La "tasa de CO2" en frontera de la UE para importaciones industriales no incluye el carbón y el refino de petróleo
Los importadores de cemento, acero, aluminio, fertilizantes, hidrógeno y electricidad que en su fabricación emitan CO2 deberán pagar en la aduana.
21 noviembre, 2023 02:20Desde el pasado mes de octubre, la Unión Europea está inmersa en la primera fase del único sistema del mundo para imponer una tasa a las emisiones de CO2 de productos industriales importados. Se llama CBAM (Carbon Border Adjustment Mechanism), y su objetivo es que los productos extranjeros más contaminantes paguen en un modo parecido al que lo hacen dentro del territorio comunitario.
En esta primera fase, ya participan el cemento, el acero, el aluminio, los fertilizantes, el hidrógeno y la electricidad, pero no se ha incluido ni la importación de carbón, productos de refino de petróleo e incluso de plásticos, entre otros.
"No tiene sentido que se aplique ya un arancel a los productos siderúrgicos importados, pero no a productos que emiten mucho más CO2", señalan a EL ESPAÑOL-Invertia fuentes del sector del acero.
El CBAM tiene como objetivo exigir que se pague el mismo coste de emisiones de carbono por las importaciones que el correspondiente al acero y otros productos de la UE, garantizando la igualdad de condiciones y cumpliendo las normas de la Organización Mundial del Comercio.
El mecanismo tiene en cuenta el Régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea y los derechos de emisión gratuitos a medida que se vaya desarrollando este nuevo impuesto.
"Quien declara es el importador que despacha con Aduana, es el representante directo del fabricante de terceros países, porque la Unión Europa solo puede imponer cargas a las empresas que tengan sedes en Europa", explican.
Pero, "España aún no ha decidido quién es la autoridad competente para responsabilizarse de esta nueva tasa. Y todavía faltan desarrollos reglamentarios europeos".
Declaraciones trimestrales
Hasta enero de 2026, esas industrias tendrán que inscribirse en el registro del CBAM y luego "hacer declaraciones trimestrales de todo lo que esté entrando de los productos especificados". Pero no será hasta 2026 cuando tendrán que empezar a pagar por ellos de manera parcial y en 2034 en pago total.
"Se puede usar unos valores por defecto, y aunque Bruselas ha dicho que desarrollará valores de emisiones de referencia, todavía no han sido publicados".
En principio, deberían venir determinados en función de datos de intensidad de carbono, pero "Europa necesita captar cuanta más información mejor de los productos industriales que entran por la frontera para ir afinando, antes del lanzamiento del mecanismo el 1 de enero de 2026".
A partir de ahí, las declaraciones serán anuales. Los importadores de la UE comprarán certificados CBAM para cumplir con los costes pendientes de emisiones de productos requeridos. El precio de estos certificados se basará en el precio semanal de las asignaciones de la UE y del precio del CO2 en el comercio ETS.
Se espera que el CBAM genere más de 9.000 millones de euros al año en ingresos de todos los sectores objetivo para 2030, según Wood Mackenzie. Parte de ese dinero irá a las arcas de los estados miembros de la UE, mientras que otra parte se redistribuirá a los socios comerciales de la UE de bajos ingresos para incentivar iniciativas de descarbonización.
Hierro y acero
Las emisiones de la producción de acero de la UE se verán penalizadas gradualmente desde 2026 hasta 2034, lo que conducirá a mayores costes para la producción de acero existente e incentivará una producción con menores emisiones.
"Y casi la mitad del acero que se produce en España va a la construcción", señalan las mismas fuentes del sector siderúrgico.
El hierro y el acero son productos básicos que consumen mucha energía y emiten CO2. De hecho, representan casi el 6% de las emisiones totales de la UE y suponen el 4% de las importaciones totales de la UE en valor, según Wood Mackenzie.
Los procesos siderúrgicos de la UE verán reducirse la cantidad de derechos de emisión gratuitos asignados poco a poco hasta 2034.
Según un análisis de S&P Global Commodity Insights, la eliminación de los derechos de emisión gratuitos generaría costes adicionales para los productores de acero europeos.
"Puede que arregle los objetivos climáticos de los políticos, pero no es la solución para los sectores industriales como el acero", concluyen las fuentes.