En la historia de la humanidad hemos sido testigos de momentos trascendentales que han cambiado el curso de la sociedad y el conocimiento. Uno de estos hitos fundamentales fue la invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en el siglo XV.
La imprenta revolucionó la forma en que la información se distribuía y compartía, democratizando el acceso al conocimiento y marcando el inicio de una nueva era. Antes de la imprenta, el conocimiento estaba custodiado por los monjes, quienes copiaban manuscritos a mano en laboriosos procesos que limitaban la difusión de la información.
Hoy, en pleno siglo XXI, estamos viviendo una revolución similar, pero impulsada por la inteligencia artificial generativa. Al igual que la imprenta permitió la producción masiva de libros y la difusión del saber a un público más amplio, la IA generativa está democratizando el acceso al conocimiento y la creatividad en una escala sin precedentes.
De hecho, durante estos últimos meses, hemos visto cómo nuestra sociedad ha estado influenciada por el funcionamiento y la aplicación de esta tecnología en muchos entornos de nuestras vidas.
Además, debido a su complejidad, no existe siquiera un acuerdo en cuanto a su definición, pero podemos llegar a explicarla como una disciplina tecnológica enfocada en el entrenamiento de las máquinas para realizar actividades que, normalmente, serían ejecutadas por seres humanos.
La IA generativa es una evolución de la IA que todos conocemos, pero impulsada por avances en el campo del machine learning y la capacidad de procesamiento y computación por parte de las máquinas, siendo capaz de comprender patrones, identificar correlaciones y sintetizar soluciones novedosas. Permite a dichas máquinas aprender de grandes conjuntos de datos y generar contenido de manera autónoma.
Esta tecnología no solo está transformando industrias enteras, como la escritura, el arte, la música y la investigación, sino que también está llegando a todos los rincones de la sociedad. Tanto empresas como gobiernos, todos la tenemos al alcance de la mano.
Así como la imprenta permitió que las ideas fluyeran a través de las páginas de libros, la IA generativa está permitiendo que el conocimiento fluya a través de líneas de código. Está ampliando las fronteras del aprendizaje y la creatividad, acercando el potencial de la inteligencia artificial a personas de todos los ámbitos.
En el sector del entretenimiento, por ejemplo, la IA generativa probablemente seguirá siendo utilizada para crear arte, música, películas e incluso videojuegos. Su integración en la producción creativa permite cada vez más la colaboración entre humanos y sistemas generativos para crear experiencias más inmersivas y sorprendentes.
A su vez, en el campo de la seguridad cibernética, se ha utilizado para detectar patrones de comportamiento anómalos, lo que ayuda a prevenir fraudes y ciberataques.
En el sector de la ciencia e investigación ya estamos experimentando avances gracias a su capacidad de simulación y predicción de fenómenos complejos, acelerando el descubrimiento de nuevos materiales y en el diseño de nuevos medicamentos.
Por otro lado, esta tecnología desempeña un papel clave en la generación de contenido para medios de comunicación, redes sociales y marketing, brindando una amplia gama de opciones y estilos para diferentes audiencias. E incluso en la educación, puede utilizarse para desarrollar entornos de aprendizaje más inmersivos y personalizados para los estudiantes.
En lo que refiere a su uso en las organizaciones, la IA generativa ejerce un atractivo fundamental por su capacidad para evolucionar más allá de la programación tradicional basada en reglas. Su adaptabilidad le permite afrontar retos complejos y generar posibilidades creativas antes inimaginables con los métodos tradicionales. Usando estos modelos, se pueden explorar escenarios alternativos y evaluar sus resultados, enriqueciendo sustancialmente el proceso de toma de decisiones.
Si hablamos de los beneficios que nos puedan brindar la IA generativa, muchos coincidiremos en que el aumento de la eficiencia y la productividad son las que mejores se perciben. Gracias a la capacidad de estas soluciones de procesar gran cantidad de datos en periodos cortos de tiempo, algunas tareas que normalmente requerirían de numerosos recursos y tiempo ahora pueden ser resueltas de manera automática e incluso por menos coste.
