La falta del sintonía entre Sumar y el sector sanitario privado es conocida. Tanto Yolanda Díaz como Mónica García (como portavoz de Más Madrid) han dejado claro que quieren que el Sistema Nacional de Salud sea de gestión pública directa y que la sanidad privada no tenga nada que ver con él. 

Fuentes sectoriales y del sector del medicamento temen que García use las competencias de Sanidad para atacarles. Particularmente, y más allá de los discursos que enarbole, rebajando a través de fórmulas administrativas y legislativas el precio público de los medicamentos y poniendo límites a la colaboración público-privada. 

Sin embargo, hay límites a todo esto. Precisamente porque las competencias en sanidad están mayoritariamente transferidas a las comunidades autónomas. Por ello, el Ministerio tiene generalmente los brazos atados salvo en casos de alertas sanitarias como fue la pandemia de Covid. 

De ahí que entre las empresas consideren que García tratará de quedarse con competencias autonómicas y amenazará con saltarse los límites competenciales. O buscará fórmulas para hacerlo. De ahí que opinen que en esta legislatura va a tener lugar una importante judicialización de la gestión sanitaria. 

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Además, consideran que la sanidad se va a convertir en un "campo de batalla político" entre Mónica García y las comunidades autónomas del Partido Popular, rememorando sus enfrentamientos con Isabel Díaz Ayuso en Madrid.

En este sentido, temen que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) pierda la capacidad de diálogo y consenso que se ha logrado en estos años de Covid con Salvador Illa, Carolina Darias y José Manuel Miñones. 

Por otro lado, estas mismas fuentes temen que la entrada de Sumar en Sanidad provoque una parada de determinados proyectos interministeriales muy esperados por el sector sanitario. 

Este es el caso, por ejemplo, del Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica. Según ha podido saber este medio por fuentes solventes, esta iniciativa, que busca generar autonomía estratégica en el campo del medicamento, estaba ultimándose y sólo quedaban unos flecos para finiquitarla.

Mónica García y Javier Padilla, en la Asamblea de Madrid. Gustavo Valiente / Europa Press

Sin embargo, se teme que Sumar, por la falta de afinidad con este tipo de iniciativas, la torpedee. Cabe recordar que el partido de Díaz está más en la línea de una industria farmacéutica de corte público. 

Por otro lado, Sumar ya ha mostrado su disconformidad con los mutualismos y ha propuesto su supresión. Además, la propia Díaz ha reclamado que los servicios sanitarios privados se graven con IVA, algo que no ocurre a día de hoy. 

Pero este tipo de medidas están lejos de la mano Mónica García. Se trata de ámbitos que, hoy por hoy, dependen del Ministerio de Hacienda que dirige la también médica María Jesús Montero. Y, por lo pronto, estas medidas no se encuentran en sus planes. 

En el sector sanitario también se temen que la llegada de García y Sumar al Ministerio de Sanidad conlleve la marcha de dos figuras muy respetadas por el sector en ámbitos clave de la política sanitaria. 

María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) . Jesús Umbría EL ESPAÑOL

Se refieren, concretamente, a María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), y a César Hernández, director general de Farmacia y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad.

Ambas personalidades concitan respeto y consenso tanto en el sector publico como en el privado. Además, ambos han convivido con diferentes ministros y su labor ha sido apreciada por los responsables de las carteras. 

Por lo pronto, poco se sabe del posible gabinete que puede acompañar a Mónica García a partir de esta semana. Sólo se conoce un nombre: Javier Padilla, que será secretario de Estado de Sanidad.

Padilla es un médico de Familia que ha tenido un papel relevante dentro del activismo de la Atención Primaria. Ha sido un miembro relevante de Semfyc, una de las asociaciones más importantes de este ámbito profesional. 

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Precisamente por este activismo es conocido en los círculos sanitarios, y el nombramiento no es visto con tan malos ojos por el sector. Admiten que con él se puede llegar a consensos y acuerdos. Algo que no tienen tan claro con Mónica García. 

Con todo, y pese al pesimismo generalizado, consideran que todavía es pronto para tirar piedras a la ministra de Sumar. Pero también que estarán en guardia con sus primeras decisiones.  

Mientras tanto, Mónica García ya va presentando sus credenciales. En un video publicado en su perfil de X (la red antes conocida como Twitter) horas después de que se conociera su nombramiento,  se comprometió a "recuperar la grandeza de la sanidad pública" que se encuentra "en sus horas más bajas con largas listas de espera, profesionales desbordados y una Atención Primaria que está seriamente debilitada".

"Voy a poner el alma, el corazón y el cerebro para defender nuestra Sanidad Pública desde el Ministerio con el mismo ahínco con el que lo hice desde las mareas blancas", ha declaró.

Así, la ministra aseguró que "tiene la responsabilidad histórica" de recuperar la sanidad pública porque "a raíz de los años de recortes, que pusieron el negocio por delante de la salud, y después de los embistes de la pandemia, el sistema sanitario ha quedado tocado y el espíritu con el que nació se encuentra en sus horas más bajas".

Además, Mónica García ha apuntado a "los que le llaman 'Mema' por ser médica y madre" señalando que "ahora tienen una nueva sílaba que incorporar". "Voy a ser las manos y la voz de Más Madrid en un gobierno de coalición histórico", ha puntualizado.