Los españoles, especialmente los de rentas más altas, han disparado su tasa de ahorro durante 2020 a causa de la pandemia. Algo que se debe tanto al miedo a la incertidumbre económica (ahorro precautorio), como al hecho de que las restricciones sanitarias les han impedido consumir determinados servicios a los que recurrían habitualmente, como el ocio o el transporte (ahorro forzoso).

En este contexto, los ciudadanos han acumulado una bolsa de ahorro forzoso o no precautorio debido al cierre de bares y restaurantes y a la incapacidad de viajar o de asistir a espectáculos que desde BBVA Research cifran en unos 40.000 millones de euros, lo que equivale aproximadamente al 3,5% del Producto Interior Bruto (PIB). Un importe similar al que el Banco de España dio a conocer hace algunas semanas.

Se trata, en todo caso, de recursos que están concentrados en las clases medias y altas, que son las que cuentan con mayor renta y contratos fijos y, además, trabajan mayoritariamente en sectores menos afectados por la pandemia.

Riqueza o consumo

El futuro de este ahorro forzoso aún no está claro. Los ciudadanos podrían optar por incorporarlo a su riqueza, pero también por gastarlo según se van levantando las restricciones sanitarias. Desde luego, si recurrieran a la segunda opción el consumo se vería considerablemente impulsado, lo que movería los engranajes de la economía más rápido.

Así lo creen desde este servicio de estudios. "Si todo ese ahorro se gastara en consumo, este aumentaría dos puntos porcentuales más el primer año y seguiría aumentando, aunque cada vez menos, en los próximos años", explicó Jorge Sicilia, director de BBVA Research y economista jefe de Grupo BBVA, el jueves durante la presentación de su informe Situación España. 

De esta forma, si todo ese ahorro forzoso se destinara al consumo, este podría acelerarse hasta un 8% este año, pues desde BBVA Research estiman que la reducción de la incertidumbre sobre la evolución de la enfermedad y las mejoras en las perspectivas económicas podrían llevar al consumo privado a crecer, al margen de este efecto, un 6,1% en 2021 y un 6,8% en 2022.

Con todo, destacó que aún existe una "incertidumbre elevada" sobre el destino que tendrán estos ahorros acumulados.

Gente consumiendo en la terraza de un bar. EFE

La tasa de ahorro marcó máximos en España y en el resto de Europa en 2020 en el contexto de la pandemia. De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se situó al cierre del año en el 14,8%, lo que supone el mayor nivel registrado en la serie del INE, que se remonta a 1999, aunque está aún por debajo de la media europea.

De acuerdo con las previsiones de BBVA Research, la tasa de ahorro de los hogares cerró el pasado ejercicio en el 15,1%, pero irá disminuyendo tanto este año como el próximo. En 2021 se situará en el 12,2%, mientras que en 2022 bajará hasta el nivel del 8,9%.

A ello coadyuvará la recuperación económica. El servicio de estudios calcula que el PIB español crecerá el 5,5% este año (menos que lo que espera el Gobierno, que rebajó sus previsiones hace poco) y el 7% en 2022. Si bien deja la puerta abierta a que estas estimaciones mejoren "dado el fuerte repunte que podría producirse en el consumo privado, el aumento de la inversión en construcción y la aceleración de las exportaciones, tanto de bienes como de servicios".