Montaje con imágenes del fatídico caso de Paqui.

Montaje con imágenes del fatídico caso de Paqui. A.R // EFE

Benalmádena

Así era Paqui, la alegre limpiadora que se desvivía por su familia: su marido la mató a tiros por la espalda

El hombre, profesor de autoescuela, padecía una supuesta depresión por la que llevaba meses de baja. Tras disparar a su mujer en tres ocasiones, se suicidó en otra habitación de la vivienda donde ambos vivían con sus hijos.

12 octubre, 2023 05:00

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Paqui tenía 52 años y era natural de Loja (Granada), aunque llevara dos décadas viviendo en la Costa del Sol, un lugar que le apasionaba. Allí trabajaba como camarera de pisos en el hotel Sunset Beach Club de Benalmádena hasta que, este martes, Paco, su marido, de 63 años y jienense, acabara con su vida disparándole tres veces por la espalda. Luego, según apuntan las primeras informaciones de la investigación, él se suicidó dándose un tiro en el pecho con la misma escopeta con la que mató a su mujer.

La pareja tenía tres hijos de 17, 20 y 21 años. Todos vivían en el mismo piso, situado en el número 1 de la calle de Alemania de Benalmádena. Aunque ninguno de ellos estaba en casa cuando ocurrieron los fatídicos hechos, fue el menor el que descubrió el cadáver de su madre en el salón de la casa sobre las cinco de la tarde. 

Corriendo, nervioso y asustado, acudió a la clínica dental que se encuentra en el mismo rellano del inmueble para pedir auxilio a algún adulto. Fueron los trabajadores los que avisaron al 112 del hallazgo de los dos cadáveres, aunque otros vecinos también alertaron a las autoridades al oír las detonaciones, que les pillaron por sorpresa. “Habíamos oído alguna pelea, pero como la de cualquier pareja. Se me ponen los vellos de punta de pensar que ha ocurrido algo así aquí”, declaraba este miércoles un vecino, conmocionado.

El cartel de la clínica dental.

El cartel de la clínica dental. A.R

Paqui se había incorporado a su puesto de trabajo con total normalidad este martes después de disfrutar unos días de descanso. Según explican a este periódico desde el hotel, su horario habitual era de ocho de la mañana a cuatro de la tarde. Apenas 300 metros separaban su domicilio de su puesto de trabajo, unos cuatro minutos andando, por lo que solía volver caminando y muy pronto a casa. 

El martes almorzó acompañada de su marido y uno de los hijos –que luego se marchó–  y se sentó en el sofá para descansar un rato tras una dura jornada laboral. Aprovechando aquella siesta, su marido, que tenía tres escopetas en la casa que fueron posteriormente intervenidas, presuntamente cogió una de ellas y disparó por la espalda a la mujer en tres ocasiones. Paqui recibió tres impactos de bala en el abdomen y en el tórax. Le provocaron la muerte en el acto. Tras ello, según las fuentes consultadas, él se quitó la vida en otra de las habitaciones de la vivienda disparándose en el pecho.

El hotel, consternado

En el hotel donde trabajaba Paqui, este miércoles la palabra que mejor describía el ambiente era consternación. Ninguna de las camareras del Sunset Beach podían creerse lo que le había pasado a una de sus compañeras de toda la vida. Por su amplia experiencia, las gobernantas siempre encomendaban a Paqui las plantas más altas del hotel, donde se encuentran algunas suites, más concretamente la última, la 14, que hacía normalmente con su inseparable compañera Ana.

Este miércoles a las 13.00 horas, el hotel organizó un minuto de silencio por ella. Los ojos hinchados y lagrimosos de las limpiadoras denotaban el gran vínculo que estrechan entre ellas tras tantísimas horas haciendo camas y limpiando habitaciones. La mayoría se había enterado esa misma mañana del asesinato de su compañera y, aunque el hotel ofreció a las más cercanas a la víctima que se marcharan a casa, muchas decidieron seguir trabajando como vía de escape y para hacer piña con el resto.

Una de las trabajadoras más jóvenes prefirió no acudir a comer y seguir trabajando para no darle más vueltas a la cabeza. Ya tuvo suficiente con ver el nombre de Paqui tachado en el cuadrante de turnos esa misma mañana. Reconoce que se le revolvió todo al ver cómo otra compañera sería la que se encargara de su planta. 

