De un tiempo a esta parte, La Academia del Málaga ha sido un reguero de soluciones cuando el equipo ha tenido problemas. Juande, Ramón o Ismael Casas son los nombres más recientes que fueron más solución que parche y que ya forman parte de la primera plantilla. Pocos años con tantos contratiempos en el equipo blanquiazul como este, en el que también se ha tenido que recurrir al filial.
Pablo Guede ha llegado en el peor momento de la temporada, con el descenso convertido ya en amenaza seria. Y cuando se esperaba que el argentino agitara el avispero con las jóvenes promesas, la presencia de canteranos en el primer equipo se ha enfriado. No ha sumado nombres nuevos a la causa y la presencia de los habituales del filial en el primer equipo durante el campeonato, como son Kevin y Roberto, ha sido testimonial salvo en la segunda mitad contra el Eibar.
La primera decisión de Guede parecía una declaración de intenciones: Bravo, técnico del filial formando dupla con Funes, sería su segundo entrenador. En la entidad hay pocas personas que conozcan mejor las prestaciones del Malagueño que el excapitán malaguista.
Kevin y Roberto, dos jugadores del filial que desde el inicio de temporada forman parte de facto de la primera plantilla, han visto reducidas sus apariciones al último partido contra el Eibar. Al del Llano de la Trinidad, con el ’37’ a la espalda, solo recurrió Guede en el descanso del choque frente al líder en La Rosaleda, buscando recomponer un equipo que se había quedado con uno menos. Ese mismo día fue en el que Guede recurrió a Roberto, que disputó los últimos quince minutos sustituyendo a Vadillo.
Andrés Caro es el otro canterano del que ha dispuesto el entrenador argentino. Caro fue titular contra el Valladolid, formando parte de una defensa de tres centrales, y fue sustituido en el entretiempo.
Además de estos tres, Ale Benítez, Dani Lorenzo, Víctor Olmo y Loren Zúñiga son los otros jugadores del Malagueño que han entrado en las convocatorias de los tres partidos dirigidos por Pablo Guede. Ninguno de ellos ha disputado ningún minuto.
Sobre Loren Zúñiga ha puesto el malaguismo muchas esperanzas. A Zúñiga empezaron a caérsele los goles con el Malagueño en el segundo tramo de la temporada en el Grupo 9 de Tercera División, justo cuando la situación del Málaga empezaba a ser más preocupante.
Zúñiga había marcado nueve goles desde enero hasta este domingo, cuando anotó un hat-trick contra el Jaén en el estadio de La Victoria para meter al filial en el playoff de ascenso. Esas cifras, coincidiendo con su convocatoria para la selección española sub-19 y la llegada de Pablo Guede como revulsivo, parecían ponerle la alfombra roja para irrumpir en el primer equipo como un aliciente en el tramo final de un campeonato que está siendo muy complicado para los blanquiazules.
Pero ni Guede ni Bravo han apostado por el goleador del Malagueño en ninguno de los tres partidos que llevan dirigiendo al Málaga.
La próxima cita del Málaga es este viernes en Las Palmas y, a priori, no parece que ninguno de los jugadores de La Academia vaya a ser de la partida.
Uno que podría tener opciones es Andrés Caro debido a la necesidad de Guede de recomponer la defensa por las sanciones en la zaga, pero el defensa no se ha entrenado en toda la semana con el equipo al estar concentrado con la selección española sub-18, con la que debutó este martes contra Marruecos. Un partido en el que además fue expulsado.
Además, Guede apostó por Genaro para la posición de central contra el Eibar cuando fue expulsado Escassi, teniendo a Caro en el banquillo. La del viernes puede ser una de las últimas oportunidades que tengan los jugadores de La Academia para asomar la cabeza en el primer equipo. Porque en la siguiente semana el Malagueño arranca el playoff de ascenso a Segunda RFEF contra el Huétor Tájar, y Guede ya ha mostrado su disposición a sacar al filial de Tercera División, que se ha convertido en la quinta categoría del fútbol español.
La muestra fue dejar marchar a Jaén a Andrés Caro y Ale Benítez, habituales en las convocatorias y los entrenamientos del primer equipo, tras el encuentro contra el Eibar, para el partido decisivo que metió a los de Funes en la fase decisiva del campeonato.