No está nada claro que Pedro Sánchez vaya a volver de Bruselas el próximo viernes con luz verde para que España pueda intervenir la formación de los precios en el mercado mayorista de electricidad. Su colega socialdemócrata, Olaf Scholz, se ha enrocado en el 'no' y por si alguien no se creía el órdago a Europa de Teresa Ribera, el ministro para la Presidencia, Félix Bolaños, ya ha advertido que el próximo 29 de marzo habrá bajada del precio de la luz haya o no consenso en el Consejo Europeo.
Sin intervenir el mercado, bajar precio significa actuar sobre los peajes, sobre los impuestos, sobre los dividendos o revisar los llamados 'beneficios caídos del cielo'.
Mientras Teresa Ribera ha acompañado estos días a Sánchez en su gira europea para buscar aliados con los que sumar fuerzas y tener más voz en el Consejo del 24 y 25 de marzo, su Departamento y el Ministerio de Hacienda han estado evaluando fórmulas para ver qué hacer.
Dada la escalada de tensión que se va a ver en las calles en los próximos días [hasta Unai Sordo y Pepe Álvarez romperán su luna de miel con el Gobierno para protestar por la subida de la luz], la decisión que adopte el Consejo de Ministros el día 29 tiene que ser sonora y eficaz.
Y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ya está marcando un camino: el de volver a actuar contra los 'beneficios caídos del cielo' que niegan tener las eléctricas y que ya fueron sometidos a un recorte. Un 'hachazo', después matizado, que en 2021 supuso un castigo bursátil para las compañías sin que ello haya redundado en una solución definitiva para el problema de la luz.
Ribera ha pedido a la CNMC -organismo en el que, por cierto, es consejero su marido, Mariano Bacigalupo- que analice todos los contratos de suministro de las grandes eléctricas para ver si se están ajustando al recorte que el Gobierno impuso el pasado otoño a estos polémicos beneficios, según adelantó Expansión.
La noticia ha sido un polvorín en el sector, puesto que se teme que esta auditoría de la institución que preside Cani Fernández sea el primer paso para endurecer las medidas en vigor ya en abril y que se esté buscando hacer un guiño a Unidas Podemos, partido que capitaliza el discurso de los 'beneficios caídos del cielo'.
Díaz quiere dar respuesta a la crisis de los precios con un impuesto extraordinario a las eléctricas (que recuerda a aquel impuesto a la banca para pagar las pensiones que Sánchez tuvo que guardar en el cajón por su dudosa legalidad).
Desde Unidas Podemos se quiere abordar la crisis energética con ayudas públicas en lugar de con bajadas de impuestos. Pero en ambos casos, el Gobierno tiene un problema y es que el déficit público no está para bromas, como lo muestra que Funcas haya dicho ya que la invasión de Ucrania tendrá un impacto negativo de tres décimas más este año, hasta el 5,7%.
Así que hacer pagar más a las compañías privadas -obligando a que ganen menos- es una opción que gana enteros, según crece la presión de la calle sobre el Gobierno.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya ha reconocido que está sobre la mesa subir la fiscalidad al sector de la energía a partir de "determinados beneficios". E incluso ha ido más allá al señalar los dividendos de las eléctricas y multinacionales del sector.
El Gobierno de España juega en desventaja frente a otros países a la hora de aliviar la subida de los precios por su escaso margen fiscal. Y en el norte de Europa hay pocas ganas de ayudar al Ejecutivo español a costear esta crisis energética con una prórroga que resulte cómoda para iniciar la consolidación de las cuentas públicas.
Esta vulnerabilidad fiscal con la que España acudirá al Consejo Europeo el próximo jueves resta fuerza a Pedro Sánchez, que tiene que conseguir margen para la política económica de Nadia Calviño, al tiempo que pelea por la intervención del mercado mayorista de la luz que defiende su Gobierno junto con Italia, Grecia y Portugal.
El lastre de la deuda y el déficit público no es nuevo para España. Y para solucionar este problema, no hay un 'plan B'.
El desglose entre la tasa de inflación y la inflación subyacente (que excluye los alimentos más volátiles y los suministros de energía) muestra que el precio de la luz y la gasolina están golpeando con mucha más fuerza a los españoles que a los ciudadanos de otros países del euro. Pero el Gobierno se resiste a bajar los impuestos porque se ha gastado casi toda su artillería fiscal. Las cuentas públicas no cuadran y las medidas que vienen para afrontar esta crisis van a recaer sobre el sector privado. Tiempo al tiempo.
ATENTOS A...
La noticia aparecida en medios internacionales de que Arabia Saudí ha creado un holding para desarrollar proyectos de energía nuclear. Un movimiento a seguir en un país que negocia, de forma paralela con China la posibilidad de cobrar por su gran fuente de energía -el petróleo- en yenes en una clara advertencia al dólar, divisa referente de los mercados de crudo, y a la Administración Biden. Y es que no solo Europa está haciendo movimientos en el sector de la energía.
La crisis del gas ha sacudido todo el tablero mundial en materia energética y se dice ya que Rusia busca crear una OPEP de las materias primas con países productores de gas, entre ellos Arabia. Habrá que seguir los pasos de este Reino que está reforzando lazos con la China de Xi Jinping y distanciándose de Occidente.