Ella siempre iba con una sonrisa, yo me reía mucho con ella porque tenía su puntillo, mucho sentido del humor. Ninguna podemos creernos lo que le ha pasado. Yo la quería mucho”, decía entre lágrimas otra compañera en shock con el asesinato de su amiga. Todas las camareras de piso del hotel aseguran que siempre fue una “muy buena compañera” y que en todos los años que llevaba en el hotel “nunca tuvo ningún conflicto”. “Yo leí la noticia el martes, pero cuando vimos el enlace jamás pensamos que iba a ser ella”, lamentaba una de ellas mientras se abrazaba a un grupo de amigas.

Una imagen del minuto de silencio de este miércoles en el hotel.

Una imagen del minuto de silencio de este miércoles en el hotel. A.R

Aunque normalmente hablan de muchísimos temas diferentes al pasar tanto tiempo juntas, una de sus amigas confiesa que Paqui nunca compartió demasiados temas privados en el trabajo, pero todas estaban al tanto de que su marido, que se llamaba Paco, sufría una supuesta depresión desde hace tiempo. Paqui había cambiado sus turnos en alguna ocasión para poder acudir a las citas médicas de este. “Estaba muy pendiente de él e incluso la veíamos más contenta porque él estaba mejorando”, aseguran.

De la misma forma, insisten en que nunca hizo ningún comentario que pudiera dar lugar a pensar que fuese víctima de maltrato físico o psicológico. Según ha informado Subdelegación de Gobierno, ninguno había denunciado al otro por este motivo ni tampoco constaban sus nombres en el sistema Viogén. 

Una de las limpiadoras del Sunset conocía algo más la relación de la pareja y reconoce que Paco era una persona muy normal, incluso “un buen hombre”. “Él era profesor de autoescuela, pero llevaba unos meses de baja por culpa de la depresión. Ella iba a todos lados con él, no era el típico que la maltrataba… No puedo afirmarlo tampoco, porque dentro, cada casa es un mundo, pero creo que ha sido la depresión lo que ha generado esto. No puedo creérmelo”, declara. 

Viajes y encajes de bolillos

En sus redes sociales, Paqui había compartido imágenes con sus hijos y su marido visitando diferentes lugares de Andalucía como Setenil de las Bodegas o Júzcar e incluso Gibraltar. También bonitas estampas familiares en las comuniones de sus hijos. La más reciente de las instantáneas data de 2018. A simple vista, da la sensación de que les gustaba viajar y descubrir diferentes puntos de su tierra siempre que podían. 

Así, las fotografías públicas de Paqui más actuales las compartían sus compañeras de trabajo en sus perfiles en redes, tanto de la cena de Navidad del pasado año como en algunos momentos de descanso tales como los almuerzos en la cantina del hotel. En todas las fotografías, Paqui sonríe junto a ellas. “Si ella era algo, era alegría, sin duda”, dicen desde su puesto de trabajo.

El patio de la casa donde vivían.

El patio de la casa donde vivían. A.R

También han dado el pésame a la familia desde Encajes de Bolillos, una asociación de Benalmádena donde apasionados de esta técnica textil comparten sus obras y consejos. Al parecer, era bastante manitas y en sus ratos libres tejía. “Era fácil diferenciarla, siempre con su broche de mariposa bolillera [tejido por ella]”, apuntan, tristes ante la pérdida de una de las suyas.

Paqui, su marido y sus tres hijos tenían una mudanza a la vista, algo que, según su entorno laboral, le hacía muy feliz. Según ha podido saber EL ESPAÑOL de Málaga, Paqui y Paco vivían de alquiler en una vivienda que pertenecía al hermano de este y ahora ya tenían apalabrada la compra de una vivienda en el mismo edificio donde acabaron falleciendo. “Estaban a punto de formalizar la reserva”, manifiestan las mismas fuentes a este periódico.

