Los atentados en Bruselas, coordinados para provocar el terror en dos epicentros del transporte de la capital europea, suponen una nueva convulsión para el sector y para toda la industria turística. Más aún al haber ocurrido a sólo unas horas del inicio de la Semana Santa. El efecto inmediato ha sido un aumento de las medidas de seguridad y más presencia policial en infraestructuras críticas.
En Bélgica, las dos explosiones en el aeropuerto han conllevado el cierre de la instalación y seguirá así, al menos durante este miércoles, provocando con ello la anulación de cientos de vuelos, incluidos los que operan desde España. Además, la bomba en el metro supuso el cese de actividad del suburbano, así como cese de operaciones de los trenes desde Bruselas, incluidos los Eurostar y Thalys, que unen la ciudad comunitaria con Londres y París.
“Se recomienda evitar los desplazamientos no esenciales y comprobar con las compañías aéreas y de ferrocarril la salida de los vuelos y trenes”, recomienda el Ministerio de Exteriores español a los viajeros que tengan previsto viajar a Bélgica en los próximos días.
Un aeropuerto clave para la economía belga
Bruselas no es una capital de perfil turístico, pero sí uno de los ejes de los movimientos de pasajeros en Europa dada la presencia de las instituciones comunitarias. Su aeropuerto de Zaventem es clave. El pasado año concentró 23,5 millones de pasajeros y más de 239.000 vuelos. Conecta la capital política de Europa con 226 destinos y en ella operan 77 aerolíneas. Entre ellas están las españolas.
El aeropuerto es, además, clave para la economía de Bruselas. Sólo esa instalación genera para la economía belga 3.200 millones de euros, el equivalente al 1,8% del Producto Interior Bruto (PIB) del país y 60.000 empleos directos e indirectos.
La paralización de sus vuelos, al menos durante el miércoles, supone un varapalo económico para la capital belga y también para las aerolíneas que operan hasta ella. Y el mercado lo ha reflejado.
Caída en bolsa
El retroceso lo sufrió, entre otras, IAG, el grupo en el que está integrado Iberia y British Airways. Fue el segundo peor nombre del Ibex 35 durante la sesión del martes. Se dejó en el parqué madrileño el 2,36% de su valor, aunque su cotización en Londres padeció menos. Allí ‘sólo’ perdió un 1,52%.
Sin embargo, de las grandes, la más perjudicada fue la francesa Air France. Recortó su cotización un 3,96%, mientras que la alemana Lufthansa cerró en negativo, pero menos, un 1,1%. Todas las aerolíneas estadounidenses (Delta, American Airlines y United Continental) también se tiñeron de rojo.
Ante la clausura del aeropuerto de Zaventem, las aerolíneas españolas han ofrecido vuelos alternativos a quienes ya contaban con un billete para viajar a Bruselas estos días. En el caso de Iberia, opera tres vuelos desde Madrid con destino Bruselas, y otros tres en sentido contrario. Mientras, Vueling cuenta con 12 vuelos con salida o llegada desde Barcelona.
De de los 67 vuelos programados para el martes a Zaventem desde España, 45 fueron finalmente cancelados, al igual que ocurrirá con los 80 previstos para este miércoles, según informaron desde el gestor aeroportuario español Aena.
Incógnita sobre las previsiones
Los atentados de Bruselas se produjeron sólo unas horas antes del inicio de la Semana Santa, uno de los momentos estrella para el turismo. Sobre todo para el que tiene como destino España. Ni aerolíneas ni hoteleros quisieron valorar si las bombas en Bélgica tendrán un impacto en las reservas o si conllevarán anulaciones. Más aún cuando se esperaba un nuevo récord de visitantes.
La previsión inicial pasaba por una Semana Santa mejor que la de 2015, tanto en el turismo de nieve como en el de costas y playa. El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, aseguró hace unos días que el nivel de reservas oscilaba entre el 70% y el 90%. De alcanzarse la mejor estimación, estaría por encima de años anteriores, a pesar de que esta vez los días festivos caen a finales del mes de marzo.
Mientras, la patronal de los hoteleros confiaban hace unos días en mejorar los resultados del pasado año, no sólo de cara a la Semana Santa, sino también a lo largo de toda la primavera. “Los mercados europeos se mantienen al alza en relación al año anterior con buenas previsiones para la próxima primavera, si bien el mercado español demuestra aún una cierta atonía para los meses de abril y mayo”, aseguraba Juan Molas, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat). Eso era antes de que el terrorismo volviera a golpear el corazón de Europa.
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