AstraZeneca, de fracaso en fracaso: de los retrasos en las entregas a que media UE suspenda el uso de su vacuna
La Agencia Europea del Medicamento está investigando los últimos datos para determinar la seguridad de este antígeno.
16 marzo, 2021 02:00Noticias relacionadas
La polémica ha acompañado a la vacuna contra la Covid-19 de AstraZeneca casi desde el inicio de su desarrollo. El laboratorio anglosueco era uno de los mejor posicionados en la carrera para conseguir un antígeno contra el coronavirus, sin embargo, la farmacéutica ha ido de fracaso en fracaso. Tropiezos que han socavado su reputación y han generado dudas sobre la seguridad de su vacuna.
El último de ellos, la suspensión de la vacunación con las dosis de este antígeno en varios países, entre ellos, España. Este lunes, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han decidido parar la inoculación de la vacuna de AstraZeneca tras detectarse los primeros casos de trombosis en pacientes que habían sido inmunizados con este antígeno.
Los primeros casos se registraron en Dinamarca y, ahora, Sanidad ha confirmado que en España también se ha detectado un caso de trombosis de senos venosos en un paciente que había recibido la vacuna contra la Covid desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
La Agencia Europea del Medicamento lleva varios días investigando estos eventos adversos y ha convocado una reunión extraordinaria el próximo jueves 18 de enero para debatir sobre ello. De momento, el órgano regulador mantiene la opinión de que los beneficios de la vacuna de AstraZeneca superan los riesgos de los efectos secundarios.
También la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha convocado una reunión para este martes 16 de marzo con el objetivo de analizar “más a fondo” la seguridad del antígeno del laboratorio anglosueco. Hasta ahora, la OMS había defendido el uso de esta vacuna.
Estos eventos adversos y la consecuente suspensión de la vacunación en varios países han sido el último fracaso de AstraZeneca. Cabe recordar que la poca evidencia científica inicial en personas mayores de 65 años también limitó el uso del antígeno.
Y es que, el diseño de los ensayos clínicos no incluyó a pacientes suficientes de este rango de edad, por lo que también fueron muchos los países que limitaron el uso de esta vacuna. De hecho, España fue el más estricto: solo se ha administrado a los menores de 55 años.
Esta limitación suscitó dudas entre los colectivos profesionales a los que se les administraría de manera prioritaria en nuestro país. Los sanitarios y las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado mostraron su descontento.
Y es que, además de la limitación de edad, estos profesionales se quejaron por ser la vacuna que menos eficacia había demostrado de las aprobadas hasta aquel momento: un 70%.
La ‘guerra’ con la UE
A nivel comercial, AstraZeneca tampoco ha salido bien parada. Desde la aprobación de su vacuna, el laboratorio comenzó a recortar los envíos a la Unión Europea, incumpliendo así los contratos firmados con la Comisión Europea.
Este mismo viernes, la compañía reconocía que solo podrá entregar a los países de la Unión Europea 100 millones de dosis durante el primer semestre del año, lo que supone un tercio de todas las que había acordado con la CE.
Un nuevo capítulo en la “guerra” entre el laboratorio y el organismo europeo y que ya ha tenido sus primeras consecuencias. Hace apenas una semana, dentro del contraataque de la Comisión Europea que prohibió a AstraZeneca exportar dosis fabricadas en la UE mientras incumpliese su contrato, Italia bloqueó la exportación de un cargamento de vacunas que tenía Australia como destino.
El recorte del número de dosis y la suspensión de la vacunación con AstraZeneca ponen ahora en peligro el objetivo de la Unión Europea de tener inmunizada al 70% de la población tras el verano. Y es que, se preveía que la aprobación iba a dar un gran impulso a la campaña de vacunación.
El ensayo clínico
Varios han sido los tropiezos de la vacuna de AstraZeneca una vez aprobada para su uso, pero antes también los tuvo.
Cabe recordar que la compañía se vio obligada a suspender temporalmente su ensayo clínico en septiembre, tras declararse una probable reacción adversa grave en uno de los participantes. Aunque la paralización es algo habitual en los ensayos clínicos, suscitó dudas entre la sociedad.
Sin embargo, fue una suspensión breve, ya que a los pocos días el laboratorio y la Universidad de Oxford reanudaron el estudio tras recibir la confirmación de seguridad de la Autoridad Reguladora de la Salud de los Medicamentos (MHRA) de Reino Unido.