Representan 60 de cada 100 pensiones públicas y acaparan 70 de cada 100 euros de la nómina mensual de las pensiones. Estos datos convierten a las pensiones de jubilación en el pilar central del sistema, con lo que su evolución resulta clave para toda la arquitectura amparada bajo la Seguridad Social. En agosto, el número de pensiones de jubilación alcanzó los 5,94 millones, 57.290 más ¿o un 1% más- que a finales de 2017. La clave de este incremento reside en cómo se reparte, y ese desglose evidencia que las pensiones de jubilación que más crecen en número son las más altas: las que superan los 2.500 euros.

A finales de 2017 la Seguridad Social registraba 759.835 pensiones de jubilación de 2.000 euros o más. En ocho meses, ese grupo ha crecido en casi 67.000 pensiones, hasta las 826.741. Es decir, un aumento del 9%.

Centrando más el foco, ya hay 388.142 pensiones de jubilación superiores a los 2.500 euros. O lo que es lo mismo, un 18% más que a finales de 2017. Y eso que la pensión máxima, situada este año en los 2.580,1 euros, ejerce de muro de contención. Y de manera cada vez más intensa, porque esa pensión máxima cada vez está más alejada de la cotización máxima, de 3.751,2 euros, puesto que ahora equivale al 80% -36.121,4 euros al año de la pensión frente a 45.014,4 euros de las cotizaciones-, cuando en España la proporción habitual era del 90%. Esta realidad provoca que en torno a esa pensión máxima cada vez exista un número más nutrido de pensiones. Ahora existen 243.087 pensiones en los 2.614,95 y los 2.614,97 euros al mes -es decir, la pensión máxima más las subidas que se van aplicando cada año-.

Ningún otro tramo¿haciendo cortes de 500 en 500 euros- crece tanto en 2018 como en ese que supera los 2.500 euros. Las pensiones de 2.000 a 2.500 euros crecen en número un 2%; las de 1.500 a 2.000 euros, un 3%; y las de 1.000 a 1.500 euros, un 2%. Por el contrario, las de 150 a 500 euros bajan un 3% y las de 500 a 1.000 euros caen un 1% -ver gráfico-.

UN PESO SIN PRECEDENTES

Estas evoluciones conducen a que las jubilaciones de más de 2.000 euros representan ya 14 de cada de 100, una proporción que prolonga una tendencia que ya viene de largo. Diez años antes, en agosto de 2008, las pensiones de jubilación superiores a 2.000 euros apenas representaban el 4%. En 2013, su peso creció hasta el 9%. El incremento de su peso responde a que el número de pensiones superiores a 2.000 euros se ha cuadruplicado en la última década, en tanto que en el último lustro ha crecido en un 66%. Las pensiones de más de 2.500 euros representan ya el 7% del total.

Esta realidad convive con otra: la progresiva reducción del peso de las pensiones más bajas, aunque todavía siguen siendo las más numerosas. En agosto de 2008, 71 de cada 100 pensiones de jubilación no llegaban a los 1.000 euros; cinco años después, esa proporción había bajado al 64%; y ahora se sitúa en el 57,6%.

MÁS DE 9.000 MILLONES

La creciente proporción de las jubilaciones superiores a los 2.000 euros y los 2.500 euros contribuye a elevar la pensión media por jubilación, que en agosto alcanzó los 1.102,4 euros. A su vez, resulta clave en el hecho de que la nómina total de las pensiones supere ya desde junio los 9.000 millones de euros al mes.

A su vez, pone de relieve que dentro del Sistema cohabitan realidades muy heterogéneas, con jubilaciones de 650 euros junto a las de 2.500 o más, y evidencia la creciente tensión que viene soportando la Seguridad Social, puesto que el creciente número de pensiones superiores a los 2.000 euros seguirá engordando la nómina mensual y ampliando unos déficits que en los dos últimos años han superado los 18.000 millones de euros. Con el agravante de que el Gobierno de Mariano Rajoy, primero, y de Pedro Sánchez, después, han 'enterrado' el Índice de Revalorización de las Pensiones', que limitaba al 0,25% la subida anual de las pensiones, para elevarlas un 1,6% este año y volver a vincularlas de nuevo a la inflación en 2019.

- Las `trampas al solitario¿ sobrevuelan de nuevo las pensiones públicas