Protocolo

Desde la dirección del hotel han asegurado que Sunset Beach cuenta con un protocolo para situaciones de violencia de género tanto dentro como fuera del entorno laboral. En ninguna de las formaciones, aseguran, Paqui había manifestado nada al respecto. “Esto lo ves en televisión a diario y no te lo terminas de creer hasta que te pasa a ti. Nos ha pillado a todos por sorpresa”, contaba una de las responsables del hotel, aún afectada por lo que estaban viviendo.

El subdirector de este complejo, ante los medios de comunicación, expresó también, en nombre de todo el equipo el más "profundo pesar" ante el "trágico suceso" que ha conmocionado" a toda la plantilla: "En estos momentos, el duelo y conmoción, queremos recordar (a los trabajadores) que estamos a vuestro lado y os ofrecemos todo el apoyo y ayuda que necesitéis".

Del mismo modo, incidía en que la seguridad y bienestar de la plantilla son "de suma importancia": "Es fundamental que todos os sintáis seguros y respaldados para informar de casos de violencia de cualquier índole, dentro y fuera del ámbito laboral".

Unas camareras llegan al minuto de silencio.

Unas camareras llegan al minuto de silencio. A.R

Así, animaba a todos a ser "consciente de la responsabilidad" que suponen estos hechos y a no dudar a la hora de comunicar cualquier indicio de comportamiento que sea "potencialmente peligroso": "Reafirmamos nuestro compromiso en la ayuda de la erradicación de cualquier tipo de violencia".

En Sunset vivieron otra situación de violencia de género entre sus trabajadoras en 2010. Una de ellas la recordaba con un nudo en la garganta. “Aunque le apuñalaron y le rociaron con gasolina, ella pudo salir adelante”, decía a este periódico una de las trabajadoras del hotel. 

Aquella agresión ocurrió cuando la víctima llegaba al hotel para empezar a trabajar. Allí, su expareja la abordó. Le causó heridas con un cuchillo jamonero en piernas, abdomen y tórax y trató de prenderle fuego. Un compañero de trabajo, en aquel momento, impidió que la agresión fuera a más. El hombre huyó, pero finalmente fue detenido por las autoridades.

La número 51

Paqui es la cuarta víctima de violencia de género en la provincia en lo que va de año, la 51 en España, pero también es la número 51 en Málaga desde que se empezaron a contabilizar sus muertes en 2003. Al respecto, el alcalde de Benalmádena, Juan Antonio Lara, apuntaba que Benalmádena "va a seguir poniendo todo el énfasis" tanto en el tratamiento hacia la salud mental como hacia la violencia de género para que estos acontecimientos "no pasen": "Son muy duros", apostilló.

El crimen de Paqui se suma al de Carmen, asesinada el pasado mes de junio en Humilladero a manos de su pareja, a quien había denunciado en 2020 por violencia de género; al de Natalia, asesinada en enero por su exnovio y cuyo cadáver fue encontrado en una playa de Marbella; y al de Paula, apuñalada en Torremolinos el pasado mes de mayo por su expareja, que confesó a raíz de este asesinato uno anterior que hasta entonces solo era una desaparición.

Así, aunque desde la Subdelegación de Gobierno no la ha contabilizado en este listado, cabe destacar que tras el asesinato de Paula, la Policía Nacional halló, nueve años después desde que se denunciara su desaparición, el cadáver de Sibora, una expareja de Marco, el asesino de Paula, emparedado en el piso donde ambos convivieron durante su relación sentimental.

Junto a estos crímenes consumados, se encuentran otros muchos intentos que quedan en la mayoría de los casos en la sombra. Tan solo algunos salen a la luz. En Mijas, una joven fue atacada el pasado mes de julio por su pareja y, tras ello, salió despedida del coche en el que ambos viajaban. A finales de junio, en Torrox, otra mujer de 66 años fue tiroteada por su exmarido, un militar jubilado que se suicidó tras intentar matarla.

No estás sola, pide ayuda

El 016 atiende a las víctimas de todas las violencias contra las mujeres. Es un teléfono gratuito y confidencial que presta servicio en 53 idiomas y no deja rastro en la factura.

Al igual que el correo 016-online@igualdad.gob.es; también se presta atención mediante WhatsApp a través del número 600000016, y los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10.

En una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062) y en caso de no poder llamar se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.