No es ningún secreto que, en la actualidad, las empresas cada vez se preocupan más por la tecnología y la sostenibilidad, pero de una forma conjunta, y al mismo tiempo demandan poder usar recursos tecnológicos sin que ello conlleve un aumento de los recursos naturales. Por ello, la dirección ejecutiva de las organizaciones cada vez tiene más en cuenta el seguir siendo innovadores, pero con el reto de alcanzar los objetivos de sostenibilidad. Porque la adopción de tecnologías y prácticas sostenibles permite crear un futuro más ecológico, más sostenible… sin renunciar a la eficiencia y al crecimiento empresarial.
En muchos casos, las empresas no son capaces de llevar a cabo los procesos que hagan posible ese recorrido hacia una tecnología sostenible, por lo que es necesario acudir a un socio tecnológico con experiencia y carácter disruptivo que pueda ayudar a la implementación de la sostenibilidad con soluciones alineadas con los objetivos concretos y específicos de cada cliente.
Para ello, lo ideal es contar con una empresa que tenga una visión digital optimizada para impulsar la trasformación, que pueda encargarse de todo proceso. Para ello debe contar con capacidades como consultoría, desarrollo e implantación de soluciones, productos propios, datacenter, cloud y outsourcing y que, en caso de ser necesario, cuente con la colaboración de partners tecnológicos de máxima confianza. De esta forma, será posible colaborar de principio a fin en el proceso, desde la definición, análisis y diseño hasta la implementación, soporte y mantenimiento.
Pero hagamos un desarrollo más amplio del proceso, analizando algunas de las acciones que habría que llevar a cabo, comenzando por una optimización desde el puesto de trabajo hasta el cloud, ya que uno de los elementos que más contribuye al desarrollo de políticas sostenibles es el cloud computing. El uso de centros de datos propios se va reduciendo cada vez más, y eso favorece una reducción de las emisiones y de los consumos energéticos. Además, los data center, que son los responsables de las mayores tasas de consumo, son cada vez más eficientes y respetuosos con el medio ambiente gracias, entre otros, a la apuesta por virtualización, nube e hiperconvergencia como motores del cambio y optimización de procesos.
Un segundo elemento es la e-administración inteligente, con soluciones completas y ágiles con aplicaciones como sede electrónica, gestor de expedientes, perfil del contratante, licitación electrónica y open data. Ni que decir tiene que el papel requiere de madera, agua, electricidad y sustancias para su fabricación. Su reducción, evitando documentos e impresos, facilita los procesos de gestión, así como la extracción de información, y el procesado de la misma, una vez digitalizada, permite mejorar la clasificación y búsqueda.
Seguimos con realidades más allá del concepto smart. Porque la gestión inteligente se basa en integrar y analizar toda la información disponible por distintos medios, por lo que hay que abarcar soluciones a medida para la visualización, análisis y explotación de la información. Ya hablemos de avisos de riesgo de inundaciones con información captada a través de satélites y analizada con aprendizaje automático, como de medición smart para evitar fugas en edificios, las tecnologías inteligentes sirven para ahorrar agua y dejar un mundo mejor a las generaciones futuras.
Otro elemento es la transformación de los datos en conocimiento. El tratamiento y la elaboración del dato a través de diferentes plataformas permite a las empresas disponer de la información relevante en el momento adecuado para la toma de decisiones. A los sistemas tradicionales de información relacionada se unen sistemas avanzados de Big Data, que almacenan y procesan grandes volúmenes de datos, incluyendo información en tiempo real que cada empresa puede generar mediante sistemas internos y externos. Toda la información recogida es analizada y se aplican los algoritmos necesarios para la obtención de los indicadores clave que demande el cliente.
Para Gartner, las tecnologías que miden la huella de carbono se harán más populares conforme se popularicen los informes corporativos de sostenibilidad no financiera y las empresas se comprometan más con atajar las emisiones. El Blockchain y los sensores IoT pueden contribuir a ello. ¿Cómo? Convirtiendo esas emisiones en créditos de carbono tokenizados con los que compensar su actividad. La cadena de bloques también garantizará la autenticidad de la información.
Vamos con los sistemas de información para la gestión eficiente. Evolucionamos con la tecnología para ofrecer las soluciones óptimas, que sean capaces de aunar la implantación de paquetes y plataformas de mercado con los servicios más innovadores. Las empresas energéticas y de suministros se están volcando también en la eficiencia, la sostenibilidad y lo renovable. De hecho, la Unión Europea está fijando objetivos de un 32% de renovables para 2030, de neutralidad climática para 2050, y está apostando por el desarrollo del hidrógeno verde como otra fuente alternativa de energía limpia.
Terminamos con la movilidad y el geoposicionamiento. No es ningún secreto que la evolución de las redes de comunicaciones móviles, en combinación con dispositivos portátiles cada vez con más potencia, más sencillos de utilizar y más versátiles, ha convertido la movilidad en una pieza clave en los sistemas de información modernos.
La expansión de las redes 5G ayudarán a mejorar sectores como el de la agricultura inteligente, al mejorar la conexión entre los equipos agrícolas y obtener en tiempo real información más precisa sobre los cultivos. Esto reducirá la cantidad de fertilizantes, pesticidas y agua, lo que servirá para frenar el cambio climático y la contaminación de los recursos naturales.
Como vemos, es mucho lo que hay que hacer para implementar tecnologías sostenibles; pero la realidad es que se trata de una inversión a largo plazo que puede generar un retorno positivo, tanto financiero como ambiental, puesto que muchas soluciones sostenibles pueden generar ahorros a largo plazo, como una mejor eficiencia energética y una reducción de costos de producción.
Por todo ello, queda claro que la tecnología sostenible es una inversión rentable y necesaria.
*** Pilar Herrero es gerente de Proyectos en Altia.