El Gobierno no se ha acercado aún a la banca para detallarle con qué condiciones va a hacer permanente el impuesto extraordinario al sector, algo que ya está negociando con los grupos parlamentarios, según informan a EL ESPAÑOL-Invertia fuentes financieras.

El Ejecutivo que lidera Pedro Sánchez puso en marcha hace año y medio una tasa extraordinaria con el objetivo de que el sector aumentara su aportación a las arcas públicas en el contexto de subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).

El impuesto se anunció en el verano de 2022 y se puso en marcha unos meses después. El gravamen se paga con un cierto decalaje, pues se abona meses más tarde de que se cierre el ejercicio al que corresponde el gravamen.

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En febrero del año pasado los bancos realizaron el primer desembolso del impuesto, calculado sobre los resultados del ejercicio anterior, y les costó unos 1.120 millones de euros.

Hace cuatro meses abonaron el correspondiente al ejercicio 2023, en el que los bancos registraron beneficios históricos, con una suma que ascendió a unos 1.400 millones de euros.

Extensión del impuesto

El impuesto nació como extraordinario para ser aplicado en dos años por el contexto de la rápida subida de los tipos de interés, que dio lugar a ganancias históricas para el sector, si bien hace unos meses Sánchez ya anunció que quería hacerlo permanente.

De hecho, en el momento lo extendió un año más, de forma que los bancos van a tener que abonarlo sí o sí a principios de 2025 y será con cargo al ejercicio 2024. La vocación, en todo caso, es hacerlo permanente.

Con ese interés y como desveló hace unos días EL ESPAÑOL, el Ejecutivo ha empezado a negociar ya con sus socios parlamentarios la prórroga de los impuestos extraordinarios y temporales, entre los que se encuentra el de la banca, pero también el de las energéticas. En este último se prevé incluir incentivos a la inversión verde, pero no así en el caso del gravamen a la banca.

Y es que estos dos impuestos son un elemento clave para la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado de 2025, que se negociarán después del verano y en los que el Gobierno ya ha empezado a trabajar. El próximo mes de septiembre el Ejecutivo tiene que presentar el plan de consolidación fiscal a Bruselas.

En todo caso, la banca no conoce, por el momento, ningún detalle. Fuentes financieras explican que el Ejecutivo no se ha puesto aún en contacto con el sector para plantear el nuevo diseño del impuesto con carácter permanente.

El extraordinario que está actualmente vigente (con cargo a los ejercicios 2022, 2023 y 2024 tras la extensión) grava con un 4,8% los ingresos de las grandes entidades correspondientes a intereses y comisiones. Se quedan fuera del pago los bancos con menor volumen de negocio, entre los que se encuentran los pequeños (MyInvestor, N26...) y otros medianos, como ING España.