Yolanda Díaz necesita apariciones mediáticas para montar su plataforma electoral Sumar. Cuanto más populistas y controvertidas mejor. Ya se sabe: "que hablen de uno (en este caso una), aunque sea mal".
Díaz intentó que los sindicatos actuasen de Sindicato Vertical franquista, manifestándose a las órdenes del Gobierno.
[Yolanda Díaz y el Sindicato Vertical franquista]
Ahora, propone topar los precios de "alimentos básicos". También el franquismo topó precios al principio. Una medida que puede producir, y produjo, efectos perniciosos:
Entonces produjo desabastecimiento. Lo mismo que en otros países donde se ha aplicado. Las estanterías se vaciaron, aparecieron la cartilla de racionamiento y un mercado negro con inflación descontrolada y oculta porque las transacciones de la "economía informal" no entran en las estadísticas oficiales. Por otra parte se produce el efecto reduflación. Los precios se mantienen y se reduce la calidad o la cantidad. En Argentina se inventó el kilo de 850 gramos (imaginación latina).
Es técnicamente complejo. Si se topa el precio al último consumidor ¿se debe topar también en otros tramos anteriores de la cadena? ¿En el ganadero de leche que mata sus vacas porque no le son rentables? ¿Topar los piensos o los fertilizantes de los pastos, que son sus costes? Se perturbaría todo el sistema. Por eso, el propio ministro de Agricultura está en contra.
Crea injusticias en el consumo. Las personas tienen diferentes defensas frente a la inflación. Topar los precios favorece a aquellos cuyas rentas suben con la inflación (rentas altas).
Crea injusticias dentro del comercio. La capacidad de defensa de márgenes de la gran distribución es distinta que la del pequeño comercio o la zona rural.
Va contra las leyes de la competencia de mercado. Las empresas pierden aliciente a competir en precios y eso perjudica al consumidor. Derecho que está protegido por la Constitución.
Por tanto, podría ser recurrido como inconstitucional. El sistema definido en la Constitución es la "economía de mercado" (artículo 38). Fijar precios puede ir contra él. Pero la misma Constitución defiende que por el "interés general" (articulo 131 y siguientes) los poderes públicos pueden intervenir el funcionamiento del mercado.
Por eso, la composición del Tribunal Constitucional (TC) es tan importante. Además de decidir sobre temas como el aborto o la organización territorial, también lo hace sobre los límites de la economía de mercado o la intervención del Gobierno. Y la libertad económica es esencial para la LIBERTAD (con mayúsculas). De ahí el empeño del Gobierno en conseguir ahormar a su favor el TC.
Por otra parte, para mitigar los efectos negativos de la inflación hay otros mecanismos: bajar el IVA de los productos esenciales. Eso disminuye el precio automáticamente. También reducir el tipo del IRPF (deflactándolo con la inflación) que deja más dinero en los bolsillos de los ciudadanos.
La solidaridad pública (con medidas que ya están en práctica) y la privada (ONG, Banco de alimentos, Cáritas...) puede ser eficaz para combatir los efectos nocivos de la inflación en los colectivos más desfavorecidos. Un tope de precios, además de injusto, es muchas veces inútil. Con poca renta, por mucho que bajen los precios, no se solucionan sus necesidades básicas.
Un tope de precios, además de injusto, es muchas veces inútil
También las empresas pueden tomar medidas solidarias por Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de manera voluntaria o concertada. Imponérselas por el Gobierno es entrar en una dinámica de consecuencias incalculables.
Con Sarkozy, presidente de Francia (2011), Carrefour ofreció un conjunto de productos en una "cesta de la compra social". Fue una iniciativa privada voluntaria, concertada con el Gobierno francés. En España, Carrefour ya se ha adelantado con una oferta similar que incluye 30 alimentos básicos.
Es lo que pretende Yolanda Díaz. Apuntarse un tanto porque necesita desesperadamente retener el electorado de Unidas Podemos. Hace dos semanas recurrió a la medida franquista de utilizar a los sindicatos contra los "poderes ocultos" (CEOE). Ahora quiere imitar los mecanismos populistas/comunistas de manipular precios, le falta hablar de una cartilla de racionamiento.
El Gobierno busca conseguir un TC a su medida para que todo ello no rebote en su contra. Si lo consigue, la democracia, tal como la definieron los constituyentes, estaría en peligro y sólo nos quedarían como garantía los tribunales de la Unión Europea. Por eso, es lógico que el PP se resista a un "apaño".
*** J. R. Pin es profesor del IESE.