El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. Eduardo Parra Europa Press

Economía

Del enfrentamiento a la conciliación: Hernández de Cos termina su etapa al frente del BdE reconocido por todos

El futuro exgobernador pertenece a las palomas, quienes tienden a preservar el crecimiento cuando toman una decisión de política monetaria.

9 junio, 2024 02:55
Elena Lozano Roberto Ordúñez

Este 11 de junio, Pablo Hernández de Cos cesará como gobernador del Banco de España. El mandato, improrrogable, llega a su fin sin conocerse quién tomará el relevo. Nombrado por su perfil técnico, ha protagonizado varios choques con los gobiernos de Pedro Sánchez por las subidas del SMI o la reforma de las pensiones, aunque en los últimos tiempos ha mantenido un tono más conciliador.

La llegada del Pablo Hernández de Cos (Madrid, 1971) a lo más alto del Banco de España no fue nada usual. Se produjo en medio de la moción de censura de Pedro Sánchez, que terminó con el Ejecutivo de Mariano Rajoy, aunque fue éste quien, en medio de unos convulsos días, nombró como gobernador a quien hasta entonces era director general de Economía y Estadística del organismo.

No eran tiempos para grandes consensos, pero el Gobierno de los populares no quiso elegir una persona con un perfil eminentemente político. Al contrario, habida cuenta de que tendría que convivir con un Ejecutivo de un color diferente al que le había puesto en el cargo. Corría el año 2018 y la economía mejoraba adecuadamente, después de años de sufrimiento tras la Gran Recesión.

Con todo, la polémica no tardó en aparecer. Ese mismo año, el Gobierno socialista pactó con Unidas Podemos una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) de más del 20% para 2019: de 735 a 900 euros. Y el Banco de España, con su nuevo gobernador, se posicionó abiertamente en contra.

En un artículo publicado en febrero de 2019, el supervisor alertaba de que esa subida del salario mínimo podría destruir 125.000 empleos a tiempo completo. Aunque el propio artículo señalaba lo "incierto" de esa previsión, se convirtió en un arma con el que atacar al Gobierno y en el primer gran desencuentro entre éste y el Banco de España de Hernández de Cos.

El rifirrafe duró varios meses. A mediados de año, la entonces secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas, criticó la independencia del regulador y le exigió retractarse por su análisis sobre las consecuencias de subir el SMI. Para el Gobierno, el Banco de España estaba produciendo una situación de alarma innecesaria.

El regulador nunca llegó a rectificar, pero sí moderó su mensaje. Aunque mantuvo su advertencia, no volvió a cuantificar en número de trabajadores esa caída del empleo como consecuencia de los incrementos del salario mínimo. Lo hizo en términos relativos -chocando con Yolanda Díaz- y, finalmente, ha terminado por limitarse a pedir prudencia con las subidas.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, durante su comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, durante su comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados Eduardo Parra Europa Press

Precisamente, la medida estrella de la ahora vicepresidenta segunda también ha sido objeto de señalamiento. En un tono más comedido del empleado con las subidas del SMI, el supervisor ha puesto en duda la efectividad de la reforma laboral en lo que se refiere a la calidad del empleo. Aunque reconoce la caída de la temporalidad, ha criticado que la seguridad en el empleo sigue siendo mejorable.

Además, el Banco de España ha puesto en duda el diseño de las políticas de empleo, desde las prestaciones y subsidios hasta los servicios de empleo público. No obstante, parece que en esta ocasión el Gobierno sí atendió al regulador: la reciente reforma del subsidio por desempleo sigue muchas de sus recomendaciones.

El Banco de España también ha criticado en más de una ocasión las últimas reformas del sistema público de pensiones. En este caso, por considerar que la evolución de los gastos no se adecúa a la de los ingresos de la Seguridad Social. Para el regulador, conllevan un compromiso de mayor desembolso (por la indexación de las pensiones al IPC) que no se ha compensado.

La crítica aquí es al Gobierno y al Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, por diseñar esas reformas, pero también al conjunto de los grupos políticos, ya que el compromiso de indexar las pensiones a la inflación fue adquirido mayoritariamente por los grupos de la Cámara Baja.

Ministrable

Pese a su perfil técnico, el nombre de Pablo Hernández de Cos sonaba con fuerza hace sólo un año como posible ministro. Tras el batacazo electoral del PSOE en las elecciones municipales y autonómicas de 2023, los populares daban por descontado que ganarían las elecciones generales de julio adelantadas por Pedro Sánchez.

Tanto era así, que se filtraban nombres de posibles ministros, secretarios de Estado e, incluso, presidentes de empresas públicas, para cuando el PP accediera a La Moncloa. Entre ellos, el del gobernador del Banco de España, al que ya se le colocaba al frente de Economía como sucesor de Nadia Calviño.

