Por qué policías y sanitarios no quieren ponerse dosis de la vacuna de AstraZeneca
Colectivos profesionales ponen en duda la efectividad de este antígeno cuya llegada parecía hacer ver la luz al final del túnel.
11 febrero, 2021 01:54Noticias relacionadas
Parecía que España comenzaba a ver la luz al final del túnel con la aprobación del antígeno contra la Covid-19 de AstraZeneca. Con ella, nuestro país daba el pistoletazo de salida a la vacunación masiva. Pero el recorte del número de dosis prometidas por la farmacéutica y su eficacia, cuestionada por algunos grupos profesionales por ser la más baja de las aprobadas hasta ahora, han generado dudas sobre la que estaba llamada a ser la vacuna 'salvadora'.
Con un 70%, la de AstraZeneca es la vacuna que menos efectividad ha demostrado de las que hay aprobadas hasta ahora. Y eso ha generado incertidumbre entre algunos colectivos profesionales a los que se les administrará este antígeno.
Según ha acordado la Comisión de Salud Pública, el lote se inoculará al personal sanitario y sociosanitario de segunda línea, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, al personal de emergencias, Fuerzas Armadas y a los docentes, entre otros. Ese será el remedio escogido para aquellas personas, dentro de estos grupos, que no superen los 55 años.
Es la solución que se ha adoptado de manera momentánea ante la falta de datos sobre la eficacia de estas dosis en personas de mayor edad. Por otro lado, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha abierto la puerta a administrar la vacuna de AstraZeneca a mayores de 55 años a partir del mes de marzo. Mientras tanto, para quienes sobrepasen esa edad dentro de los nuevos colectivos priorizados en la campaña, el plan consiste en utilizar las vacunas de Pfizer o Moderna, aunque se deberá aguardar a que haya dosis disponibles.
Entre quienes han manifestado su descontento están los sanitarios. El presidente del Consejo General de Dentistas, el doctor Óscar Castro, ha indicado a Invertia que "las vacunas que nos tienen que poner, tanto a nuestro colectivo como al resto de población, deben ser las que tengan la máxima efectividad".
En este sentido, Castro ha incidido en que la nueva directriz del Ministerio de Sanidad de inocular el antígeno de AstraZeneca a personal sanitario de segunda línea y colectivos esenciales (solo en personas de hasta 55 años) "no me parece lo más correcto porque ha demostrado menos efectividad que la de Pfizer o Moderna".
Las dudas en torno a la vacuna de AstraZeneca han proliferado también en uno de los principales destinatarios de estas dosis: las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Si bien los agentes han recibido con satisfacción la noticia, decenas de ellos, consultados por Invertia, hacían patente sus dudas en cuanto a su potencial y eficacia.
"Hay cierta disconformidad con que nos pongan esta vacuna; es la más barata, la menos efectiva y no protege frente a la variante sudafricana", apuntaba un agente de la Guardia civil. "Solo hasta los 55 años. ¿Y el resto? Que muchos no se jubilan hasta los 65 y siguen operativos", señalaba un policía. "La gente no está muy por la labor de que nos pongan la peor de todas", se lamentaba otro miembro de la Benemérita.
Recogiendo todas estas inquietudes, los principales sindicatos y asociaciones que representan a los efectivos han requerido a Sanidad un grado mayor de detalle en cuanto al plan que se va a seguir para inmunizarles. También quieren conocer mejor la verdadera eficacia del antígeno. Es lo que ha resaltado JUPOL, el sindicato mayoritario en la Policía Nacional, en un comunicado que firma con JUCIL -asociación 'hermana' en la Guardia Civil- donde recuerdan que la de AstraZeneca es una vacuna que tiene "una efectividad por debajo del 70%".
El SUP es otro de los sindicatos de la Policía que se ha pronunciado sobre el antígeno de Astrazeneca para reclamar una reunión urgente del grupo de seguimiento del plan Covid-19. Solicita las "garantías necesarias” para un colectivo con una exposición al virus "muy elevada” y cuestionan si han sido incluidos de forma "tan apresurada para dar destino a esas vacunas que no son eficaces totalmente".
Amba asociaciones exigen transparencia al Gobierno, al tiempo que recuerdan que hay policías en ejercicio hasta los 65 años, edad en la que se jubilan, y para los que desconocen que plan se seguirá para inmunizarles. Por su parte la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), mayoritaria en el consejo del cuerpo, ha celebrado la inclusión del colectivo entre los grupos que se vacunarán, tal y como habían reclamado al Ministerio de Sanidad, de ahí que exijan que los que trabajan "en primera línea frente a la Covid sean vacunados más pronto que tarde".
¿Es lo suficientemente efectiva?
Pese a estas quejas, algunas fuentes desmentían en las últimas jornadas que las dosis de AstraZeneca resultaran menos efectivas que las otras que han ido llegando a territorio nacional. En una entrevista con EL ESPAÑOL, la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), María Jesús Lamas, rechazaba la idea de que la vacuna fuera "la peor" del lote: "Que las dos primeras que se han autorizado tengan eficacias medias de alrededor del 95% condiciona mucho el resultado de las siguientes, porque una vacuna con protección del 60% o 70% es muy buena vacuna", explicaba.
¿Por qué el fármaco de AstraZeneca no ha demostrado la elevada eficacia de los antígenos de Pfizer y Moderna? Ello se debe a que su elaboración se basa en una tecnología más tradicional, un adenovirus -un virus del resfriado del chimpancé- modificado para enseñar a reconocer y combatir la infección por SARS-CoV-2. El resultado es menos preciso que los fármacos que emplean el puntero y ya célebre ARN mensajero del virus (ARNm), que permite al organismo replicar las proteínas exactas del coronavirus y generar una respuesta inmunitaria mucho más vigorosa.
