Mucho se ha hablado del papel de la inteligencia artificial en la educación primaria y secundaria en el año y medio transcurrido desde el lanzamiento de ChatGPT. Y con los innumerables productos y herramientas de tecnología educativa basados en IA que inundan el mercado, quizá no sorprenda que el 89% de los profesores afirmaran en una encuesta reciente que creen que la IA generativa tendrá un impacto en la enseñanza.
Sin embargo, a pesar de la gran expectación suscitada por la IA y la educación, artículos recientes en el Wall Street Journal y en The 74 han señalado acertadamente algunas limitaciones de la IA en el aprendizaje, cuestionando la capacidad de la tecnología para servir de tutor eficaz.
Como investigadora y diseñadora de tecnología educativa que ha pasado los últimos quince años estudiando cómo la tecnología puede tender puentes entre el aprendizaje y el juego, me sorprenden las formas en que la IA generativa puede aportar creatividad a las aulas, una idea que sé que va en contra de algunas de las críticas.
Mi antiguo compañero y profesor del MIT Mitch Resnick lamenta que los usos actuales de la IA en la educación tiendan a replicar las pedagogías convencionales, centrándose en problemas que tienen una respuesta correcta. Tom McCoy, profesor de Yale, se hizo eco de esta opinión señalando que "pedirle a ChatGPT que haga matemáticas es algo así como pedirle a un pez de colores que monte en bicicleta: no es para lo que sirve ChatGPT".
De tal forma, Resnick pedía más oportunidades para que los jóvenes desarrollen la creatividad y la colaboración, aprovechando los sistemas de IA para apoyar sus propias ideas y proyectos como parte del proceso de aprendizaje creativo. Por citar un ejemplo, los profesores y profesoras pueden animar a los estudiantes a utilizar herramientas como ChatGPT en sus trabajos, pero documentando siempre la fuente y explicando cómo ha evolucionado el proyecto, participando así en el "aumento de la inteligencia".
Como herramienta para pensar, los sistemas de IA pueden dar forma rápidamente a las ideas de los alumnos, e incluso suscitar nuevas, ayudándoles a iterar e impulsar sus conocimientos. Este planteamiento coincide en gran medida con las pedagogías del aprendizaje lúdico, en las que se da a los alumnos la posibilidad de explorar, experimentar, ser curiosos y probar cosas nuevas en un entorno de bajo riesgo. En el contexto actual, las características y ventajas de este modelo de enseñanza están bien establecidas: fomenta la colaboración y la interacción de ideas, construye de forma orgánica una comprensión de la tecnología y desarrolla habilidades interpersonales.
Me pregunto entonces cómo podría ser en la práctica el aprendizaje lúdico con herramientas de IA. Para probarlo, llevamos a cabo un focus group en el que utilizamos generadores de imágenes para dar vida a nuestras ideas y comunicar una visión del futuro de la educación. Los resultados demostraron que pedir solo a un generador de imágenes de IA no habría sido capaz de producir la variedad o las metáforas creativas que surgieron de las mentes humanas. Sin embargo, las personas que esbozaron su visión sin la ayuda de la inteligencia artificial tampoco habrían conseguido obtener las imágenes que lograsen comunicar de una manera precisa esas ideas.
A pesar de que las funciones potenciadas por la IA ya integradas en las herramientas de EdTech son útiles, a menudo ocultan la tecnología de la IA tras una interfaz y se centran en el producto más que en el proceso. Un enfoque más divertido y entretenido del proceso de aprendizaje de los alumnos y alumnas con esta tecnología, estimularía a los estudiantes a probar cosas nuevas y repetir sus ideas como parte del proceso creativo.
Aunque no es fácil catalizar un cambio de mentalidad en los profesores, este enfoque lúdico forma parte de un replanteamiento muy necesario de lo que debe ser la educación y de cómo puede preparar mejor a los estudiantes para un futuro que cambia rápidamente. La combinación de este tipo de educación y herramientas de IA tiene el potencial de empoderar a los alumnos y crear habilidades preparadas para el futuro, poniéndolos a cargo de su propio aprendizaje ahora y a lo largo de sus vidas.
*** Louisa Rosenheck es directora de pedagogía de Kahoot!