En los últimos días, el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, ha tenido que realizar algunos ajustes con su paquete de 148,4 millones de acciones que le otorgan el 20,26% del capital de la constructora.
Para bien y para mal. Bien, en el sentido de que ha vuelto a hacer acopio de más títulos a su cartera. El pasado 8 de marzo recibía 43.277 acciones, como liquidación del segundo plan de entrega de acciones vinculado a objetivos del trienio 2013-2015.
Se trata de un paquete adicional de acciones que han ido a engordar la participación directa de Del Pino en la empresa que preside, y que, de esta manera, alcanza los 401.549 títulos, equivalente al 0,055% del capital de la constructora.
Pequeña participación directa
Un pequeño lote que capitaliza en bolsa por 7,3 millones de euros, insignificante respecto a los casi 148 millones de acciones que Del Pino tiene depositadas en Rijn Capital. La sociedad holandesa bajo su control a la que, en agosto de 2015, transfirió los títulos que le correspondían cuando él y sus otros cuatro hermanos decidieron romper el pacto que, tras el fallecimiento en 2008 de su padre -Rafael del Pino y Moreno- habían firmado, en diciembre de 2009, para mantener el 40,82% de Ferrovial a través de la sociedad Portman Baela.
Estos títulos, que aglutinan el 20,2% del capital, rozan en bolsa los 2.700 millones de euros. Son las acciones con las que Del Pino sustenta sus préstamos personales, otorgados por los bancos a cambio de poner en prenda parte de estas acciones.
Más garantías adicionales por deudas personales
En este sentido, en un proceso habitual de pacto con los bancos para extender el nominal de alguno de estos préstamos, los acreedores han obligado a Del Pino a ofrecer más garantías por sus obligaciones financieras.
Han sido 3,8 millones de acciones de Ferrovial, en manos de Rijn Capital, las que han sido pignoradas, según consta en el último movimiento accionarial registrado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El paquete pignorado tiene un valor de mercado de casi 69 millones de euros.
Entre las deudas de Del Pino figuran las que, tanto él como sus hermanos, se repartieron en agosto de 2015, cuando transfirieron el 40,82% conjunto de Ferrovial, que ostentaban en Portman Baela, a sus respectivas sociedades particulares.
El reparto de un préstamo entre los Del Pino
En julio de 2014, dicha sociedad había cancelado un crédito sindicado de 600 millones con el Banco Santander y el BBVA e, inmediatamente después, firmado otro de 613,5 millones con otra entidad, poniendo como garantía de 141,2 millones de acciones de Ferrovial, así como derechos de crédito derivados de ciertas condiciones.
El préstamo quedaba sujeto a unas garantías que se deben cumplir hasta vencimiento. Entre estas, que el valor del préstamo sobre la cotización de las acciones pignoradas debe ser inferior al 57,5% y, en caso de superarse, Portman Baela tendría que aumentar las garantías. A 31 de diciembre de 2014, tras amortizar 170 millones del principal, queda una deuda pendiente de 443,3 millones de euros. La que se repartieron los hermanos entre sus sociedades particulares.
En el caso de Rafael del Pino, Rijn Capital se quedó con algo más de 200 millones de esta deuda, cuyo vencimiento quedaba sujeto al cumplimiento de unas ratios financieras y otros requerimientos, garantizado con una prenda sobre más de 31 millones de acciones de Ferrovial, propiedad de la sociedad radicada en los Países Bajos.
Además de los títulos de la constructora, esta sociedad administra inversiones inmobiliarias, alquiler de barcos y de medio ambiente. Al estar radicada en Holanda, queda fuera del foco registral en España. En junio de 2016, Rafael del Pino, por sus 148 millones de acciones de Ferrovial, que controla a través de Rijn Capital, fue retribuido con un dividendo en efectivo de 46 millones de euros.