En este sentido, un estudio de Capterra que analiza el impacto de la IA generativa en las empresas españolas revela que el 78% de los empleados que ya la utilizan han mejorado su rendimiento empresarial y un 87% afirma aumentar en algún grado su productividad.
ChatGPT: la ciencia ficción hecha realidad
La irrupción de ChatGPT, y en general el desarrollo de las IAs generativas, ha tenido un impacto brutal en el mercado laboral. Y no sean malpensados, no es un impacto negativo. Tal y como asegura el Foro Económico Mundial, esta tecnología producirá 97 millones de nuevos empleos para 2025, especialmente en el sector relacionado con el desarrollo y mantenimiento de la IA y la automatización.
Esto a su vez representa 12 millones de empleos más que aquellos que dejarán de existir, algo que quita el sueño a muchos de nosotros, sobre todo a aquellos que no conocen bien este tipo de tecnología.
A pesar de que dichos sistemas o máquinas no son verdaderamente capaces de pensar o razonar como lo hacen los humanos, sí que pueden ofrecer resultados con una creatividad sorprendente. Podemos tomar por ejemplo las imágenes de Donald Trump siendo arrestado por la policía, las de Emmanuel Macron manifestando en las protestas de París en contra de su propia reforma de pensiones, o las del Papa Francisco vistiendo una gabardina Balenciaga.
Estas última encendieron la alarma en Italia, que fue el primer país del Occidente en prohibir ChatGPT por no cumplir el RGPD. Pese a ello, las numerosas herramientas que están saliendo al mercado como resultado de esta tecnología están democratizando el increíble potencial que tiene la IA para transformar el mundo tal y como lo conocemos.
El gran valor de los datos en las soluciones de IA generativa
La IA generativa se basa en modelos de lenguaje entrenados que poseen grandes cantidades de datos (en inglés, Large Language Models), y que se utilizan para enseñar al modelo patrones lingüísticos, relaciones entre palabras y estructuras gramaticales. Su capacidad de análisis y predicción permite a los responsables de la toma de decisiones explorar nuevos horizontes e innovar de forma antes impensable.
De hecho, cuanto más variados y representativos sean los datos, mejor será el rendimiento y la capacidad de la herramienta para generar respuestas coherentes, así como resultados más precisos y valiosos para los usuarios.
Los datos recopilados por estas herramientas de IA pueden proporcionar a su vez información sobre los usuarios, sus preferencias, el propósito de la interacción y otros factores relevantes. Al comprender el contexto, el modelo puede adaptar sus respuestas y generar resultados más adecuados y personalizados.
Además, la analítica y la recopilación de datos también permite monitorizar y evaluar el rendimiento de este tipo de herramientas, pudiendo identificar patrones de uso, áreas de mejora y posibles problemas, ayudando a afinar el modelo.
Sin embargo, a medida que esta tecnología aprende de grandes conjuntos de datos, puede llegar a perpetuar los sesgos existentes en los datos, además de surgir otras preocupaciones éticas y problemas de privacidad. Por ello, organismos como la Unión Europea ya están trabajando en su regulación con el fin de crear un marco de transparencia en el uso de la IA.
No obstante, las empresas deben de poner también sus esfuerzos para establecer una política general de gestión de la IA más estricta que garantice la transparencia y control, con el fin de aprovechar responsablemente el potencial de estas tecnologías. Lograr un equilibrio entre innovación y responsabilidad ética es primordial para aprovechar todo el potencial que puede brindar la IA generativa y, al mismo tiempo, mitigar los potenciales riesgos.
En este emocionante viaje hacia el futuro, la IA generativa es la herramienta que nos permite explorar nuevos horizontes de conocimiento, desafiando los límites de la creatividad y la invención. Así como Gutenberg cambió el mundo con su imprenta, la IA generativa está cambiando la forma en que aprendemos, creamos y compartimos en la sociedad moderna. Sigamos adelante, aprovechando esta revolución tecnológica para abrir nuevas puertas y desatar nuestro potencial ilimitado.
*** Juan Montero es Business Operations Director para West Europe en SAS.