Al final todo se sabe. Según se va despejando el ruido, se va sabiendo que, si en Europa vamos con un enorme retraso respecto a EEUU y Reino Unido en la vacunación, es porque los funcionarios de la Unión Europea fueron lentos y cicateros. Probablemente las compañías farmacéuticas se aprovecharon de ello, pero nunca lo sabremos con exactitud, porque, casualmente, nadie parece interesado en que se publique en su totalidad el contenido de los contratos.
Lo importante es que Europa lleva un retraso enorme y el resultado es que las estimaciones y previsiones de recuperación se retrasan. En algunos casos, la desviación será especialmente significativa, teniendo en cuenta la importancia que tiene para muchos países europeos el turismo.
La diferencia entre vacunar al 70% de la población antes del verano o hacerlo en septiembre es mucho mayor que la simple periodificación de un par de meses. Para países como España y, en menor medida, Francia o Italia, significa una desviación muy importante en cuanto al importe del PIB que se esperaba para 2021.
Y lo mismo ocurre con los resultados de las empresas europeas. Las estimaciones que se habían hecho para el año en curso se quedarán cortas, especialmente para las compañías que dependen más del contacto social, que en la indigente digital que es Europa son muchas más que en EEUU, donde encima va mucho más rápida la vacunación.
Pero este retraso, que va a ser un desastre para la economía real y para la sociedad europea en general, pude suponer una oportunidad para el inversor que había perdido la salida del tren del cambio de escenario.
Vacunar al 70% de la población antes del verano significa una desviación muy importante en cuanto al importe del PIB que se esperaba para 2021
La gran oportunidad para 2021 se produjo a finales de 2020. Se trataba de adelantarse a la rotación que se iba a producir entre activos, países y sectores como consecuencia de la llegada de la vacuna. Lo que en Nextep denominamos en noviembre la 'Gran Rotación', es decir, una excelente oportunidad de adelantarse al movimiento que iba a generar la salida de la pandemia y la vuelta a la normalidad.
Efectivamente, como en los mercados hasta el más tonto hace relojes, los inversores se han ido adelantando y los sectores perjudicados por la economía del confinamiento han ido incrementando sus cotizaciones y, aunque tampoco es que ahora estén especialmente caros, ya no son el 'chollo' que eran hace unos meses. Pero Europa podría dar una segunda oportunidad.
Según vaya calando la cruda realidad de la incompetencia de los funcionarios de la Unión y se retrasen las predicciones de ingresos de las compañías que más necesitaban una vuelta a la normalidad, es muy posible que veamos cómo se enfrían sus cotizaciones.
Esa incompetencia y esa burocracia europea son precisamente las que han generado la oportunidad. Porque una cosa es que entre los países avanzados los europeos seamos los últimos en vacunarnos y otra muy distinta que no vayamos a hacerlo y alcanzar los mismos grados de inmunidad -y por lo tanto el mismo grado de normalidad económica– que el resto. Solo que lo haremos más tarde.
La incompetencia retrasa la vuelta a la normalidad, lo que puede ser una oportunidad para los inversores que llegaron tarde al inicio de la 'Gran Rotación'
En los países más espabilados estamos viendo cómo mejoran dramáticamente los índices de confianza entre empresarios y consumidores. Hace poco vimos que se han disparado en la ciudad de Londres. Son nuestros indicadores adelantados. Y ya sabemos la importancia que tienen para los inversores los indicadores adelantados.
Por su parte, las entidades financieras de los países que se han tomado la cuestión de la vacunación como una emergencia nacional y no como un proceso administrativo, empiezan a ver cómo ocurre algo que hacía años que no se veía: pueden captar dinero a coste cero vía depósitos y colocarlo en bonos o créditos con rentabilidad positiva. Y hacerlo con un diferencial importante, gracias a que la subida de tipos de interés de los bonos -también consecuencia de la Gran Rotación- devuelve la curva de tipos a su posición normal, es decir, ascendente. La recuperación económica les beneficia como al que más, porque además de mejorar el diferencial de sus créditos aumenta la demanda.
La incompetencia retrasa la vuelta a la normalidad, pero no la impide. Para los inversores que han visto la jugada y se han dado cuenta de que hay precios atractivos en determinados sectores castigados por los confinamientos, el receso o corrección que pueda producirse en las cotizaciones puede ser una oportunidad. Sobre todo si llegaron tarde al inicio de la 'Gran Rotación'.
***Víctor Alvargonzález es asesor financiero independiente y socio fundador de Nextep Finance