
David Moncasi, el director, con Carmen, la protagonista.
'Muñequita Linda' cuenta la historia de Carmen, la extrapecista ciega de 102 años que disfruta la vida "a oscuras"
David Moncasi vuelve a retomar la historia de Carmen Sánchez, que empezó a contar en La muñeca del espacio, llamado por su impresionante energía.
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David Moncasi ha presentado en el Festival de cine de Málaga su nuevo documental, Muñequita Linda, una historia que ha tardado siete años en rodar y que es, en esencia, un relato sobre la despedida. Carmen, su protagonista, tiene en la actualidad 102 años y de joven fue trapecista. Sin embargo, hace 67 años, quedó ciega cuando su marido, el payaso Rudillata, la envenenó accidentalmente tras dar a luz. Desde entonces, vive cerca del mar, ese que ella tanto disfruta a oscuras.
La mujer ya fue objeto de un anterior documental del cineasta, La Muñeca del Espacio, donde se contaba cómo se enamoró del payaso Rudillata y se convirtió en trapecista de circo. Cómo después perdió la vista tras parir a su hijo en el mejor momento de su carrera. También cómo, tras décadas sola, descubrió de nuevo el amor con 80 años gracias a Joaquín.
Sin embargo, Moncasi sintió la necesidad de volver a su mundo, atraído por su energía y la lección de vida que representa. "Cada vez que me acercaba a ella, me daba alegría en mi vida. Tenía una cierta dependencia de estar cerca de Carmen, porque me parece que todo lo que transmite es muy energético", confiesa el director, en conversación telefónica con EL ESPAÑOL de Málaga.

Carmen, en bañador en su fiesta de 100 cumpleaños.
El documental surgió cuando Moncasi presenció un momento clave en la vida de Carmen: le llegaba la hora de despedir al hombre con el que había compartido sus últimos treinta años. "Empecé con una idea que se llamaba No te vayas sin decirme a dónde vas, centrada en esa despedida. Pero luego me llevó a otro lado", explica. Muñequita Linda se convirtió en un viaje por las despedidas de Carmen: la de su pareja, la de sus amigos y la de muchas otras personas que la rodeaban, mientras ella sigue adelante con una vida que nunca ha dejado de ser extraordinaria.
Con 102 años, Carmen mantiene su rutina: cada mañana va sola a un bar, baja a la playa a escuchar el mar y acude al hogar del jubilado a bailar. Moncasi optó por retratar su vida desde esos cuatro escenarios fijos, sin interferencias. "Nunca le pedí que hiciera nada para la cámara. Me limité a observar", señala. La dificultad, asegura, estuvo en la selección del material: "Tenía un volumen tan grande que lo complicado fue sintetizarlo y estructurarlo".
El director también destaca el mensaje implícito del documental: la soledad de los mayores en una sociedad que no siempre les da el espacio que merecen. "Carmen siempre estaba sola. No tiene teléfono, no tiene redes. Para verla, sabía que entre las nueve y las once de la mañana estaría en el bar. Y siempre la encontraba sola, nadie le hablaba", relata. "Es una realidad que se repite en muchas personas mayores: sus historias no se escuchan, no aprovechamos su conocimiento". Sin embargo, lo que más sorprende de Carmen es que nunca se ha considerado una víctima pese a que su vida no ha sido sencilla.
Si bien, su hija Mari Carmen y su hijo Pepito fueron los últimos “Rudillata”. Ahora, recién jubilados, se han instalado en casa de su madre. "Es una mujer durísima, que encuentra alegría en lo más simple. El sonido del mar, una melodía en la radio, un buen desayuno. Eso es lo que quiero transmitir con la película", dice el cineasta. Para Moncasi, el Festival de Málaga es un lugar especial. "He presentado varios documentales aquí y siempre me he sentido acogido. El público es muy emocional, muy agradecido".
Esta vez, sin embargo, hay una ausencia que le pesa: Carmen, que inicialmente iba a asistir al festival, no ha podido viajar por estar un "pelín chunga". "Me da pena, porque tenía mucha ilusión, cuando se lo dije ella ya preguntó qué día nos íbamos", admite.
Además de Muñequita Linda, Moncasi también estrena en el festival El mago del vino, un documental sobre el reconocido enólogo Raúl Pérez. Dos historias opuestas en tono y temática, pero que comparten la mirada personal del director. "Me interesa el cine observacional, el que se basa en la autenticidad y la paciencia para captar la esencia de una persona", afirma.
Con Muñequita Linda, David Moncasi ha construido un retrato sobre la vejez, la soledad y la capacidad de seguir adelante, incluso cuando la vida parece estar hecha de despedidas. Un testimonio que, lejos de la tristeza, rebosa vitalidad y esperanza y da unas ganas tremendas de abrazar a Carmen sin soltarla ni un minuto. Alucinarán viéndola hacer volteretas en el mar o entrenando en el suelo de su casa. El cuerpo y el alma no olvidan sus maneras de trapecista ni superados los 100 años.