Está por ver si la Comisión Europea consiente a España mantener los Presupuestos que va a aprobar esta semana el Congreso hasta 2023. Con el visto bueno a esas cuentas, Pedro Sánchez tendrá un margen de tres años para diseñar su estrategia electoral.
Si los sondeos lo aconsejan, podrá convocar elecciones antes. Y si no, podrá agotar ese plazo tirando del dinero que llegue de Europa para hacer política y crear los 800.000 empleos que ha prometido en su documento España puede. Eso sí, siempre ligado a la condicionalidad que marque Bruselas.
Sánchez ha demostrado ser un presidente hábil a la hora de sortear la debilidad parlamentaria. Pero no cuenta con la misma destreza para hacer frente a la gestión de una crisis económica que nos cogió en una situación muy vulnerable por no haber hecho los deberes fiscales en los tiempos de bonanza.
La OCDE nos recordó este martes que nuestro país no recuperará el PIB previo a la Covid hasta 2023 y recordó al Gobierno que España no puede. Aunque mitigó el impacto del coronavirus en la economía para este año, espera un desplome del PIB del 11,6%, el doble que en Alemania. Y advirtió que la recuperación española será "gradual e incompleta".
El organismo con sede en París cree que saldremos de esta crisis con una brecha frente a nuestros competidores en la escena internacional mucho mayor a la que teníamos antes de la Covid-19. Y no está solo en este diagnóstico.
El Banco de España cree que hasta un 10% de las empresas españolas está en riesgo de liquidación
Mientras el Gobierno se empeña en poner el foco en lo que 'España puede hacer', los organismos internacionales y servicios de estudio no dejan de recordarnos que España no puede.
El Banco de España cree que hasta un 10% de las empresas españolas está en riesgo de liquidación y en su última Central de Balances trimestral afirma que hasta tres de cada 10 empresas del ocio, la hostelería, la restauración y los vehículos de motor están en riesgo de quiebra.
Un porcentaje que podría ser menor si se consigue que la economía repunte para no llevarnos al peor escenario.
El Gobierno no hace públicas sus previsiones económicas trimestrales, pero cuando Nadia Calviño presentó el cuadro macroeconómico con el que se han elaborado los Presupuestos que aprobará este jueves, el Congreso confiaba en que España creciera en el cuarto trimestre un 4%.
Era un escenario optimista ante la amenaza de que una segunda ola de Covid-19 marcara el otoño. De hecho, otros organismos nacionales, como BBVA Research, recortaron esa proyección al 2% sin descartar que el año acabase en el estancamiento.
Falta por ver cómo se desarrollará la campaña de Navidad. Algo que depende, en buena medida, de lo que podamos hacer estas Fiestas. Pero también de las decisiones en materia de gasto que tomemos los ciudadanos. Y estas dependerán, en más de lo que pensamos, de la confianza que se genere en el ambiente con dos elementos: los plazos de la llegada de la vacuna y la seguridad económica que se transmita desde la política. Mal vamos en esto último.