Transcurridas tres semanas desde la invasión rusa en Ucrania, el mercado inmobiliario se mantiene estable y opera con confianza. Así opinan los expertos del sector. “Las operaciones siguen en marcha. Las familias españolas no han dejado de comprar, vender o alquilar por el conflicto entre Rusia y Ucrania”, según el Consejo General de los COAPI de España (Colegios Oficiales de los Agentes de la Propiedad Industrial). Pero lanzan la siguiente coletilla: “Por el momento”.
Pero donde si se nota más la influencia del conflicto es en lo referente a los inversores: “Se empieza a apreciar una tímida desaceleración fruto, de momento, de un cauteloso compás de espera a la expectativa de acontecimientos. Todavía no implica un retraimiento real”, dicen desde COAPI.
La incertidumbre, y más si proviene de un conflicto armado, es negativa para todos los sectores. “No obstante, si miramos al sector inmobiliario español en particular, la guerra genera diversas consecuencias negativas, así como algunos otros impactos. Estos, sin llegar a ser directamente contraproducentes, tampoco pueden considerarse positivos”, afirma Luis Martín Guirado, director corporativo de Desarrollo de Negocio de Gesvalt.
De ahí que esta situación hará que los mercados globales, y por tanto los fondos de inversión, regirán sus decisiones por el ‘hold, wait and see’. Por tanto, impactará directamente en el segmento comercial”, añade Guirado. Es decir, en las actividades de inversión en activos inmobiliarios orientados a oficinas, hoteles o centros comerciales. “Esto se verá reflejado en el primer y segundo trimestre de este año”, matiza. Uno de los últimos movimientos fue la venta por parte de ASG del Hard Rock Hotel Madrid por 65 millones de euros a Arlaes Management a mediados de febrero.
Buena prueba de esa cautela la están viviendo en Caledonian, la constructora, promotora e inmobiliaria española de lujo. “Nos hemos reunido con inversores hace un mes. Antes había una voluntad clara de invertir: 30, 50 o 100 millones. Hoy esa gente tiene un poco de precaución. Dicen que lo están analizando”, afirma su presidente, Enrique López Granados.
Dicho de otra manera, están aguardando a ver qué pasa con la guerra para hacer la transferencia. “Los inversores claramente quieren invertir. Hay dinero y deseo. Pero no creo que nadie haga una inversión hoy”, añade López Granados.
En el otro lado de la balanza, los activos inmobiliarios siempre han sido refugio de inversión para particulares. “Ante la extrema volatilidad de los mercados financieros tradicionales, el ahorro de los particulares aumentará y se podrá dirigir de una forma todavía más decidida a la inversión inmobiliaria residencial”, indica el directivo de Gesvalt.
Activo refugio
“Teniendo en cuenta el impacto que pueda tener esta guerra en otros segmentos como la bolsa a corto plazo, el mercado inmobiliario se convierte en una oportunidad para la inversión. Ahora mismo es un refugio muy solvente ante la incertidumbre”, asegura Ernesto Ferrer-Bonsoms, director de Real Estate de Intrum España y director de negocio de Solvia.
Algo que están viviendo en primera persona en la plataforma inmobiliaria Inviertis. “La gente está sacando todo lo que tenía en bolsa, porque ha salido bastante escaldada, y está invirtiendo en inmobiliario para conservar su patrimonio”, recalca Rebeca Pérez, su CEO y fundadora.
Una situación que se ha acentuado desde la invasión militar rusa en Ucrania: “El crecimiento que estamos viendo estos meses es exponencial, por no decir cuasi vertiginoso. Y se está notando más desde que ha estallado la guerra”, señala Rebeca Pérez.
“Durante la pandemia había aguantado la sacudida de la bolsa. Pero venía dudando durante un tiempo. Ahora ya ha dejado de dudar. Llevamos dos semanas en la que hemos duplicado el crecimiento de la plataforma semana a semana”, remarca. La coctelera de bolsa y guerra ha sido un potente cohete impulsor.
Reforzar sistemas
Eso sí, desde que comenzó el conflicto, no se ha cerrado ninguna operación inmobiliaria por parte de rusos en España. “La mayoría de estos inversores se están replegando por miedo a la imposición de nuevas sanciones financieras. De hecho, ahora existen más trabas que nunca para este tipo de operaciones”, sostiene Gerard Duelo, presidente del Consejo General de los COAPI de España.
Y añade: “Las inmobiliarias han reforzado sus sistemas anti blanqueo. Con tener la más mínima sospecha de que el origen de los fondos no es claro, puede haber problemas con Hacienda”.
Junto a este frenazo, se está dando otra situación antagónica: la aceleración en aquellas compraventas que estaban en proceso. Bien por encontrarse en una fase más avanzada, bien por disponer de acceso libre a la liquidez, o bien por no estar gravadas con trabas de movilidad.
Con todo, la situación es bastante incierta. Sobre todo si la guerra sale de Ucrania y se convierte en un conflicto bélico internacional. Entonces, y según Lola Alcover, secretaria de los COAPI, “el mercado inmobiliario español puede llegar a sufrir una crisis severa”.