Dicen que Yolanda Díaz intenta desmontar el monopolio de representación de los empresarios por la CEOE y Cepyme. Una maniobra para vencer la posición de esa patronal a la reducción de jornada y la indemnización por despido.

Según informó este mismo medio, el lunes pasado, la exlíder de Sumar prepara una orden ministerial para modificar composición de la Comisión Consultiva Nacional de Convenios Colectivos. Busca que entren en él patronales autonómicas nacionalistas u otras asociaciones como la Conpyme. Para eso pedirá que acrediten su representatividad (que dependerá de lo que decida el mismo ministerio).

Es decir, al Gobierno de Sánchez, vía Sumar, no le basta con infiltrarse en las instituciones públicas del Estado, también pretende hacerlo en las asociaciones privadas. De alguna manera se podría decir que busca una asociación empresarial de izquierdas o afín a sus postulados. Se trata de seguir la célebre máxima de “divide y vencerás”.

Si logra hacerlo CEOE y Cepyme verán como el voto empresarial en el “diálogo social” se puede dividir. Más aún, verán noticias de los medios oficiales que dirán: “los empresarios responsables han acordado lo que propone el Gobierno, mientras que los de extrema derecha, irresponsables, CEOE y Cepyme, se aferran a sus privilegios”.

Y eso es muy peligroso porque desvertebra un ámbito en el que, hasta ahora, cualquier gobierno podría tener una oposición social. Bien porque si era de izquierdas, los empresarios equilibraban la balanza; bien porque si el Gobierno era de centro-derecha, lo hacían los sindicatos; o a ambos como hicieron UGT y CCOO con huelgas generales (a Felipe Gonzalez y a Aznar).

Si logra hacerlo CEOE y Cepyme verán como el voto empresarial en el “diálogo social” se puede dividir

 

El precedente puede ser peligroso no solo para la CEOE, Cepyme, también puede serlo para UGT/CCOO. Puede pedir entrar en los órganos de negociación una confederación de sindicatos profesionales (CSIF, CCP -Confederación de Cuadros y Profesionales-, Confederación de Sindicatos Médicos, …).

¿Y si VOX estuviera en un próximo gobierno, o pudiera influir en él, no pediría que su sindicato se siente en igualdad con los actuales sindicatos representativos en esa comisión?

Y es que con frecuencia el egoísmo mal entendido acaba rebotando contra el egoísta. Díaz buscando una asociación empresarial de izquierdas, puede encontrarse con sindicatos de derechas.

Pero ni la patronal debería identificarse con la derecha política, ni el sindicato con la izquierda. Aunque en sus orígenes los últimos lo han sido casi siempre. Sus misiones son defender intereses legítimos de sus representados con un acentuado tinte profesional pensando en el bien general.

Intentar manipular la representación de la sociedad es propio de los países comunistas, fascistas o corporativistas. Hay que recordar el sindicato estatal de la URSS o el “sindicato vertical” de la España franquista. En ambos casos impuestos por el poder político.

Pero ni la patronal debería identificarse con la derecha política, ni el sindicato con la izquierda

Ahora se intenta hacer de manera más sutil. Falseando una vertebración. Porque la tentación totalitaria puede presentarse también bajo el disfraz de la “democracia directa” (propia del populismo) intentando debilitar a las entidades de representación, por ejemplo dividiéndolas.

Lo siguiente es incorporar a esas “entidades menos representativas” a las subvenciones administrativas. Especialmente a las patronales de las pymes. Entidades más manipulables al ser más débiles y tener que competir unas con otras.

La CEOE, puede creer que su monopolio está asegurado por el acuerdo de las grandes patronales sectoriales (banca, energía, distribución, …). Sin embargo, muchas de ellas tienen que negociar directamente con el gobierno sus intereses particulares ¿Cuanto tardarían en disentir del órgano confederal de la patronal?

¿Que pensará la catalana Fomento del Trabajo si es suplantada poco a poco por su competidora Pimec?

Con esta maniobra el Gobierno trata de desmontar lo que según él es un rescoldo del franquismo en la representación empresarial. Como dice que pasa con los jueces.

Eso después de más de 45 años de la transición ¿qué edad tenían entonces los actuales dirigentes del asociacionismo empresarial? Probablemente estaban en sus albores profesionales y seguro que no participaron del poder franquista.

La maquinaria psoe-comunista no para. Incluso en sus peores momentos de aceptación pública sigue intentando el experimento social de ocupación de la sociedad ¿Estará el sociólogo Tezanos -presidente del CIS-detrás de la operación? Sería garantía de que no funcionaría.

** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.