“Spend my money and flush it down the drain” Nikki Sixx.
La deuda pública es un instrumento de esclavitud, no de crecimiento. Es una excusa para seguir subiéndote los impuestos y erosionando el poder adquisitivo de la moneda; una gigantesca transferencia de riqueza de los sectores productivos y las familias a la clase política.
El truco es el siguiente. Te dicen que hay déficit y por lo tanto hay que subirte los impuestos. Si suben los ingresos con el ciclo, gastan mucho más y si no aumentan los ingresos, suben más los impuestos. Posteriormente, el déficit se mantiene, sigue aumentando la deuda y siguen culpando al que produce riqueza.
El vergonzoso aumento de la deuda pública con Sánchez debe considerarse en el contexto del mayor estímulo fiscal y monetario de la historia y la entrada masiva de fondos europeos.
Sánchez ha contado con ingresos fiscales récord, aprovechando el efecto recaudatorio de la inflación, al negarse a deflactar los impuestos Adicionalmente, ha contado con una inyección de fondos Next Generation que supera los 100.000 millones de euros, y un apoyo sin precedentes del banco central, más de 300.000 millones de euros.
La deuda pública se ha disparado desde 2018 en 388.727 millones, contando con ingresos récord y el apoyo sin precedentes del BCE y la Unión Europea.
El vergonzoso aumento de la deuda pública con Sánchez debe considerarse en el contexto del mayor estímulo fiscal y monetario de la historia
El último dato de deuda pública es especialmente preocupante porque demuestra que lo único que ha hecho que la ratio de deuda se moderase ligeramente ha sido la inflación. Es decir, nos han empobrecido por dos lados. Más deuda emitida y mayor inflación.
La deuda pública, medida según el protocolo de déficit excesivo, se ha disparado desde un 107,7% en diciembre 2023 al 108,2% del PIB en el primer semestre de 2024, y eso con récord de ingresos fiscales por el expolio inflacionario, récord de turismo y una economía que, según el Gobierno, crece como un cohete. Lo único que aumenta como un cohete es la deuda pública.
La deuda pública se ha disparado en 25.000 millones en junio. Según el Banco de España, el saldo de la deuda de las Administraciones Públicas (AAPP) según el Protocolo de Déficit Excesivo (PDE) ascendió a 1,625 billones de euros en junio de 2024, con una tasa de crecimiento del 3,6% en términos interanuales.
Es mucho peor. Los pasivos totales de las administraciones públicas, deuda que se debe y que se paga, se han disparado a 2,092 billones de euros. Es decir, España no crece, la endeudan.
Ni en términos de PIB nominal que se disfraza cuando tienes más inflación, ni en términos absolutos se reduce la deuda. El Gobierno está despilfarrando un periodo de ingresos récord y fondos Next Generation, y no reduce los gigantescos desequilibrios de la economía española.
España no crece, la endeudan
La deuda de la Seguridad Social se ha disparado un 9,4% hasta los 116.000 millones de euros. Se ha triplicado durante el Gobierno de Sánchez. Y eso es lo que llaman un sistema sostenible.
El déficit estructural supera los 45.000 millones de euros anuales. A eso lo llaman política fiscal prudente.
Usted dirá que esto le está pasando a todo el mundo y que todos los países han aumentado la deuda "por la Covid". No solo es falso, ya que la inmensa mayoría de nuestros socios de Europa han reducido rápidamente sus desequilibrios, sino que es irrelevante. Ninguno de esos países ha recibido tal inyección de fondos europeos.
Cuando se acabe el efecto placebo de los fondos europeos y la inflación, saltará el enorme agujero fiscal que sigue acumulando el Gobierno.
Por supuesto, saldrá alguno diciendo que yo hablo de la deuda ahora y no de la deuda con Rajoy. Además de ser falso, ya que tienen ustedes toda una hemeroteca en la que escribí sobre el peligroso aumento de la deuda desde 2012, hablemos de la deuda con Rajoy. El déficit anual que dejó Rajoy era de 2,59% del PIB. El déficit anual que deja Sánchez en 2023 es 3,66%, y eso con ingresos récord, el efecto recaudatorio de la inflación y récord de turismo. Rajoy dejó una deuda del 100,4% tras asumir el agujero dejado por las cajas públicas y el déficit oculto de Zapatero.
De hecho, entre 2012 y 2018 la deuda de España aumentó en 472.000 millones de euros en siete años. Sánchez ha aumentado la deuda en 389.000 millones en cinco años, es decir, un 15% más anual, y la ha disparado a un 108,2% del PIB contando con el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia, mientras Rajoy contó con exigencias fiscales restrictivas.
¿Qué nos explica esto? Lo peligroso que es el gradualismo.
La oposición, si quiere ganar las elecciones, debe presentar un programa creíble para acabar con la lacra de la deuda. Y ese plan no puede venir de mantener o aumentar el expolio fiscal.
No vale la excusa de "hay déficit, por lo tanto, hay que subir impuestos". Ese gigantesco error le costó a Rajoy que no se le perdone haber cambiado su promesa de no subir impuestos. Por supuesto que las circunstancias eran de emergencia, pero también lo fueron en Irlanda y en ese país se apostó por mantener una fiscalidad orientada al crecimiento.
Hay que alertarlo antes de que ocurra. Si el PP y la oposición en su conjunto llegan al poder y no revierten el expolio fiscal, perderán, aunque gobiernen. Si no se hace una reforma urgente del presupuesto para eliminar los desequilibrios estructurales creados por Sánchez, les culparán de la deuda y de la inacción fiscal.
España necesita políticas que incentiven la inversión, que ha caído desde 2019, el crecimiento empresarial y el aumento de la productividad. Subvencionando la baja productividad y atacando la inversión, no se va a reducir la deuda.