Salvada la Copa del Rey, un escollo que se complicó con el fallecimiento de la hija de Álex Gallar con pocos días de vida y que sin duda tuvo que afectar al vestuario blanquiazul, el Málaga CF afronta unas semanas clave para su futuro, porque para el equipo ya solo vale empezar a ganar, y este lunes tiene que ser el punto de partida para el despegue del conjunto de Pepe Mel en busca de la permanencia y la tranquilidad, para espantar los fantasmas de la Primera RFEF.
Al Málaga no le ha servido el encuentro con la Peña Deportiva, de Segunda RFEF, para despejar dudas. Los blanquiazules solo pudieron pasar en la tanda de penaltis tras empatar a uno en el tiempo reglamentario más una prórroga. Eso, con un once con jugadores titulares como Rubén Castro, Esteban Burgos, Hervías, Febas o Ramalho, a tenor de las últimas alineaciones de Mel. También estaban hombres como Cristian o Fran Sol, llamados a ser importantes. En el campo acabó también N’Diaye. Por tanto, tiene mucho tajo Pepe Mel.
Quizás lo primero que tengo que afrontar el técnico del Málaga es la puesta a punto cien por cien de Luis Muñoz. El capitán se antoja como jugador capital para este equipo. Por su carisma dentro del campo, por su empuje y porque se necesitan piernas en un equipo que físicamente todavía no está a su mejor nivel. A Muñoz le provocaron un esguince de tobillo en Oviedo del que no se ha recuperado y tiene hasta el domingo para seguir preparando su vuelta y recibir mimos del equipo médico del club.
Puede ser la oportunidad también para que empiece a tener minutos Haitam, un extremo del gusto de Pepe Mel que se ha perdido más partidos de los esperados por una lesión y que ya volvió en Santa Eulalia. Su desborde, su descaro y su atrevimiento pueden serle útiles a un equipo al que le cuesta un mundo hacer gol.
El Málaga tiene ahora por delante dos partidos contra equipos que de momento son de su Liga, Real Zaragoza y Ponferradina, antes de vérsalas con los que a priori eran los tres grandes favoritos para el ascenso, Granada, Levante y Alavés. En medio estará el Ibiza. Los maños están con el Ebro revuelto tras la destitución de su entrenador y de su director deportivo. Hay urgencias en La Romareda, las mismas que en La Rosaleda, y tiene que aprovecharlo el Málaga.
La Ponferradina está esta temporada coqueteando con la zona baja, algo a lo que no acostumbraba en los últimos cursos. Los tres puntos contra los del Bierzo en La Rosaleda se presentan como obligatorios.
En total, serán seis partidos antes del parón de Navidad y de que se abra el mercado de fichajes, para el que Pepe Mel ha empezado a trabajar desde este fin de semana en Ibiza con Manolo Gaspar, donde han mantenido una reunión para diseñar la hoja de ruta. Ahí tiene que llegar el Málaga vivo, sacando un buen botín de los 18 puntos que tiene en juego, 9 de ellos en La Rosaleda.
Para ello, aunque Mel haya sacado algunas conclusiones positivas de las pruebas que ha llevado en la Copa del Rey, donde plantó sobre el césped un 1-4-4-2, hay que darle un giro radical a la imagen ofrecida en Santa Eulalia.