostelanos y hasta del puente de Vallecas, partidarios de restaurar la siniestra España de Felipe II", escribió en su testamento, lamentando que "fallezco sin acusarme de otros pecados que los exclusivamente de alcoba". Medio siglo después, Álvaro Retana y su provocadora obra vuelven a salir a la luz.