La prensa de papel no pasa por su mejor momento y el Estudio General de Medios (EGM) ha vuelto a confirmarlo con los datos de su primera oleada de 2021. Las cifras indican que en la primera parte de este año solo 6.618.000 personas leyeron un ejemplar de un periódico de media diaria. 

Este dato supone un retroceso de más de 1,8 millones si se compara con la primera oleada de 2020, cuando los lectores llegaron a 8,4 millones. Esto significa que en el año de la pandemia (desde abril de 2020 a abril de 2021) la prensa ha perdido un 21% de sus lectores que tenía hasta antes de la llegada de la Covid.

Un desplome que acelera la caída que ha venido experimentando en la última década. Los mismos datos del EGM indican que en la primera oleada de 2011 la prensa en papel registró 15 millones de lectores de media diaria.

De esta manera, en menos de diez años se han perdido la friolera de 6,5 millones de lectores de media diaria, un 56% de retroceso. 

Por cabeceras, el impacto es igual para todas. De hecho, ya solo el diaro Marca supera el millón de lectores. Y solo tres superan los 500.000 lectores de media diaria: El País (897.000), El Mundo (562.000) y As (517.000).

El cierre de los puntos de venta y la digitalización de muchos lectores que todavía no se informaban por internet, ha acelerado el desplome en los últimos doce meses y deja en muy mal pie a un sector que ha experimentado un fuerte retroceso de sus ingresos durante este último año.

Los datos de InfoAdex indican que el sector de la prensa en papel solo facturó 335 millones de euros por publicidad en 2020, lo que supuso un 30,8% menos de lo que ingresó durante el año 2019.

En tiempos de coronavirus, la inversión en publicidad no es la prioridad de las grandes empresas y salir a comprar un periódico tampoco lo es para los españoles.

De esta manera, los diarios en papel están sufriendo un doble crisis: de ventas y de ingresos publicitarios, la tormenta perfecta para allanar un camino de agonía que lleva una década cimentándose.

Hace una década los diarios facturaban más de 2.000 millones de euros y sus ingresos solo por publicidad superaban los 1.000 millones de euros. Diez años después, la publicidad de sus ediciones digitales no ha logrado compensar la caída de venta de ejemplares que se ha reducido, al menos, a la mitad.