La okupación (con K) del poder del Banco de España (BdE) por psoecialistas (con o sin carnet) ha sido una de las últimas operaciones del Gobierno para colonizar el poder público político-económico total desde el poder ejecutivo.
El descaro es tal que en el nombramiento de la subgobernadora, que normalmente equilibraba el del gobernador, tampoco ha respetado la norma.
La norma no escrita, pero si aplicada, indica que si el Gobierno decidía el gobernador, la oposición sugería la subgobernadora, aunque la nombrara el ejecutivo. Además, en ambos puestos, la costumbre era proponer nombres "técnicos" para reservar su independencia, al menos en apariencia.
Esta vez no ha sido así. El Ejecutivo ha nombrado al exministro Escrivá, que ha pasado de la silla en el Consejo de Ministros a ocupar, sin lapso de tiempo, el sillón del vértice del BdE. El Gobierno se "ha pasado por el forro" (que diría un castizo) las críticas de sectores de la economía (en un tema que les atañe directamente) y de la oposición política.
Habría que haber esperado un nombramiento de la subgobernadora debido a una cierta sugerencia del PP. Tampoco ha sido así con Isabel Nuñez, la nueva subgobernadora. Una experta que lideró la oficina económica de Zapatero, y también fue directora del Tesoro en su gobierno. ¿Nueva compensación del presidente Sánchez a Zapatero, el único "amigo" que le queda entre los expresidentes?
El Ejecutivo ha nombrado al exministro Escrivá, que ha pasado de la silla en el Consejo de Ministros a ocupar, sin lapso de tiempo, el sillón del vértice del BdE
Las reticencias ante esos nombramientos no se deben a sus perfiles técnicos. Los dos tienen una trayectoria profesional acreditada. Pero la imagen de "independencia" que debería tener el BdE se tambalea. Se puede sospechar que en sus decisiones influirán las "simpatías" del gobernador y la subgobernadora por quienes les nombraron antes para cargos políticos.
La okupación del BdE es un hecho, incluso en los cargos siguientes del organigrama que el nuevo gobernador está nombrando.
Los dos, Escrivá y Nuñez, pertenecen a los que denominaría como aristo-tecnócratas del sanchismo. Un conjunto de profesionales, con buenas credenciales técnicas, para los que las “puertas giratorias” entre cargos políticos y cargos en las instituciones teóricamente independientes giran con facilidad.
Otro caso notorio es el de Cándido Conde Pumpido, ahora presidente del Tribunal Constitucional (TC) y fiscal General del Estado con gobiernos socialistas. A partir de su nombramiento es constitucional lo que él interpreta con el apoyo de los miembros progresistas de ese órgano.
Su figura adolece de sospecha de parcialidad. Aunque su trayectoria como jurista sea brillante, tiene difícil quitarse ese "sambenito". Máxime cuando ha convertido el TC en una nueva instancia judicial después de la revocación de sentencias como las de los EREs, exonerando de culpas a miembros del gobierno socialista andaluz condenado en las instancias judiciales ordinarias.
Otro caso notorio es el de Cándido Conde Pumpido, ahora presidente del Tribunal Constitucional (TC) y fiscal General del Estado con gobiernos socialistas
Si esto ocurre en las instituciones de régimen público, no es menos en las del privado en las que el gobierno tiene influencia. Por ejemplo, la Sepi es un gran caladero donde pescar puestos.
De manera que el gran pastel del "poder económico y político", donde llega la larga mano del gobierno, está siendo colonizado por ese colectivo de aristo-tecnócratas sanchistas.
Un colectivo en el que no sólo hay "políticos de raza". También hay de los que entraron con la etiqueta de "independientes" y, con el tiempo, se van convenciendo de las bondades de una "conversión" a las alas del sanchismo. Porque el conjunto de puestos disponibles es enorme.
Es lo que en la fábula de Samaniego se señala como: "… un panal de rica miel, …" .
Pues eso, ese colectivo aspira a disfrutar de esa miel, al menos lo que quede de legislatura que, según Sánchez, será larga. Larga a pesar de que el Gobierno pueda ir de derrota parlamentaria en derrota parlamentaria, como se ha visto esta semana.
Pero a algunos, los que tienen mandatos definidos, como Conde-Pumpido, Escrivá y Nuñez, Sánchez los deja bien colocados más allá de la legislatura.
Tampoco hay que engañarse, gobiernos de todos los signos también cayeron en esa tentación. Pero, al menos, hay que esperar que en el futuro lo hagan con discreción e imagen de imparcialidad. Que lo sea de verdad es otra cosa.
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.