Los datos del INE confirman lo que ya adelantó hace unas semanas y que el Gobierno llevaba tiempo advirtiendo: el ritmo de crecimiento de la economía española empieza a ralentizarse. El PIB avanzó un 0,7% en el tercer trimestre frente al anterior, el dato más bajo en casi dos años y un 3,2% en tasa interanual.
La ralentización del consumo de los hogares y el estancamiento de la inversión fueron la clave de esta desaceleración. La Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF), esto es, la inversión del conjunto de la economía, se quedó estancada con un avance mínimo del 0,1% (corregido de efectos estacionales y de calendario). Este es el menor ritmo de crecimiento de la inversión en más de 3 años.
Todos los componentes de la inversión se desaceleraron en el tercer trimestre. La inversión de las empresas en bienes de equipo avanzó un 0,3% frente al 1,9% que avanzó en el segundo trimestre del año. Este es el peor dato de inversión empresarial desde el segundo trimestre de 2014, cuando cayó un 0,5%. En tasa interanual, la inversión en bienes de equipo aumentó un 4,9%, el menor dato en dos años. Hace justo un año, este indicador avanzaba a ritmos superiores al 10%.
También se desacelera la inversión en construcción, aunque en su caso es continuar con la tendencia de los últimos trimestres. Entre julio y septiembre avanzó un 0,2%, frente al 0,5% del segundo trimestre y al 0,8% del primero.
El cénit
El consumo de los hogares también mantiene la tendencia de desaceleración del último año. El gasto de las familias avanzó un 0,6% en el tercer trimestre, una décima menos que en el segundo, también con los datos corregidos de efectos estacionales y de calendario. Este es el menor ritmo de crecimiento desde el primer trimestre de 2015 y es cuatro décimas inferior al que había hace justo un año.
El gasto de los hogares es el principal motor del PIB y su estímulo es el empleo y, por tanto, la inversión empresarial. Esto significa que la desaceleración de estos dos indicadores confirma los avisos que viene enviando el Gobierno en los últimos meses en los que alertaba que el ciclo económico había marcado ya su cénit y empezaría a frenarse en cualquier momento.
Las cifras podrían haber sido peores sin el importante estímulo del gasto público. El consumo de las Administraciones Públicas aumentó un 1% en el tercer trimestre, su mayor incremento desde el primer trimestre de 2015. Un incremento que contrasta con el descenso del gasto público del 0,6% del segundo trimestre.
Por primera vez en más de tres años las importaciones volvieron a caer: se redujeron un 1,8% respecto al trimestre precedente. Esto permitió mejorar el impacto de la demanda externa. La mala noticia es que también las exportaciones se redujeron, en contrato, cayeron un 1,3% trimestral. Sin embargo, es cierto que entre abril y junio las exportaciones crecieron con fuerza, un 3,1%, lo que explica que en el tercer trimestre no se pudieran llegar a las cifras anteriores.
Noticias relacionadas
- Lo que Rajoy oculta cuando dice que el PIB recuperará los niveles previos a la crisis en 2017
- El 56% de los trabajadores menores de 26 años no consigue ni la mitad del salario mínimo
- Montoro veta el techo de gasto pactado por Guindos y C's: "Estos están confundidos"
- El Dow Jones marca un récord histórico en los 19.000 puntos