Condenado por obligar a un empleado a trabajar "todos los días de la semana", con jornadas de 13 horas y por 600 euros
- El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía confirma el fallo inicial y rechaza el recurso de la defensa. El condenado tiene que indemnizar a la víctima con 3.000 euros.
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Un empresario ha sido condenado definitivamente por los tribunales por obligar a un empleado a trabajar "todos los días de la semana", con jornadas de 13 horas, sin contrato y por apenas 600 euros (de los que cobraba 450).
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la condena que le impuso la Audiencia de Málaga, rechazando el recurso de la defensa, y avala el fallo contra del acusado por, entre otras razones, tener al empleado sin contrato, no formalizar su alta en la Seguridad Social y someterle a "condiciones laborales abusivas". El alto tribunal andaluz ha rechazado el recurso presentado por la defensa.
El acusado fue condenado por un delito contra los derechos de los trabajadores, con las circunstancias que atenúan la pena de reparación del daño y de dilaciones indebidas, y se le impuso una pena de cinco meses de prisión y multa. Se le impuso, también, el pago de una indemnización de 3.000 euros al afectado. Este dinero está consignado en las actuaciones y será entregado cuando sea firme la resolución.
Según se declaró probado por la Sala de Málaga, y recoge la sentencia del TSJA, el acusado regentaba dos negocios de frutería en Fuengirola y en mayo de 2018 contrató como trabajador para el primer local a un hombre, que luego se convirtió en testigo protegido, "aprovechando su situación de necesidad".
Este hombre se encontraba en España en situación irregular, al carecer de autorización de residencia y trabajo. Una vez inició su actividad, el procesado "no suscribió el preceptivo contrato de trabajo, no formalizó su alta en la Seguridad Social y le sometió a condiciones laborales abusivas".
El alto Tribunal andaluz confirma ahora que el condenado obligó a este hombre "a trabajar prácticamente todos los días de la semana, con jornadas de 13 horas", normalmente, de 2.00 a 15.00 horas, "sin descansos suficientes durante la jornada, salvo el tiempo imprescindible para las comidas", para lo que tenía una habitación en el sótano "en condiciones insalubres".
"Todo ello a cambio de un salario inferior al mínimo, de 600 euro al mes, del que solo percibía 450 euros, pues el acusado le descontaba la suma de 150 euros en concepto de manutención y de alojamiento", dice la resolución. La víctima vivía en un piso facilitado por el acusado, "en el que dormían varios trabajadores".
Normalmente, eran "ocho o nueve personas en dos dormitorios, hacinados con colchones por el suelo". Además, este empleado "fue obligado a trabajar a pesar de estar lesionado en las manos, pues aunque sufría una inflamación en las mismas, debía cargar cajas de frutas como tarea que le asignaba su empleador".