Extraordinarios hallazgos en un castro de Cáceres: una moneda que revela el nombre del sitio y un campamento romano
- Las investigaciones en Villasviejas del Tamuja arrojan importantes novedades sobre un yacimientos representativo de la protohistoria extremeña.
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En un promontorio escarpado y áspero que domina el cauce del río Tamuja, el antiguo pueblo de los vettones estableció hacia finales del siglo IV a.C. un asentamiento fortificado que la arqueología ha dibujado como uno de los yacimientos más representativos y mejor estudiados de la protohistoria extremeña. El castro de Villasviejas desarrolló un urbanismo complejo y en el siglo I a.C., en el marco de la guerra de Sertorio que sacudió Hispania, se creó un nuevo recinto que acogería a un contingente militar de uno de los dos bandos romanos en liza.
Los trabajos de investigación con técnicas no invasivas enmarcados en el Proyecto MINARQ, impulsado por el Instituto de Arqueología de Mérida, han permitido reconstruir la historia del oppidum y de sus estructuras, como murallas y viviendas en las que probablemente convivieron los legionarios romanos con la población vettona. Los arqueólogos han podido diferenciar dos recintos: uno más protegido por el recodo del río con edificios construidos con zócalos de pizarra, alzados de tierra y techumbre vegetal, y el destinado a la guarnición militar con barracones, almacenes o casetas de mando cubiertas con tejas romanas (tegulae).
Las excavaciones realizadas el pasado otoño en el castro han proporcionado importantes novedades para conocer mejor su historia. El equipo de Victorino Mayoral ha documentado en la zona sur nuevas secciones del acceso monumental al recinto amurallado, que había sido detectado con la ayuda del georradar y que se encuentra en un excelente estado de conservación. Los resultados más destacables han sido la documentación de toda la secuencia de cambios que van desde la construcción de la muralla hasta su reaprovechamiento para crear los bancales para el cultivo, según se detalla en una nota de prensa de la Junta de Extremadura, responsable del financiamiento junto al Ayuntamiento de Botija (Cáceres).
En los niveles correspondientes con la última ocupación de castro, hacia finales del siglo I a.C. o comienzos de la etapa imperial, se han documentado vestigios de estructuras que se superpusieron a la muralla. Precisamente en ese contexto ha salido a la luz una moneda "con un valor muy singular": un nuevo ejemplar bilingüe grabado en latín y lengua celtibérica que recoge el nombre de Tamusia. Hasta hace poco se creía que esta antigua ciudad vettona y ceca se encontraba en el valle del Ebro, pero este hallazgo confirma que Villasviejas del Tamuja se correspondería con el enigmático asentamiento prerromano.
Los arqueólogos también han prospectado una zona funeraria localizada a unos 300 metros al sur del castro conocida como "El Mercadillo". Los datos recabados con las herramientas no invasibas (LiDAR, magnetometría, georradar e inducción electromagnética) indicaban la presencia de una gran estructura artificial de planta rectangular con unas dimensiones de 112x122 metros y que se superpondría parcialmente a una de las necrópolis del asentamiento.
Los materiales arqueológicos recuperados en este sector (proyectiles de honda o ánforas romanas) permiten asegurar que esta estructura se fecharía en torno al inicio del siglo I a.C. Otros artefactos similares se recuperaron en campañas anteriores y atestiguan un evento bélico que los arqueólogos vincular con el contexto de la guerra de Sertorio (72-82 a.C). Las mismas fechas en las que se enmarca el incendio y abandono del cercano campamento militar de Cáceres el Viejo.
Los sondeos han confirmado que la estructura de Villasviejas estaba formada por un gran terraplén de pizarra picada, delimitado por una estructura con postes que fue incendiada y un rebaje en la base rocosa. Estos elementos delimitan un recinto de 1,27 hectáreas, formando una meseta elevada de fácil defensa apenas 200 metros al sur del castro. "Barajamos la hipótesis de que este recinto, que era completamente desconocido hasta ahora, está también relacionado con ese momento de conflicto en Villasviejas y su entorno, quizás un campamento vinculado al asedio del asentamiento, algo que sugieren con fuerza los indicios de destrucción violenta documentados en las ya citadas excavaciones", aseguran los investigadores.
Aunque los datos de la campaña están aún en estudio, los arqueólogos afirman que estos resultados añaden importantes novedades para reconstruir la historia de Villasviejas en un momento clave: el terremoto que provoca en las comunidades indígenas locales el impacto de la presencia romana y los efectos de su guerra civil. Los trabajos están dirigidos por el Instituto de Arqueología-Mérida (IAM-CSIC) en colaboración con la Universidad de Extremadura y el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX).