La Fed y el endurecimiento de la política monetaria
No por descontado se puede decir que fuese menos importante. Tal y como se esperaba, la pasada semana la Fed confirmó un giro importante en sus decisiones anticipando lo que se espera que sea un largo proceso de normalización de su política monetaria.
Ahora no es tiempo de analizar los errores recientes, que han sido muchos y muy graves, sino de entender qué significa para la primera potencia mundial este cambio y si el mismo puede alterar considerablemente el rumbo de la economía global.
De manera muy sucinta, el pasado miércoles la Fed confirmó que, tras comunicar anteriormente que su política cuantitativa tendrá fecha de caducidad, el tiempo de los tipos de interés cero ha acabado.
2022 traerá consigo un proceso gradual de elevación del precio oficial del dinero que, inicialmente, recogerá tres subidas el próximo año
2022 traerá consigo un proceso gradual de elevación del precio oficial del dinero que, inicialmente, recogerá tres subidas el próximo año, otras tres en 2023 y dos más en 2024. Eso es lo que se conoce como el forward guidance, es decir, anticipar las decisiones a tomar en el largo plazo en relación a los tipos de corto plazo.
Por supuesto, estos pasos son una guía, una hoja de ruta a seguir que, como no puede ser de otra manera, es muy probable que en un contexto de incertidumbre pueden sufrir alteraciones dependiendo del contexto económico.
Lo primero es entender porqué da este paso. Como sabemos la política monetaria de un banco central busca establecer una referencia para el tipo de interés. Cuando lo eleva o lo mantiene alto es porque o bien cree que la economía se está recalentando o porque anticipa un contexto de presión en los precios. En el caso actual podemos decir que es más lo segundo que lo primero.
El hecho de que un banco central trate de anticiparse a esta circunstancia señala el grave error cometido por Powell al pensar que la presión de la inflación era temporal y que sería “absorbida” de forma natural por los agentes. Así pues, el plan de normalización parte con un elevado lastre de credibilidad y una enorme presión por el daño que está generando el crecimiento de los precios.
A este respecto es bueno recordar que, al margen de lo que se eleva el coste de la vida, una inflación muy alta supone un grave daño para los salarios. Ahora mismo, no solo en Estados Unidos sino en la gran mayoría de las economías maduras, los salarios decrecen en términos reales algo especialmente visible en los cuartiles de población con renta más elevada.
Uno de los grandes defectos de la Fed es que no le gusta soliviantar a los mercados. Por eso sus decisiones ponen el foco en intentar no generar daños colaterales
El problema es que lo salarios bajos o los muy altos, no sufren este efecto más que parcialmente en términos salariales. Son las clases medias las que se ven especialmente dañadas pues su capacidad de ahorro es menor que la de una renta muy alta, que aprovecha el enriquecimiento de su patrimonio financiero como vía para compensar el menor poder adquisitivo.
Uno de los grandes defectos de la Fed es que no le gusta soliviantar a los mercados. Por eso sus decisiones ponen el foco en intentar no generar daños colaterales ni en la renta fija ni en la renta variable.
Ahora mismo, a pesar de que la economía americana crece con fuerza y está consiguiendo llevar el desempleo a los niveles previos a la pandemia, se enfrenta a una ciclogénesis explosiva derivada de la muy elevada inflación y de una eventual burbuja financiera.
Si sus decisiones provocan un parón en la economía y tensiones en los mercados, el fracaso puede ser monumental. Similar al rechazo que generó en su momento Paul Volcker cuando a principios de los ochenta fue declarado enemigo público número uno por su agresiva política de elevar sin pausa los tipos de interés.
El caso es que si ni la economía ni los mercados financieros pueden asumir tres subidas de un cuartillo de punto cada una, lo que significaría llevar los tipos al 1% a finales de 2022 -todavía negativos en términos reales- es que algo marcha mal. La economía americana se encuentra en un proceso delicado que requiere de mucho equilibrio en las decisiones y en la comunicación, dos aspectos en los que Jerome Powell, de momento, ha fracaso estrepitosamente. Feliz Navidad a todos.