Dos turistas en Barcelona.

Dos turistas en Barcelona. EFE

Macroeconomía

El crecimiento récord del turismo impide que España lleve la inflación al 2% que fija el BCE

El Banco de España ha revisado al alza su previsión de incremento de precios para este año en tres décimas, hasta el 3%.

12 junio, 2024 02:35

El turismo, motor de la economía española, no sólo genera problemas en el mercado de la vivienda: también produce una "resistencia a la baja" de la inflación en los precios de los servicios. Lo cual, a la postre, impide a España llevar su tasa general al 2%, la cifra mágica para que el Banco Central Europeo (BCE) considere que los precios están bajo control.

Este martes, el Banco de España actualizó sus previsiones económicas, mejorando el crecimiento estimado para este año. A tenor del regulador, el Producto Interior Bruto (PIB) avanzará un 2,3% en 2024 —cuatro décimas más de lo estimado en marzo—, pero la inflación crecerá un 3%, cuando hace tres meses preveía una subida tres décimas menor. Y el motivo no es otro que una inflación "persistente" en los servicios.

España no es una rara avis en esta cuestión, ya que el conjunto de la zona euro soporta el mismo problema. Uno de los motivos que empujan al alza los precios de los servicios es la subida de los costes laborales unitarios, principalmente el crecimiento de la remuneración de los asalariados. Al contrario que en 2022, cuando fueron los márgenes empresariales los que tensaron los precios, desde mediados del año pasado son los salarios.

Más allá de la propia deriva salarial, las tensiones en el mercado laboral y la falta de mano de obra también producen ese crecimiento de las retribuciones. Asimismo, entra en juego la "atonía" de la productividad que, según el Banco de España, crece por debajo de los salarios. Por último, afecta el aumento de las cotizaciones sociales para financiar un sistema público de pensiones que necesita más recursos año tras año.

Como puede observarse, la inflación interanual de los servicios se mantiene por encima de la tasa general desde hace más de un año. Hay otros componentes que pesan en el IPC, pero este es uno de los que tira al alza, ya que, descontando los servicios, la subida de precios es inferior.

"En los últimos meses, la moderación de la inflación se ha visto favorecida por la menor presión ejercida por los precios de los alimentos, así como por la desaceleración, más tenue, de los precios de los bienes industriales no energéticos", explica el Banco de España en su último Informe Trimestral.

Por el contrario, el reciente repunte de los precios energéticos "estaría mermando la contribución de este componente al proceso desinflacionario". Asimismo, la inflación de los servicios "estaría mostrando una mayor resistencia a la baja, que también sería algo más acusada que la prevista unos meses atrás", lo que motiva la revisión al alza de la previsión de IPC.

El tirón del turismo

Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del Banco de España, afirmó en la presentación del citado informe que el consumo del turismo también contribuye a que la inflación del sector servicios no ceda. Se esperaba que el importante aumento del gasto turístico fuera "transitorio" en 2022, pero se está prolongando más allá.

De esta manera, a esas tensiones por el lado de la oferta se unen otras por la demanda, lo que termina por incrementar más los precios. "Nos ha sorprendido el vigor de la demanda de servicios turísticos. Queda por ver durante cuánto tiempo se puede mantener o si llega a incrementar", ha apuntado Gavilán.

"Sabemos que la inflación de los servicios es más alta históricamente y muestra una mayor resistencia a la baja", ha señalado Gavilán, quien ha incidido en que se trata, además, de una realidad generalizada. Pero en España se da con mayor intensidad por el fuerte peso del sector turístico, que acusa más la subida de precios. 

Esa es una de las razones que explican que España presente en estos momentos una de las tasas de inflación más elevadas de la Unión Europea. De hecho, los datos atestiguan que el alza de los precios en las actividades de ocio vinculadas al turismo no dan tregua: en abril —último dato disponible—, los precios de restaurantes y hoteles subieron un 4,8%, situándose como el grupo cuya inflación más se eleva. 

No obstante, hay margen para que los precios sigan su senda desinflacionista. Aunque el Banco Central Europeo ya ha dado fin a las subidas de tipos —no hace ni una semana que ejecutó la primera bajada en ocho años—, la política monetaria sigue siendo restrictiva, lo que tiene su efecto en la evolución de los precios. Y es que aunque el impacto en el crecimiento de los países de la zona euro irá disminuyendo, la transmisión a la inflación se extenderá más en el tiempo.