A cambio, las dosis de AstraZeneca resultan más baratas -no llegan a dos euros, por los 12 y 14,8 que han costado a la UE las de Pfizer y Moderna- y son mucho más fáciles de almacenar y transportar, resistiendo a una temperatura de nevera de 2-8ºC. Además, por un fenómeno que Lamas calificó de "serendipia" pero que podría decirse de buena suerte, se ha observado que espaciar la segunda dosis hasta doce semanas después de la primera, aumentaría la eficacia de la vacuna. Una excelente noticia frente a los problemas logísticos y de retraso en el suministro.
El ensayo en fase III de la vacuna de AstraZeneca contó con una mayoría de participantes entre los 18 y los 55 años. De aquí surge la problemática que ha llevado a España a restringirla en ese rango de edad: no es que se haya demostrado ineficaz en personas más mayores, es que no hay suficientes datos. El Grupo Consultivo Estratégico de Expertos en Inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se opone a estas conclusiones: aunque hubo pocos participantes de la tercera edad, los resultados del fármaco en personas mayores de 65 "no son diferentes que en grupos más jóvenes" y sugieren una "probable" eficacia.
Los asesores de la OMS también rebaten los argumentos contrarios a la vacuna por el descenso en su eficacia contra las variantes del SARS-CoV-2: Sudáfrica dejó recientemente de administrarla al comprobar que solo ofrecía una eficacia de un 20% en los casos moderados de la variante descubierta ahí, la 501Y.V2.
La OMS critica que el estudio fuera "muy pequeño" y se centrase en "casos leves" cuando "lo importante" es comprobar si reduce los graves, las hospitalizaciones y las muertes. En ese sentido, mantienen la confianza en AstraZeneca: "Todas las vacunas son más eficaces frente a la enfermedad grave que ante casos moderados".
Guerra entre la UE y AstraZeneca
Además de por su efectividad, la vacuna de AstraZeneca también está en el centro de la polémica por el recorte de dosis comprometidas con la Unión Europea que anunció el pasado 22 de enero la farmacéutica anglosueca. Una disminución que la compañía achacó a problemas en una de sus plantas en Europa. AstraZeneca se había comprometido a entregar 100 millones de dosis durante el primer trimestre del año, una cifra que recortó hasta los 31 millones, en un principio.
Se inició entonces un enfrentamiento entre la compañía y Bruselas. Diez días después del anuncio, el Ejecutivo comunitario desplegó todo su arsenal de medidas de presión para acorralar a AstraZeneca y tratar de recuperar sus dosis perdidas. El primer paso de esta ofensiva fue publicar una versión censurada del contrato de compra.
El segundo fue aprobar un nuevo mecanismo de control que permite bloquear las exportaciones a Reino Unido u otros países del mundo de vacunas contra la Covid-19 fabricadas en territorio comunitario. Una medida que ha sido criticada por la industria farmacéutica innovadora europea.
Nathalie Moll, directora general de EFPIA, la patronal del sector, ha avisado de que el mecanismo de control de las exportaciones de antígenos puede provocar nuevos retrasos en la producción de dosis. De hecho, las compañías ya estarían comenzando a experimentar retrasos en la entrega de vacunas y sus componentes.
Aunque las presiones de Bruselas han surtido efecto, con el compromiso de la farmacéutica de aumentar hasta 40 millones de dosis su suministro a la UE, los recortes han supuesto una piedra en el camino hacia el objetivo de tener al 70% de la población inmunizada a finales de verano.
Ha sido este miércoles cuando la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha comparecido finalmente este miércoles ante el pleno de la Eurocámara para dar explicaciones por los tropiezos en la estrategia europea de vacunación contra la Covid-19.
Mientras que la UE apenas ha inmunizado al 3,9% de la población, Estados Unidos va ya por el 12,8%, Reino Unido alcanza el 18,9% e Israel ha llegado al 65,8%, según los datos recopilados por OurWorldinData.
El mayor error que ha reconocido Von der Leyen es haber infravalorado los problemas a la hora de producir masivamente las vacunas. Eso sí, esta vez ni siquiera ha nombrado el recorte de suministro de AstraZeneca. "Estábamos muy concentrados en el desarrollo de la vacuna, pero globalmente hemos subestimado la dificultad ligada a la producción masiva", ha dicho.
Jeringuillas 'especiales'
Por si no fuera poco el rechazo por parte de algunos grupos profesionales y los recortes de las dosis comprometidas con los países de la Unión Europea, el antígeno de AstraZeneca necesita de jeringuillas especiales para extraer 10 dosis de cada vial.
Esta vacuna se distribuye en viales de 0,5 ml de los que se extraen 10 dosis que no necesitan disolución. Sin embargo, para la extracción de estas dosis, es preciso utilizar las agujas y jeringuillas adecuadas. Esto quiere decir jeringas de bajo volumen muerto.
Por el momento, la preocupación de los colegios profesionales es que exista stock de este tipo de jeringas en todos los centros donde se va a vacunar y que se prepare a los profesionales. Cosa que, avisan, todavía no ha pasado en todas las comunidades autónomas para el antígeno de Pfizer, del que se pierde la sexta dosis si no se extrae con el material adecuado.
Aun así, estas mismas fuentes aseguran que es difícil que se pierda una dosis de AstraZeneca porque tienen un sobrellenado adicional. De hecho, el mismo documento de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) avisa de que “es normal que quede líquido en el vial después de extraer la última dosis”. “En cada vial se incluye un sobrellenado adicional para asegurar que se puedan administrar 8 dosis (vial de 4 ml) o 10 dosis (vial de 5 ml) de 0,5 ml”.