Hernández de Cos nunca llegó a confirmar tales rumores. Quedó en el aire si de verdad estaba en la rampa de salida para una de las carteras más importante del Ejecutivo, toda vez que la anunciada victoria de Núñez Feijóo no cuajó en una mayoría parlamentaria que lo hiciera presidente.

En cualquier caso, Pablo Hernández de Cos terminará su mandato con el reconocimiento de la inmensa mayoría de los grupos políticos. Durante su última intervención en el Congreso de los Diputados -en la que pidió "ambición y grandes consensos"-, casi todos los representantes de los partidos agradecieron al gobernador su labor al frente del Banco de España.

Una paloma en el BCE

El aterrizaje de Hernández de Cos hace seis años parece haber pasado en otro mundo, al menos en lo que al contexto financiero se refiere. 

Su llegada a lo más alto del Banco de España se produjo en un momento en el que el contexto económico, mucho menos protagonista, estaba marcado por la era de tipos de interés negativos.

El momento en el que suelta los mandos Hernández de Cos es completamente opuesto. No sólo los tipos de interés ya no están en negativo, sino que se encuentran en niveles máximos. O casi, porque el primer recorte de las tasas en este ciclo es su último servicio como miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE).

El futuro exgobernador pertenece a lo que en el argot de los bancos centrales se conoce como las palomas, es decir, los miembros que tienden más a pensar en preservar el crecimiento cuando toman una decisión de política monetaria. Enfrente están los halcones, que priorizan la estabilidad de precios pese a que las medidas que se tomen para alcanzarla impliquen un sufrimiento en la economía.

Durante estos seis años, el papel de Hernández de Cos en el BCE ha sido relevante en tanto en cuanto han sido años de decisiones muy difíciles para la institución y el gobernador ha sido uno de los miembros de mayor peso.

La pandemia, que llevó al banco central a sacar la máquina de imprimir billetes y a vetar el pago de dividendos de los bancos, y el crecimiento desbocado de la inflación, con su consecuente subida de los tipos de interés -la más intensa y rápida de la historia de la institución- han sido momentos clave para el BCE en estos años.

También el proceso de salida de esa política restrictiva con el inicio del recorte de los tipos, del que Hernández de Cos ha sido defensor. Al menos en público y muy seguramente en privado, pues las deliberaciones del Consejo de Gobierno no se dan a conocer.

Lo cierto es que durante su mandato, la política monetaria ha sido muy protagonista de sus acciones y sus discursos, un punto diferencial con sus predecesores en el cargo. No en vano, reforzar la influencia del Banco de España en la toma de decisiones en Europa fue uno de los objetivos que se marcó a su llegada a los mandos del Banco de España.

Respaldo de la banca

Antes de ser gobernador, Hernández de Cos dirigió el servicio de estudios del Banco de España, por lo que no procedía del mundo de la supervisión. Sí era el caso de su número dos, Margarita Delgado, que empezó en la inspección de entidades de crédito. Sin embargo, como cabeza de la institución ha tenido mucho que decir en el sector.

Lo cierto es que Hernández de Cos goza de muy buena reputación en la banca y son muchos los banqueros que han hablado bien de él tanto en público como en privado.

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, junto a Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, y Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, durante el IV Observatorio de las Finanzas de EL ESPAÑOL e Invertia.

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, junto a Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, y Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, durante el IV Observatorio de las Finanzas de EL ESPAÑOL e Invertia. Laura Mateo E. E. Madrid

El gobernador, además, ha liderado las políticas bancarias internacionales al ser elegido hace cinco años presidente del Comité de Basilea, el organismo encargado a nivel mundial de la regulación prudencial de los bancos y, en particular, de su solvencia.

Y cuando ha tenido que ser duro con los bancos, lo ha sido. Cualquiera que haya escuchado un discurso bancario de Hernández de Cos se habrá fijado en su insistencia sobre la prudencia a la hora de guardar capital y repartir dividendos, no sólo durante el veto de la pandemia, sino en general. Y antes de que los tipos de interés subieran fue muy constante a la hora de poner deberes de mejora de la rentabilidad al sector.

Ahora que las cosas van mejor para la banca española, tampoco ha bajado las armas. Su último servicio a la causa, de hecho, ha sido la activación del colchón de capital anticíclico, un requerimiento de solvencia adicional a los que ya tienen las entidades por parte del BCE y la Autoridad Bancaria Europea (EBA).

Con sus más y sus menos, el sector bancario ha agradecido siempre el carácter técnico de Hernández de Cos y la defensa que este ha hecho de los bancos españoles siempre que ha tenido oportunidad. Se marcha un gobernador que, sin duda, la banca echará de menos.