En las últimas semanas, el Gobierno de España ha ido anunciando varias opciones para que Europa en su conjunto aborde la escalada sin control de los precios energéticos. Sin embargo, siempre ha dejado la puerta abierta a actuar por su cuenta si en la UE no se actúa rápido.
Y eso es lo que finalmente presenta a sus socios comunitarios. "Queremos una solución para toda Europa, llevamos semanas diciendo que queremos poner un tope al precio del gas y hacer compras conjuntas de gas", ha dicho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la entrada al Consejo.
"Pero siendo conscientes de que esto puede llevar unas semanas, tenemos que responder a la particularidad de la Península con una interconexión mínima al continente europeo", ha añadido.
Renuncia a encontrar un acuerdo a Veintisiete sobre los precios de la luz y se conforma con una solución específica para España y Portugal. El presidente del Gobierno pide autorización para que haya una fórmula "específica" para rebajar la factura eléctrica que se aplicaría únicamente en la Península Ibérica.
Sánchez alega que la falta de interconexiones energéticas con el resto de Europa perjudica doblemente a España y Portugal, que no tienen acceso a la electricidad de otros Estados miembros y siguen pagando precios muy altos. Por eso mismo, un arreglo a medida para los dos países no pondría en riesgo el mercado eléctrico europeo.
En cualquier caso, el presidente del Gobierno ha dejado claro que el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes 29 de marzo un "plan nacional de respuesta a las consecuencias económicas de la guerra", que cubrirá "todos los frentes".
Propuestas de Bruselas
No lo tienen fácil los representantes de los países miembros de la UE. Y eso que también la Comisión Europea lleva hechos los deberes para que se puedan valorar diferentes opciones en esa lucha contra la crisis energética que arrastra el Viejo Continente desde hace ya más de medio año.
Por un lado, tal y como le habían pedido España y los países del sur, en el menú de opciones incluye la posibilidad de imponer topes a los precios de la electricidad y el gas. Sin embargo, el Ejecutivo comunitario no se decanta por ninguna de las alternativas y avisa de que todas ellas suponen importantes "costes y desventajas".
"No existe una única respuesta fácil para hacer frente a los altos precios de la electricidad dada la diversidad de situaciones entre los Estados miembros, por lo que se refiere a su cesta energética, el diseño del mercado y los niveles de interconexión", concluye el estudio elaborado por Bruselas.
"Algunas opciones solo son adecuadas para contextos nacionales específicos. Al mismo tiempo, algunas intervenciones requerirían una legislación de la UE o un enfoque común a nivel de la UE para ser eficaces y no poner en riesgo el mercado interior y la seguridad de suministro. Todas ellas conllevan costes y desventajas, también para el funcionamiento del mercado único", sostiene la Comisión.
Sin embargo, Alemania y los nórdicos, conocidos como los frugales, se mantienen firmes en su rechazo a cualquier intervención en el mercado eléctrico, lo que hace imposible un acuerdo en el Consejo Europeo.
Bruselas pone encima de la mesa cinco posibles medidas para intervenir a corto plazo en el mercado de la electricidad y del gas: una compensación por el precio del gas pagado por los generadores de electricidad (compañías eléctricas); un precio tope para la electricidad en el mercado mayorista; una tasa para los beneficios extraordinarios de las eléctricas; un precio máximo para el gas en el mercado mayorista, y un sistema de compra conjunta de gas en la UE.
Por lo que se refiere a topar el precio en el mercado mayorista de la electricidad, Bruselas advierte que esta medida generaría distorsiones comerciales y de competencia, aumentaría el riesgo de apagones, agravaría la dependencia respecto a los combustibles fósiles y obligaría a una regulación reforzada de las subastas.
Un plan solo para la Península
La alternativa de un mercado distorsionado específicamente para la Península Ibérica, tendría una consecuencia directa: se tendría que desconectar del mercado comunitario, es decir, no habría interconexión con Francia.
Si se limita el precio con el que entra el gas en el mercado mayorista de electricidad haría caer su coste muy por debajo de lo que se está pagando en otros países, como Francia.
"La única solución para evitar que se disparen las exportaciones de electricidad a Francia, si el precio de la luz cae por debajo de los precios franceses, es cerrar el flujo a Europa", señalaban fuentes del sector eléctrico en un encuentro con medios hace unos días.
Los expertos coinciden que rompería con la directiva europea de Mercado Eléctrico Único, pero que, desde el punto de vista de suministro, no tendría mucho efecto, ya que las interconexiones solo suponen el 2,2% del total del mix eléctrico ibérico en la actualidad.
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