Campus Madrid y Torre Picasso. La Agencia Tributaria (AEAT) ha realizado una inspección de las oficinas de Google en España, según dijeron fuentes conocedoras de la inspección a EL ESPAÑOL. Desde la sede del buscador en Madrid confirmaron la operación en curso por parte de las autoridades fiscales españolas.
"Cumplimos con la legislación fiscal en España al igual que en todos los países en los que operamos. Estamos cooperando con las autoridades en España para responder a todas sus preguntas, como siempre", dijo un portavoz de Google a EL ESPAÑOL. Pese a los repetidos intentos de este medio, la AEAT declinó hacer comentarios.
El juez de lo Contencioso-Administrativo número 29 de Madrid es el que ha autorizado la entrada y registro de las oficinas tras una petición de la Agencia Tributaria el pasado 27 de junio, han informado fuentes jurídicas a Europa Press.
Un registro en París, antecedente
Esta operación se suma a la que se llevó a cabo el pasado mes de mayo en las oficinas de la compañía en París. El pasado 24 de mayo se registraron en el marco de una investigación abierta en junio de 2015 "sobre los hechos de fraude fiscal agravado y el blanqueo en banda organizada de fraude fiscal agravado", explicó la Hacienda francesa entonces, informó Le Parisien.
Según Reuters, las autoridades fiscales francesas reclamaban 1.600 millones de euros en impuestos no pagados por la tecnológica del buscador. Ya en junio de 2011 se habían realizado varios registros y requisamientos en los locales de la tecnológica en la capital gala. En aquella ocasión se trataba de aclarar "el precio de transferencia" entre la rama francesa de la compañía y su sede fiscal en Irlanda, según Le Monde.
Entre Google Campus y Torre Picasso
La filial en España de Google está dirigida por Javier Rodríguez Zapatero, en tanto que el Google Campus, el centro de innovación y emprendimiento, tiene a Sofía Benjumea como su principal responsable. Sus cifras de negocio siempre han sido 'escondidas' en su actividad global y la de su filial irlandesa. Según datos recopilados por EL ESPAÑOL, las cuentas anuales de Google España de los ejercicios 2011 y 2014 se encuentran bajo inspección de Hacienda.
El buscador encargó un estudio a la consultora y auditoria Deloitte para dar a conocer su actividad en España. En ese informe se pusieron cifras a la verdadera dimensión de la tecnológica en España: más 200 trabajadores en España y un volumen de negocio de 600 millones de euros en el ejercicio de 2014. Según las cuentas presentadas en el registro por su propia filial, Google Spain SLU, tuvo unos ingresos de 54 millones de euros (menos de un 5% de incremento respecto al año anterior). Y pagó un impuesto de sociedades de algo más de 2 millones de euros.
Tanto Google como otras compañías tecnológicas coinciden en su estrategia fiscal: a través de un particular ‘juego’ de sus filiales locales, la compañía logra desviar gran parte de sus ingresos (y beneficios) a Irlanda, uno de los países con la fiscalidad más beneficiosa en el Viejo Continente con un impuesto de sociedades muy inferior al español.
“Constituyen varias filiales locales y centralizan sus operaciones en Irlanda; desde esta sociedad irlandesa venden los productos al resto de sociedades y, por tanto, la mayor parte de los beneficios se trasladan allí”, explicaba a este medio el secretario general del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo. Y apostilla: “El 90% de las operaciones realizadas en España son trasladadas artificialmente a Irlanda”.
Otras tecnológicas en España
Amazon es otra de las tecnológicas cuyo negocio en España se concentra en sociedades más allá de los Pirineos. La compañía, que tiene abiertos a inspección de la Hacienda española los últimos cuatro ejercicios para todos los impuestos aplicables, cerró su ejercicio fiscal 2015 con unos ingresos de 55 millones de ingresos y unos beneficios de algo más de 4 millones. La gran mayoría de la actividad económica de su plataforma se deriva a la sociedad matriz europea con sede en Luxemburgo, una práctica de ingeniería fiscal por la que está bajo investigación en la Unión Europea.
Facebook es otra de las compañías que llevan a cabo el esquema fiscal con el epicentro en Irlanda. La red social, con una cuota muy significativa en el mercado publicitario digital que sumó 1.200 millones de euros en 2015, declaró una facturación de su filial en 2014 de apenas 3,9 millones de euros. Sus beneficios netos fueron 206.000 euros y el impuesto de sociedades sumó 84.000 euros.
Tampoco es excepción Microsoft. Según informó EL ESPAÑOL, la compañía opera con lo que se denomina como ETVE (Entidad de Tenencia de Valores Extranjeros). Se trata de una modalidad de sociedades regulada desde hace dos décadas y que permite a inversores extranjeros disfrutar de un beneficioso régimen fiscal. Es la razón por la que bajo el paraguas de su matriz española ‘esconde’ 140 millones de negocio procedentes de Dinamarca de negocio del ejercicio 2015. La sociedad conjunta tiene unos ingresos totales de 306 millones de euros (un 3,2% más que un año antes), de los que 166 millones proceden de la filial española y el resto, 140 millones, de la danesa. Con ese volumen de negocio registrado logró unos beneficios de 21,4 millones de euros.
Apple: 318 millones en Italia
El pasado mes de diciembre tuvo lugar un particular golpe a la ingeniería fiscal de las multinacionales tecnológicas. La Fiscalía arrancaba una investigación en 2015 que concluyó en una intensa negociación con la compañía liderada por Tim Cook. Esas conversaciones desembocaron en un acuerdo que reducía de manera significativa la factura que debía pagar: de los casi 900 millones de euros que,según las pesquisas, habían dejado de pagar entre 2008 y 2013 se ha quedado en 318.
La Comisión ha utilizado ya su artillería pesada, la política de competencia. Ha obligado a Starbucks y a Fiat a pagar entre 20 y 30 millones de euros en impuestos atrasados en Holanda y Luxemburgo, respectivamente. Ha exigido a Bélgica que recupere 700 millones de euros de tributos que ha perdonado a multinacionales. Y tiene pendientes de resolver expedientes contra las ventajas fiscales que Irlanda da Apple y las de Luxemburgo a Amazon y McDonald’s.